«Cuanto más viejo te haces, más luz necesitas»
Nacidos en Lieja, en 1951 y 1954, respectivamente, llevan tres décadas situando su cámara delante de aquellas realidades que han quedado oscurecidas por los oropeles de eso que dio en llamarse ‘estado del bienestar’. Acaban de estrenar su último film, ‘Recién nacidas’, acaso su trabajo más luminoso.
En 1999 ganaron por primera vez el Festival de Cannes con ‘Rosetta’. En 2005 repitieron triunfo con ‘El niño’. Entre medias, películas tan impactantes como ‘El silencio de Lorna’, ‘Dos días, una noche’ o ‘El joven Ahmed’. Insobornables a la hora de confrontarnos con escenarios de exclusión social, los Dardenne, sin embargo, rehúsan dejar devastado al espectador. Quizá por ello, su última película, pese a hacerse eco de una realidad trágica, resulte un film deliberadamente luminoso.
¿En qué medida ‘Recién nacidas’ podría ser definida como un viaje hacia la luz? Porque lo cierto es que resulta bastante más esperanzadora que muchos de sus filmes precedentes.
Luc DARDENNE: Lo cierto es que se trata de una historia que, según la íbamos escribiendo, nos pedía un final luminoso que diera algo de margen a unos personajes a los que hemos visto atravesar circunstancias muy difíciles. En este sentido, en ‘Recién nacidas’ confluyen una serie de historias de liberación que se resuelven de manera más o menos feliz para cada una de sus protagonistas. Ahora bien, si me preguntas por qué nuestras películas son cada vez más luminosas, pues no sabría realmente qué decirte. En ‘El chico de la bicicleta’ ya trabajamos en un registro más esperanzador, pero después volvimos a historias tanto o más devastadoras que en nuestros primeros filmes. Puede ser que el hecho de trabajar con niños y adolescentes confieran algo de luz a nuestras últimas realizaciones, porque ellos encarnan el futuro y el futuro es un tiempo de esperanza.
«El paso del tiempo nos ha hecho ver que es necesario dejar algo de espacio en nuestras narraciones a fin de que estas no resulten tan asfixiantes»
De todas maneras, no deja de resultar curioso que hayan abierto su cine a la esperanza justo en una época como la actual, donde se percibe cierta tendencia a la desesperanza. ¿Le gusta jugar a la contra?
Jean-Pierre DARDENNE: No sé si somos las personas más indicadas para llevar a cabo una reflexión sobre la evolución de nuestra propia mirada. Puede que eso que comentas sea cierto pero, personalmente, no estoy muy seguro de que nuestras películas estén cada vez más llenas de esperanza. En el caso de ‘Recién nacidas’ eso es indudable, pero no creo que sea una constante. Sin embargo, sí que creo que el paso del tiempo nos ha hecho ver que es necesario dejar algo de espacio en nuestras narraciones a fin de que éstas no resulten tan asfixiantes.
L.D.: Cuanto más viejo te haces, más luz necesitas para guiarte por determinados escenarios ante el vértigo que te procura la oscuridad (risas).

Siendo una película tan coral, resulta también llamativo cómo logran trascender el lugar común en el diseño de personajes, confiriendo una singularidad a cada una de sus protagonistas, que impide que estas sean únicamente valoradas y juzgadas atendiendo a su condición de ‘madres adolescentes’.
L.D.: Era muy importante que cada una de las chicas tuviera su propia historia. No queríamos que fueran percibidas como representantes de una experiencia colectiva. Por eso mismo, escribir el guion de ‘Recién nacidas’ fue una experiencia compleja en el sentido en que fuimos escribiendo cada una de sus historias de manera independiente. Luego cada una de estas chicas iba entrando en la historia de las demás. Entonces, de entrada, lo que teníamos eran cinco personajes con historias muy compartimentadas, cada uno de ellos con sus propios conflictos y con sus propias soledades. Cinco personajes que coinciden en un espacio común, como es el centro de acogida, un lugar en el que tienen la oportunidad de interactuar con otras chicas en su situación, pero esa interactuación no mitiga sus respectivas soledades. Sin embargo, cuando establecimos las estrategias para poner en relación a todos estos personajes huimos del conflicto, porque no nos interesaba que hubiera encontronazos entre ellas. Era necesario que la historia de cada una de ellas fluyera sin trabas adicionales.
J.P.D.: En otras películas nuestras el montaje es más abrupto y eso confiere al relato un tono de aspereza. Aquí no. Aquí, si te fijas, los planos son más abiertos, tienen más aire, y los personajes no están tan encerrados como en otras películas nuestras. Porque lo interesante es lo que viven fuera del centro de acogida, no dentro de este.
Lo cierto es que, a lo largo de su filmografía, ustedes han puesto el foco sobre realidades que normalmente se nos esconden en las llamadas ‘sociedades del bienestar’. Más allá de ese compromiso, ¿consideran que todas sus películas están, de alguna manera, interconectadas?
J.P.D.: En cierto modo así es, y por eso casi todos nuestros largometrajes tienen como ese aire de familia. No es que nos pongamos estupendos y digamos ‘vamos a poner el foco sobre esta problemática con el objetivo de denunciarla’. No, no se trata de eso. Simplemente unas historias nos conducen a otras.
«Se nos permitió rodar en el mismo centro de acogida donde se encuentran todas estas chicas y eso, al final, creo que fue positivo de cara a conferir credibilidad a la historia»
‘Recién nacidas’ surge, por ejemplo, del contacto que establecimos con una educadora de un centro de acogida para madres adolescentes para un proyecto que, finalmente, nunca vio la luz. Pero de aquel contacto y de nuestras visitas al centro surgió esta otra historia. Y no es que se trate de una realidad a la que la gente no quiera mirar de frente, es que muchos ni saben que existe un lugar así. A nosotros nos atrapó el sitio y los profesionales que trabajan en él. Las educadoras, la psicóloga, la directora... Se trata de mujeres que trabajan con el objetivo de conferir fuerza a la fragilidad de la vida de otras personas y ese es un argumento que, en mayor o menor medida, subyace en todas nuestras películas, porque nos resulta muy inspirador. De ahí esos lazos invisibles que comentas y que vinculan todos nuestros largometrajes. No se trata de lazos que establezcamos de una manera consciente, pero ese interés por dirigir nuestra mirada a un determinado perfil de personajes hace que luego, para el espectador, las protagonistas de ‘Recién nacidas’ atesoren rasgos que ya estaban en otros personajes de otras películas nuestras, como la Sonia de ‘El niño’. En este caso, además, se nos permitió rodar en el mismo centro de acogida donde se encuentran todas estas chicas y eso al final creo que fue positivo de cara a conferir credibilidad a la historia.

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