Sembrando cultura entre el público y los creadores del futuro
Primer día de la feria de Durango. Una vez más es el público joven e infantil el que inaugura las calles del luminoso edificio exento de Landako. La desbordante ilusión alumbra el apasionante futuro de nuestra producción cultural.
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Desde hace dos décadas la Azoka de Durango ha esparcido una semilla entre el público joven que ha provocado que, a día de hoy, este sea uno de los momentos culturales del año para quien tiene más o menos 37 años. Es de esperar, por lo tanto, que el público joven e infantil que inunda la primera jornada del evento organizado por Gerediaga Elkartea acabe sintiendo en el futuro que la Azoka forma parte de su personalidad y de su cultura.
«Tenemos que tener en cuenta que de aquí a 30 años o antes este va a ser nuestro público, que de aquí van a salir nuestras músicas y nuestros escritores. Que ellos y ellas van a producir y editar. Además, serán los encargados de transmitirle a la siguiente generación lo que han recibido de nosotros y lo que han aprendido en su camino», comenta Anjel Valdés a escasos pasos del mostrador de Elkar. «Hoy es un día bonito porque no estamos aquí solo para llevar a cabo una labor comercial, también estamos para informar y para contestar a las preguntas que nos hacen», añade.
Las palabras de Valdés apuntan a que esta primera jornada está basada en la pedagogía. En el cara a cara entre creadores, editores y el público del futuro. Primero, porque son nuestras escuelas e institutos las que secundan la opción que abre Gerediaga. Segundo, porque músicos y editores acogen la avalancha del público más joven con satisfacción. Y tercero, porque nuestros alumnos y alumnas acuden a la cita con ilusión. «Sí que venimos contentos pero también un poco nerviosos porque hay muchos músicos, hay mucha gente y puedes perderte», asegura Aritz de 10 años, alumno de la Escuela de Berriatua. Esos nervios y la ilusión de unos jóvenes caza autógrafos se palpa cuando los compañeros de Aritz rodean la grabadora: «Venimos a comprar libros y discos y a volver a casa con muchos autógrafos».
Es una constante que se repite en todas las visitantes de este primer e intenso día. «Venimos con el Instituto pero nos gusta venir y no solo porque no tenemos clase sino porque el ambiente es bonito y porque queremos comprar algún disco o algún libro», explica Lur, 13 años, Instituto de Lemoa, después de hacerse con el último álbum de estudio de Su Ta Gar. «Probablemente volvamos con nuestras familias a lo largo del fin de semana. En casa vamos mucho a comprar también en otras épocas fuera de la Azoka porque a ama le gusta mucho leer», asegura Uxue, compañera de clase de Lur.
Puede resultar curioso desde una posición adulta que cuando se pregunta a adolescentes por su tiempo libre, estos aseguran dedicarle más tiempo a la música que a la literatura y, sobre todo, que a la televisión.
Aiora Renteria, de Zea Mays, tiene claro que es positivo que escuchen música. «Aquí se ve mucho movimiento, colas y mucho público joven que viene a preguntar. Se agradece que exista un escenario como este en el que tratar con tu público cara a cara».