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Desayuno de chipas con 'Las herederas'

A la película 'Las herederas', primer largometraje de Marcelo Martinessi, le tocó inaugurar ayer la sección Horizontes latinos y salió reforzada. Siguiendo la inercia, parte de su equipo casi 24 horas después también abrió los Desayunos Horizontes.

El director y las protagonistas de la película paraguaya comparten desayuno. (NAIZ)

La película 'Las herederas' empezó con buen pie su paso por Zinemaldia, buenas críticas, público entusiasta… y para celebrarlo parte de su equipo compareció en Desayunos Horizontes con una hermosa bandeja de deliciosas chipas paraguayas, un dulce típico de ese país sudamericano que el director y sus tres actrices principales compartieron con los asistentes en este apartado presentado por el periodista Julio Feo.  

'Las herederas' pone en valor el incipiente cine paraguayo, un país que acaba de aprobar la Ley de cine y que para culminar un proyecto tiene que apoyarse en cinematografías mas poderosas. Se trata de una coproducción en la que han participado hasta seis países: Paraguay, Alemania, Brasil, Uruguay, Noruega y Francia, el sello para una industria incipiente, prácticamente hasta ahora inexistente, que como confirmaba el director Marcelo Martinessi, de momento, solo con «una cooperación técnica-artística se permite el milagro».

El propio Martinessi le saca aspectos positivos que pasan por la dedicación absoluta: «En Paraguay no tenemos la industria pero tenemos el tiempo, lo cual es una ventaja porque las actrices no tienen prisa y descubrimos la película juntos. Esto es bueno para el cine». La película ha resultado todo un éxito y llega a Donostia avalada por varios galardones conseguidos en el Festival de Berlín, algunos tan prestigiosos como el Premio Fipresci o el Oso de Plata para la mejor actriz destinado a Ana Brun, el Premio Alfred Bauer y en Donostia el Sebastiane Latino.

El film trata de la relación que mantienen dos mujeres sexagenarias pertenecientes a la burguesía paraguaya venida a menos que afrontan serios problemas económicos. Chela –interpretada por Ana Brun– es temerosa y ha sido educada para casarse y no hacer nada. Chiquita –Margarita Irún– es dura, dominante e intolerante y termina en la cárcel acusada de fraude. La aparición de Angy, una mujer más joven interpretada por Ana Ivanova, afectará profundamente a las vidas de estas mujeres rotas.  

Ana Brun elaboró su personaje pensando en un perfil que como su madre o sus tías ha tenido cerca, un prototipo demasiado universal y demasiado extendido de «mujeres que no tenían derecho a pensar, ni hablar de política, ni de sexo, ni de nada. Estaban hechas para obedecer», señala.

Margarita Irún cree que su personaje resume en una persona todo el daño que hace el poder  mientras Ana Ivanova confirma sus dotes de mujer fatal. Ivanova califica su temática de «revolucionaria» por abordar temas como la homosexualidad en un territorio intolerante: «El amor no tiene género, no tiene edad y no tiene clase social», recita.  

A Martinessi no hace falta recordarle la conveniencia de la paridad. Le gusta el cine de mujeres, se siente cómodo trabajando con ellas y lo ha demostrado no solo en su primer largometraje sino con sus combativos cortometrajes, que el califica de «militantes» y también resultaron premiados a su paso por Venecia o Berlín.