Esas segundas partes... (1-2)
Los leones volvieron a dilapidar una seria primera mitad, con penalti desperdiciado incluido, ante un Atlético liderado por Griezmann.
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ATHLETIC 1
ATLÉTICO 2
Segundas partes nunca fueron buenas. Y si no que se lo digan a este Athletic que debería pedir a la Liga de Fútbol Profesional la supresión de los anuncios en los partidos. Bastó que el rival diera de nuevo un paso al frente a vuelta de vestuarios para que la imagen de seriedad dada en el primer acto se viniera abajo como ante el Hertha o el Las Palmas. Quién sabe si la clave para que el marcador se decantara del lado madrileño fuera ese penalti detenido más que fallado por Aduriz, aunque a decir verdad se hizo justicia divina ya que la falta fue fuera del área. Lo que clama al cielo es esa inconsistencia de los leones para sostener los encuentros sin que todo el trabajo previo se quede en nada. Al menos el postrero gol de Raúl García, sobrepasado el tiempo de juego, demostró que rendirse no entra en el diccionario de los rojiblancos, que volvieron a tirar de corazón para al menos vender cara su piel. Ayer, se la llevó el Atlético.
Kuko Ziganda volvió a sorprender con su once. Por tercer partido seguido dejó en el banquillo a un Beñat que entraba en todas las quinielas para volver de inicio. Quizá la ausencia de Williams fuera más explicable, pero que el de Igorre no lo hiciera debe responder a algún plan personalizado no desvelado por el técnico navarro, o a que en el plantamiento de los partidos la presencia del ‘7’ no casa con sus pretensiones.
Con un once más reconocible se presentaron los bilbainos ante su público, que pitó al once rival y una grada popular que dejó claro de inicio que venía dispuesta a apretar desde el primer minuto. Respondió atrevido el Atlético y al poco generó su primer balón peligroso al área bilbaina, con esa sensación en el cuerpo de que cualquier llegada colchonera en adelante tendría ese punto de suspense que pronto el Athletic se encargó de disipar. Los madrileños, con su habitual 4-4-2, replegaban muy atrás y los locales decidieron mover el balón con la paciencia necesaria para no cometer errores y aprovechar alguna combinación como la que tuvo en sus pies San José a los diez minutos y el navarro en lugar de chutar y después pedir permiso malogró un preciso pase de Muniain. Los leones tenían la pelota, la circulaban en cordada buscando grietas en el hormigón de Simeone. Esa posesión posibilitaba que el Atlético no pudiera generar ataques, que Correa no tocara su primer balón hasta el minuto 13 y mal, y que de manera esporádica el Athletic viera la luz en alguna jugada puntual aunque de nuevo, como San José, en lugar de disparar a la primera se pensara en exceso una dejada de Aduriz dentro del área.
Avisó Kuko Ziganda en la previa que estábamos ante un partido de resistencia. Largo. Y así pareció encararlo su equipo. Sin arriesgar ante el contragolpe colchonero y a la espera de esos chispazos como la volea de Raúl García desde la frontal que blocó Oblak. Partido serio, sin fisuras... hasta que al Athletic le dio por descoserlo. Primero fue un error tras un saque de banda de Balenziaga que permitió una peligrosa falta para Griezmann; poco después un exceso de acné de Unai Núñez que, confiado en su buena actuación, perdió ante Gaitán un recorte siendo el último hombre y el argentino envió su chut a la madera tras rozar lo justo Kepa con su manopla. El Atlético olió sangre y el Athletic se mareó al verla. Al poco, el arquero de Ondarroa volvió a sacarse otro paradón a tiro de Griezmann. Y cuando más aire le faltaba, llegó la bocanada en forma de absurdo penalti de Luis Filipe, fuera del área, el primero que comete en 307 partidos en Primera, sobre Raúl García. Las protestas colchoneras estimularon a un Oblak que se agigantó ante el chut de Aduriz desde los once metros. Sexto penalti que detiene el esloveno de los últimos 10 que le han tirado, tercero consecutivo.
Acabó la primera mitad con una llegada de Filipe Luis que Kepa desbarató y comenzó la segunda con un chut lejano de Griezmann que el guardameta volvió a evitar. El Atlético regresó de vestuarios con un paso al frente, apretando ya la salida de balón del Athletic y pisando con cada vez más insistencia los tres cuartos de campo bilbaino. Tan amenazante lo vio Ziganda que llamó a Williams para que se despojara del chándal, interín en el que Correa empujaba a la red de Kepa un pase atrás de Koke tras un visto y no visto iniciado por el francés que silenció San Mamés. Literal. Williams y Beñat, los ausentes ayer de inicio, adentro, y Susaeta e Iturraspe, fuera.
Lejos de enebrar algo en ataque, el que seguía dando muestras de peligrosidad fue el Atlético, decidido a ir a por segundo, como en la que Griezmann volvió a testar desde cerca los reflejos de un portentoso Kepa. Tocaba tirar de épica, y más con el recital de despropósitos que se convirtió cada centro al área visitante. Como parar enervar al mismísimo Ghandi. Aún así, Raúl García se las ingenió para sacarse un peligroso remate alto, nada que ver con la sutileza de un Griezmann que iba a poner un sombrero a la defensa bilbaina para que el recién entrado Carrasco hiciera el segundo que buscaban los del Cholo. Otro visto y no visto. De nuevo, San Mamés, sepulcral, observaba cómo Griezmann sacaba brillo a sus nuevas botas y desnudaba la bizoñez lógica de Núñez.
Con poco más de quince minutos por delante, al Athletic no le quedó otra que irse arriba. El chaval Córdoba entró por un desabastecido Aduriz, puso un par de centros, los leones se aferraron al corazón, Muniain se sacó un chutazo que Oblak sacó con apuros y cuando ya medio estadio corría hacia el Metro o el tranvía para volver a casa, Balenziaga se sacó por fin un medido centro y Raúl García, seguramente uno leones de los más enrabietados, acortó distancias.
Final. Segunda derrota. Segundas partes que siguen sin ser buenas. No cambia nada, dijo Ziganda. Veremos.
«Ahora es cuando hay que estar tranquilos»
«El primer tiempo ha estado bien, en la línea de lo que queremos», dijo Kuko Ziganda tras la derrota, quien reconoció que «nos ha afectado el error en el penalti, porque ponerse por delante hubiese sido determinante. Habríamos podido jugar un cara a cara». Luego, llegó el gol colchonero y «el partido se ha puesto como querían ellos, ellos han sido mejores en la segunda parte». En definitiva, «lo que toca es seguir, ya sabemos cómo es esto». Insistió el navarro en que «después del gol nos ha costado. Con este equipo ya tenemos experiencia. Sabemos que es muy difícil cuando se ponen por delante. Con la calidad que tienen ellos te matan a la contra», en tanto sus hombres a partir de ahí jugaron «con más corazón que cabeza». A partir de ahora y antes, el de Larraintzar admite que «cada partido es un examen final», en un trazado en el que «siempre hay curvas». Y dejó claro que «ahora es cuando hay que estar con más ganas y tranquilos». En lo que no quiso entrar el entrenador rojiblanco fue en la suplencia de Beñat una vez más, echó balones fuera. Por su parte, Cholo Simeone dijo que para ganar en San Mamés «hay que hacer un partido importante». Lo hicieron y se llevaron los puntos.J.V.