«'Izaro' es como un jardín y yo me siento como un jardinero»
En torno al nombre de Izaro y todo lo que significa, sobre todo en Euskal Herria, donde es un nombre propio, una isla, una productora y otros elementos que le dan sentido a una historia contada por Txuspo Poyo en clave artística: "Izaro". Se puede ver en Zinemira.
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La película tiene un formato, digamos, diferente.
Es un documental/ensayo. La historia es muy experimental y he querido empezar con "Izaro" mostrando la conexión existente, no solamente con la isla, su historia y su identidad, sino conectarlo con lo que ha sido Izaro Films o la diáspora. Por ejemplo, ahora hay un atuendo que se llama Izaro y está en la Seychelles. Esto me ha permitido hablar sobre la idea de la isla a través de miradas transversales que nos hemos ido encontrando a lo largo de este tiempo. Es un proyecto con el que empecé en 2012, aunque tuve que parar en 2014 por otro proyecto, y lo volví a retomar en el 2017 hasta ahora. Todas esas miradas que se han ido generando nos hablan de lo que es Izaro; no es una definición concreta de Izaro, sino que son esos fragmentos, esas particularidades y singularidades de cada uno los que relacionan a Izaro. Hay nombres propios de gente que se llama Izaro, tanto masculino como femenino, está lo de Izaro Films, pero luego la isla tiene su propia historia. Eso es lo que hace una especie de narración.
Dado que tuvo que posponer el proyecto para después retomarlo, ¿podríamos hablar de un proyecto más personal?
Realmente no. Yo no vengo del mundo del cine. Yo vengo del mundo del arte, así que en mi caso los proyectos son de larga duración. Son proyectos en los cuales vas creando una serie de conexiones y cuando ves que ese proyecto está generando algo, te metes en el proyecto. Por eso requiere tanto tiempo, porque hay investigación, análisis, no solamente geográfico sino también plásticos, culturales… y hay relaciones sociales y culturales dentro del propio proyecto.
¿Y cómo es hacer un ensayo cinematográfico?
No es una película al uso, es una película de investigación, pero sobre todo hay que considerarlo como un proyecto artístico.
¿Se podría decir que la isla es una excusa?
Yo trabajo mucho con hechos pequeños, pero que están unidos a ficciones. Esta relación entre la realidad y la ficción hace que el proyecto crezca. Es una especie de puzzle de historias que se van cruzando, pero también es como un jardín y yo me siento como un jardinero.
¿Qué tal han ido las pruebas en la sala?
Cada proyecto está realizado utilizando todo tipo de cámaras y formatos, no hay necesidad imperiosa de calidad porque lo que interesa es lo que vas a contar. Al ampliarlo hemos querido comprobar ido si todo ese material aguantaba la pantalla grande, sobre todo el sonido. Hemos trabajado con mucha gente, así que es un trabajo colaborativo en el tiempo. He estado trabajando con diferentes equipos, por lo que en el fondo hay un montón de gente implicada en el proyecto. Eso hace que sea muy rico.
¿Es inédita en Donostia?
La ha visto la gente más próxima, y la mayoría, en el proceso. Hoy será el día de la presentación oficial, habrá un coloquio, estará gran parte de la gente que ha participado. Será el encuentro con el público y vamos a ver cómo se da ese encuentro dialéctico, por lo que han visto y por lo que les ha generado. Será el gran encuentro y estoy muy excitado por ello. Será en los cines Principe a las 17.00.
¿Les gusta ese formato de proyección y coloquio?
Me parece muy interesante. Es una cosa en caliente con una gran diversidad de público. Es una película abierta a todo tipo de público, aunque hay que tener en cuenta que la gente de aquí la va a ver de una manera diferente. Trabajo mucho con lo que es la memoria, la historia, las identidades, el legado. Creo que te lo puedes imaginar en cualquier otro ámbito porque cada uno de nosotros llevamos un Izaro dentro. Puede ser interesante ver la reacción. Igual es todo un fracaso (ríe). Creo que Izaro Films tiene una connotación para la gente que veía en aquel momento la isla en los cines. Aquí hacemos mucha referencia a Izaro Films, a Julian Reyzabal, que fue el fundador.
¿El camino del film es el circuito de festivales?
En un principio sí. Nunca he estado es un circuito de festivales, pero si aquí ya lo han considerado como algo que puede tener interés, creo que tomaremos ese camino. Para mi como artista, salir de lo que es el cubo blanco al cubo negro es otra manera de ver una obra. En una galería ves las obras siempre en loop; en una sala de exposiciones es muy difícil ver una obra de una hora. En cambio, en el cine te permiten hacer un seguimiento de la obra desde el principio hasta el final.