¿Por qué la Real ha pasado de estar cuarta a ser la que menos puntos suma tras el parón?
La Real es el equipo que menos puntos ha sumado tras el parón cuando era hasta el confinamiento el cuarto de la Liga a un punto del tercero, con un juego espectacular que le llevó a ser el tercero que más goles marcaba tras Barcelona y Real Madrid y a la final de Copa. Varias razones explican la pequeña gran diferencia que lleva a ganar o a perder.
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La Real ganó diez de los doce últimos partidos oficiales jugados antes del parón y tras la reanudación es el que menos puntos ha sumado, uno de doce, empatado con el Mallorca y con el Betis, que recibe este jueves al Espanyol.
A la hora de analizar la metamorfosis negativa experimentada por el equipo blanquiazul no se pueden obviar las decisiones arbitrales. En los seis últimos partidos ha visto cómo le señalaban seis penaltis y ante el Madrid además se le anulaba un gol legal y se concedía uno más que dudoso de Benzema.
En el único partido tras el parón en el que no se le ha sancionado ningún penalti el Alavés se adelantó por una decisión del VAR tan dudosa que necesitaron minutos para dar el gol. Los otros tres rivales se han adelantado de penaltis muy rigurosos.
Pero si los rivales se han adelantado es porque la Real no ha marcado antes, algo que sí había sucedido en 20 de los 27 primeros partidos de Liga, en los que solo en seis, y dos en las tres primeras jornadas, se adelantó el rival. En Valladolid empató a cero.
La Real era un equipo acostumbrado a jugar con viento a favor, con ventaja en el marcador, y desde la reanudación siempre ha marcado antes el rival y no ha sido capaz de reaccionar. Además la nueva anormalidad del fútbol con cinco cambios y parones para la hidratación rompen el ritmo de los partidos, disminuyen los minutos de juego real y eso perjudica siempre al que va por detrás en el marcador.
El estado de ánimo es clave en el fútbol y la Real había vivido en uno positivo permanente. Nunca había encadenado más de dos partidos sin ganar ninguno. Perdió de manera consecutiva en Sevilla y en casa ante el Getafe y reaccionó con una victoria ante el Betis. Empató ante el Leganés en Anoeta y perdió en el Bernabéu y al siguiente partido goleó al Eibar. De la misma manera que tras empatar en Valladolid y con el Barcelona en casa ganó en El Sadar y después de perder ante Villarreal y Betis goleó al Mallorca.
La Real no ha sabido durante todo el año lo que era una crisis de resultados ni una presión especial ante ningún partido y cuando se ha encontrado en un mal momento con un equipo joven no ha tenido por ahora la capacidad de reaccionar.
También le perjudica como a nadie jugar a puerta cerrada porque ha disputado tres de sus cuatro partidos tras el parón en su campo y ha sumado un empate y dos derrotas. En el resto de la temporada llevaba ocho victorias, dos empates y solo tres derrotas apoyada por un ambiente espectacular que la Real echa de menos. Y más ahora cuando lo necesitaba como nunca.
La Real ha perdido juego ofensivo y capacidad goleadora. Ha creado pocas ocasiones y no ha marcado un gol antes del minuto 60 en ningún partido cuando antes del parón marcaba la mayoría de sus goles antes.
Siempre había un jugador que anotara. Antes del parón entre Willian José, Oyarzabal, Portu, Isak y Odegaard llevaban 35 goles en 27 partidos y ahora solo el capitán ha marcado uno y Merino otro.
Solo Januzaj está en un buen momento y es un jugador anárquico. La Real acusa el mal juego colectivo y no aparecen las individualidades que antes decidían los partidos. Tampoco ayudan los constantes cambios de Imanol para que recuperen la confianza y el buen juego.
Odegaard no había sido cambiado nunca, había jugado todos los partidos de Liga completos menos los tres que se perdió por lesión y uno que entró en el segundo tiempo porque no estaba bien, y ha sido sustituido en los tres últimos. Oyarzabal tampoco ha acabado los encuentros del Real Madrid y el Celta. Ha habido una media de cinco cambios en las alineaciones y de cuatro durante los partidos y así tampoco es fácil recuperar el juego y los buenos resultados.
Ese carrusel de cambios no tiene sentido ni en ataque con los jugadores de más calidad, pero menos aún en defensa, que son los que menos se desgastan. Monreal solo ha jugado uno de los cuatro partidos completos y el jugador de campo que más minutos lleva seguidos, Diego Llorente (277), es el que más desacertado está con los dos últimos penaltis provocados sin que le ayude pasar constantemente del central derecho al izquierdo, donde no se encuentra cómodo toda la temporada. La Real ha conseguido sus mejores resultados con Le Normand en esa posición y no ha jugado dos de los tres últimos encuentros.
También sorprendió que Martín Zubimendi jugara su primer partido de inicio ante el Celta. No estuvo mal, aunque fue protagonista de la indecisión de Diego Llorente que costó la derrota, pero no es normal que en el partido más importante de la temporada Zubeldia se quedara sin jugar sin que estuviera lesionado a pesar de la tarjeta que vio el medio centro del Sanse.
Imanol ha repartido demasiado los minutos entre sus jugadores en estos cuatro partidos y eso no ayuda a encontrar su juego. Ese afán por dosificarlos fue clave ante Osasuna al retirar a Willian José cuando mejor estaba tras dar la asistencia del gol. El oriotarra dijo que la Real tiene que jugar al 200% para ganar cada partido y para ello era necesario que alineara su mejor once ante Osasuna, el Celta y el Getafe, con cinco días de separación entre estos dos partidos, y que no hiciera más cambios que los estrictamente necesarios. Y los hizo cuando nunca han ayudado. Curiosamente la Real solo ha mejorado con los cambios cuando Imanol dio por perdido el partido contra el Real Madrid con el 0-2 y llevó la dosificación de sus jugadores a la máxima expresión.
Un equipo que juega como la Real se basa en la confianza y en la asociación entre unos jugadores que siempre estaban en el campo. Es difícil jugar así de manera fluida sin un once que se repite. Es lo que hizo Imanol al comienzo de temporada hasta conseguir que su equipo fuera una orquesta y entonces algunos cambios, nunca tantos, se podían asumir. Ahora no.
Y, con todo, la Real ha estado en todos los partidos empatada o a un gol de su rival salvo en el último minuto de Mendizorrotza y trece ante el Madrid. Y tampoco le hacen tantas ocasiones. Lo que necesita es cambiar la racha y para ello será clave el partido del lunes en Getafe (22:00-Gol) ante un rival directo que ganó en Anoeta.
De ganar, la Real cortaría la racha y se situaría por delante y de perder la aumentaría y quedaría a cinco puntos y el average. Como de la noche al día. Es una final, como lo era el partido del Celta, y solo se puede pensar en ganar ese partido como si no hubiera ninguno después.