Trabajar la tierra por una dieta sostenible

He aquí un proyecto singular donde los haya, planteado en aras del activismo saludable. Y es que en la autopromoción de ‘Los últimos de la mejana’ (2019), por no hablar de la financiación colectiva a través del micromecenazgo, hay una manera de hacer las cosas consecuente con la ideología que promueve dicha iniciativa.

Para la presentación en el Festival de Málaga, los casi 1.000 kilómetros que distan entre la ciudad andaluza y Tutera fueron recorridos en la verducleta, un vehículo no contaminante de tracción humana cargado de semillas y que se puede transformar en una pequeña cocina. A lo largo del recorrido, iban por los pueblos intercambiando las semillas autóctonas de Erribera y aceptando como única ayuda alimento y alojamiento. El invento a pedales puede ser considerado como un huerto móvil y la primera Slow Food Truck del mundo.

Precisamente es Ferrán Adriá quien dice que el tema de la vuelta al cultivo de la tierra debe ser un objetivo mundial, por lo que los autores de ‘Los últimos de la mejana’ (2019) partieron de una casuística local para ir ampliándola y enriqueciéndola con experiencias en la agricultura de otras partes.

En la Mejana, que es la huerta de Tutera, la cifra de hortelanos ha pasado alarmantemente en cuarenta años de 1.500 hortelanos a solo 25, con una avanzada edad que oscila entre los 70 y los 94 años, así que todos están ya jubilados.

De ahí la urgencia por crear una escuela en la cual las nuevas generaciones aprendan a cocinar desde la huerta, porque el chef Santi Cordón, del restaurante Trinquete, defiende que cuando se está cultivando ya se empieza a cocinar el producto del Km 0. El «cocinero verde» ha trabajado codo con codo con el fotógrafo y documentalista Patxi Uriz Domezaín, que ganó junto a Alex O’Mill el Goya al Mejor Cortometraje Documental por ‘Hijos de la tierra’ (2016).