La película que lo ganó todo en el SSIFF 68
BEGINNING
Georgia-E. francés. 2020. 130’. Dtora.: Dea Kulumbegashvili. Guion: Dea Kulumbegashvili y Rati Oneli. Prod.: Rati Oneli, Carlos Reygadas, David Zerat y Ilan Amouyal. Int.: Ia Sukhitashvili, Rati Oneli, Kakha Kintsurashvili. Fot.: Arseni Khachaturan. Mús.: Nicolas Jaar. Mont.: M. Taponier.
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Por primera vez se dio una coincidencia bastante unánime entre el jurado de la sección Oficial y la crítica especializada presente en Donostia, al considerar como clara y rotunda ganadora del SSIFF 68 a la película georgiana ‘Beginning’ (2020).
Tampoco hubo protestas reseñables, salvo alguna voz discordante que clamaba en el desierto, cuando arrasó en el palmarés llevándose los cuatro premios más importantes: la Concha de Oro a la Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guion y Concha de Plata a Mejor Actriz para la estelar Ia Sukhitashvili.
Con todo lo que impresiona ver triunfante a una ópera prima, la sorpresa puede calificarse de relativa en vista de que la debutante Dea Kulumbegashvili había contado con el respaldo del maestro del cine contemplativo Carlos Reygadas. Es de suponer que algo había visto en ella el mexicano, porque se trata de una cineasta perteneciente a una generación más radical que la suya, o que la del enfant terrible Amat Escalante, la de Gaspar Noé, o incluso la del venerable Haneke.
La radicalidad de Kulumbegashvili se manifiesta en que no hace ninguna concesión al espectador, que en condiciones normales debería sentirse incomodado y provocado en lo más íntimo de su ser, salvo por el hecho que existe una audiencia más que receptiva para este tipo de experimentos inmisericordes creada por los festivales que rinden culto al cine de autor hasta unos extremos de fanática adoración masoquista.
Un público mutable que ya no rinde culto a Lars Von Trier, y menos ahora que ha encontrado una heroína mucho más dura y estoica en la Yana encarnada por Ia Sukhitashvili. Una mujer enfrentada a la religiosidad sectaria de tradición patriarcal, así como a los delitos de odio perpetrados por la ultraderecha, dentro de una Georgia ortodoxa, con los Testigos de Jehová como minoría a rechazar.