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Jugar a no perder

Ion_Salgado_aurpegia

La primera semana de esta inusual campaña electoral ha mostrado la estrategia y las intenciones de los diferentes partidos políticos. Hay quienes salen a ganar, van con todo y tratan de movilizar a su electorado conscientes de la oportunidad que tienen por delante; algunos prefieren provocar para copar titulares; y otros juegan, simplemente, a no perder.

Este es el caso del PSE, que se deja llevar por los vientos que soplan del sur, con la esperanza de que la marea de las elecciones estatales acerque a buen puerto el barco de Idoia Mendia. La candidata a lehendakari ha estado arropada por cuatro ministros –Calvo, Marlaska, Planas e Illa– en los primeros siete días de campaña, y por el presidente español, que este fin de semana volverá a visitar Euskal Herria.

En sus discursos Mendia no pierde la oportunidad de hacer referencia al Gobierno español y repite, aunque no sea verdad, que su formación participa en todas instituciones, desde «el último ayuntamiento hasta Europa». Carga contra quienes proponen un cambio en Lehendakaritza y se presenta como «la izquierda útil», obviando que, al menos en la CAV, gobierna con la derecha.

Trata de vender gestión y no entra en temas polémicos, como el rechazo de su partido a investigar el papel que jugó Felipe González en la creación de los GAL y los casos de corrupción que salpican a la monarquía española. Sabe que este es un terreno pantanoso, son temas incómodos que pueden dar pie a un patinazo que quede registrado en la hemeroteca, y en campaña es más peligrosa una salida de tono que beneficiosa una propuesta acertada.

A buen seguro que en los próximos días veamos a más ministros del Gobierno español junto a Mendia en los actos del PSE, en los que volverá a presentar a su partido como «la izquierda coherente», capaz de votar a favor de la derogación de la reforma laboral y de forzar una segunda votación para cambiar el sentido del voto. Todo un ejemplo de coherencia política.