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El Pobre de Mí despide las fiestas antes de un fin de semana para recuperar fuerzas… o no

Ya queda menos para los Sanfermines de 2018. Es el consuelo que les queda a los iruindarras y visitantes que durantes los últimos ocho días y medio han disfrutado, permítase el tópico, estas fiestas sin igual.

Pañuelos al aire en la plaza consistorial. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)

El penúltimo ritual sanferminero, el Pobre de Mí, ha puesto esta medianoche punto y final a las fiestas de Iruñea de 2017. La plaza del Ayuntamiento ha vuelto a llenarse –aunque con muchas menos apreturas que en el txupinazo– para decir adiós a más de ocho jornadas intensas, y cantar como un mantra aquello de que «ya queda menos» para el mediodía del 6 de julio de 2018.

Velas encendidas apuntando hacia a lo alto, estribillos como «sigo siendo el rey» y los pañuelos desanudados del cuello, listos para regresar al cajón previo paso por la lavadora. Anuncio de Joseba Asiron desde la balconada municipal, alguna lagrimilla que se escapa y esos recuerdos con los que sobrevivir durante los doce próximos meses. No muy lejos, en la plaza del Castillo, les peñas celebraban su particular despedida.

El programa oficial ya es historia, pero los últimos mohicanos aguantarán hasta las ocho de la mañana para correr el encierro de la Villavesa perseguidos por Indurain y su famosa bicicleta ‘Espada’. Todo ello a las puertas de un fin de semana que la mayoría usará para recuperar fuerzas, pero que también servirá para alargar la juerga un poco más a quienes se hayan quedado con las ganas.