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No puede haber «tercera ola», porque no ha acabado la segunda

La epidemiología también es una ciencia. Aunque sobre el coronavirus, lógicamente, todo el mundo opina, conviene acudir a los expertos para hablar con propiedad y entender, técnicamente, a qué nos enfrentamos. Jesús Castilla, epidemiólogo del Gobierno de Nafarroa, nos ayuda en esta tarea.

Desde un punto de vista epidemiológico, no se puede hablar de una «tercera ola» después de navidades.

Desde un punto de vista epidemiológico, no se puede hablar de una «tercera ola» después de navidades. Es terminología periodística, nada más. Esto no quiere decir, por supuesto, que los contagios no vayan a subir. Claro que lo van a hacer y, probablemente, no poco. Según explica el epidemiólogo Jesús Castilla, la situación actual es el resultado de un conjunto de factores que juegan a favor de la contención de la epidemia (medidas de seguridad, concienciación ciudadana y restricciones, fundamentalmente) y otros que juegan en contra (climatología, encuentros, relajación de medidas...). Actualmente existe cierto equilibrio, que explica que los números en Euskal Herria no se disparen, pero ese equilibrio se va a romper con las navidades.

Cuando se desequilibre la situación y empiece el repunte de los contagios, la ola actual se convertirá en «onda bimodal». Este dibujo, algunos años, también lo reflejan las curvas de la gripe. Técnicamente, para que se cierre una ola la presencia del virus debería bajar del umbral epidémico, cosa que está todavía lejos de suceder.

El umbral epidémico, para la gripe, el Ispln lo tiene fijado en 40 casos por 100.000 habitantes en una semana. Esta medida equivaldría a bajar de los 80 casos de IA a 14 días. El umbral epidémico no es un número elegido al azar. «Lo que nos dice el umbral epidémico es que, mientras se mantenga la situación por debajo de este nivel, la circulación del virus está autocontrolada, pero cuando se supera el umbral, el virus tiende a hacer una onda completa», explica el experto del Instituto de Salud Publica de Nafarroa.

Asimismo, supone un error hablar de una tercera ola, porque ni siquiera se ha terminado la temporada epidémica, ni se ha cambiado de estación.

En tercer lugar, es un error considerar una «tercera onda» al repunte que habrá ligado a la navidad, porque esta segunda ola habrá que compararla después con la segunda ola en otros países. Así, lo que hoy esta sufriendo Alemania es el inicio de la segunda onda (por eso sube a tanta velocidad) que a Euskal Herria llegó de forma más temprana. Sería un error, por tanto, comparar el fenómeno que vive ese país con el que se vive en Hego Euskal Herria, aunque coincidan en el tiempo. Uno es la segunda parte de una «onda bimodal» y el otro el inicio de una ola completa.

Esta segunda ola está teniendo elementos muy atípicos. El más destacable es su duración en el tiempo, que se debe a todas las medidas que se han tomado para contenerla. De no haberse intervenido, la ola hubiera crecido muchísimo más rápido, hasta agotarse de forma natural, pero eso hubiera supuesto la muerte de miles de personas y el caos sanitario.

Como las olas epidémicas nunca han durado tanto como esta, es imposible predecir cuándo terminará la segunda. Lo más probable es que se estabilice una meseta con repuntes y bajadas menores en función de las medidas de control, de los desequilibrios.

Casi seguro que esta onda la bajaremos «a pelo», sin vacuna. Esto no quita que ciertos sectores concretos pero muy vulnerables, como residencias, enfermos renales u oncológicos, puedan liberarse de las restricciones inhumanas a las que se les ha sometido, a través de una vacunación selectiva.