Tania Sánchez rompe y deja en evidencia la crisis de IU
«No. No nos vamos a Podemos. Vamos a luchar por la unidad popular». Tania Sánchez, excandidata de IU a la Comunidad de Madrid tras imponerse en las primarias celebradas en noviembre, ha confirmado este jueves el abandono de sus siglas y el acta de diputada para conformar un nuevo bloque «para echar al PP».
No se va sola. Antes, el concejal Jorge García Castaño ya abandonó la coalición y su escaño en el Ayuntamiento para trabajar en la «confluencia» (en Madrid se ha llegado a un acuerdo entre Ganemos, Podemos y este sector de IU, entre otros) y, junto a Sánchez, abandonan caras conocidas como la exdiputada regional María Espinosa y el antiguo miembro Consejo Político Federal Hugo Martínez Abarca.
Todo apunta a que las deserciones serán más. Aunque los promotores del nuevo proyecto no quisieron entrar en una «guerra de cifras» y teniendo en cuenta la holgada mayoría con la que se impuso Sánchez en las primarias, podría dar más la sensación de que es la actual dirección, capitaneada por Ángel Pérez y Gregorio Gordo, la que se quedará en soledad, aunque con siglas.
En una concurrida rueda de prensa y después de que eldiario.es filtrase ayer su marcha, el grupo que abandona IU ha querido explicar «por última vez» el contexto que ha acompañado su «difícil» decisión. Martínez Abarca ha recordado el trayecto realizado desde que se hizo público el escándalo de las «tarjetas black» de Caja Madrid, en el que estaba implicado el exconsejero Moral Santín (aliado de Pérez y Gordo), pasando por las primarias, con «intento de pucherazo» (la dirección cambió a última hora el modo de votación para que hubiese dos urnas: una de afiliados y otra de simpatizantes), para terminar con la «campaña de infamias» (las filtraciones contra Sánchez han llegado desde dentro del propio partido) y el «boicot» al proyecto de convergencia con otras formaciones por el que aboga este sector.
«Lo hemos dado todo por ese cambio, nadie puede pensar que hemos dejado nada por el camino, no ha sido posible y por eso damos este paso, porque no podemos perder más tiempo en esta batalla, hay un secuestro en esta organización, con miles de militantes que luchan por cambiar este país. No se merecen eso. No se nos puede criticar por no haberlo dado todo», ha reiterado Sánchez.
51% versus 49%
La pugna viene de lejos. De hecho, las relaciones se habían deteriorado desde la última asamblea, en la que el sector «oficialista» se impuso por un 51% pero dejó fuera de los órganos de representación al 49% restante. Este grupo, atrincherado ahora en la jefatura, rechaza converger en fórmulas como Ganemos y acusa al ala de Sánchez de querer «diluir las siglas de IU».
En medio de un contexto enrarecido surge el escándalo de Caja Madrid y, pese a que Santín ya había sido expulsado de IU, el sector alternativo exigió la depuración de responsabilidades políticas. Una exigencia que no fue satisfecha por la dirección federal, encabezada por Cayo Lara, que pese a haber instado a Pérez y Gordo a dejar sus cargos no había movido un dedo para hacer efectiva su decisión.
El pasado viernes, cuando se tumbó la propuesta de expulsión de ambos dirigentes, quedando abierto un descafeinado expediente, llegó la gota que colmó el vaso. Primero, el Partido Comunista de España (PCE) en Madrid rompió con la dirección de IU y ahora ha llegado el abandono de Sánchez.
«Nos vamos para dar la batalla que no nos dejan dar dentro de IU», ha señalado la exdiputada, que ha explicado que ahora promoverán un proceso de organización e interlocución para buscar fórmulas similares a la de Ganemos en otros municipios de Madrid. La decisión tiene trascendencia más allá de la capital del Estado. En primer lugar, porque supone la primera grieta en una IU que se debate entre quienes defienden la confluencia y la vieja guardia, entre la que se encuentra Cayo Lara, que no ve a Podemos con buenos ojos. Ni siquiera los resultados del 25M, en los que IU logró 6 eurodiputados, muy por debajo de lo esperado, y la ascensión de Alberto Garzón como futuro candidato a Moncloa, han modificado las posiciones.
En segundo lugar, porque el propio Garzón, que ayer lamentó la decisión tomada por Sánchez y la achacó a la gestión de los actuales dirigentes de IU-CM, pierde a uno de sus principales apoyos ante una asamblea federal dividida y con síntomas de bicefalia. El auge de Podemos, las dificultades para leer la actual situación política y un estancamiento en las encuestas que vaticina una posible decadencia son los síntomas de una coalición herida.