Los clubes apoyan a las futbolistas y cargan contra la Federación Española
Jugadoras y equipos abogan por la reforma del protocolo covid-19, que se ha saldado con el aplazamiento de un sinfín de encuentros. Consideran desvirtuada la competición, que difícilmente podrá completarse.
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Enésimo incendio en el fútbol femenino. La mecha prende ahora con el protocolo covid-19 de la Federación Española, saldado con un sinfín de aplazamientos que amenazan con adulterar una competición que difícilmente se va a poder completar.
Curiosamente, la Liga en Primera comenzó el cinco de octubre, un mes después de lo previsto por la propia RFEF, porque ésta no había desarrollado un protocolo sanitario que permitiese su puesta en marcha, algo de su responsabilidad al tratarse de una categoría no profesional. Se elaboró para el 25 de septiembre siguiendo las recomendaciones del Consejo Superior de Deportes y a mediados de noviembre se le añadió la obligación de realizar test antígenos semanales entre dos y tres días antes de los partidos, cuyos resultados negativos deberán presentarse para poder competir. El tiempo ha demostrado que el protocolo puede velar por la salud de las deportistas, que lógicamente es la prioridad, pero que entorpece enormemente el desarrollo de la competición.
A día de hoy, son 32 los partidos aplazados en las 18 jornadas disputadas, de los cuales sólo se han recuperado trece y otros tantos ni siquiera tienen fecha para su disputa. Sólo en una ocasión no ha concedido el aplazamiento el Juez de Competición, que sí ha atendido el resto de peticiones, al margen del número de positivos y contactos directos notificados por los equipos en su solicitud.
Se han llegado a dar casos tan difícilmente explicables como el aplazamiento del partido que debía haber enfrentado a Real Madrid y EDF Logroño el pasado 23 de enero y que se aplazó cuando estaba a punto de comenzar, con las jugadoras calentando ya sobre el césped, porque el jefe de prensa del EDF, que había viajado con el equipo riojano a Madrid, esperaba el resultado de un test tras saber que era contacto directo de un positivo. Ni siquiera hubo opción a retrasar una hora el encuentro, a la espera de conocer el resultado de la persona afectada que, por cierto, fue negativo.
La situación es poco menos que insostenible y las futbolistas están muy preocupadas. En las últimas semanas han mantenido reuniones con la Federación Española pero, ante la falta de acuerdo, el pasado sábado emitieron un comunicado conjunto en sus redes sociales, subrayando la «necesidad de determinar un protocolo más concreto» que proteja a las deportistas pero que también permita el desarrollo de la competición.
En este sentido, y para evitar una Liga «adulterada y llena de incertidumbres», explicaba que habían propuesto a la RFEF «intentar priorizar los partidos aplazados de la primera vuelta», que se están quedando sin huecos en el calendario, y establecer un protocolo que permita «disputar los encuentros si ambos equipos tienen el mínimo de jugadoras disponibles que se exigen para disputarse un partido». El comunicado se vio acompaña de un pequeño gesto público, el que protagonizaron las futbolistas durante el fin de semana, parando unos segundos en el arranque de los partidos.

La respuesta de la Federación Española fue inmediata. El mismo sábado por la noche emitió una extensa nota, en la que aseguró que «continuará priorizando la salud» y «garantizando que el juego se desarrolle en las condiciones de seguridad imprescindibles», anunció la convocatoria de la Junta de División de la Competición Profesionalizada de la RFEF, integrada por la propia Federación y los clubes, para esta tarde, y recordó, entre otras cuestiones, los miles de test que ha distribuído de forma gratuita, la existencia de un Responsable Médico en cada equipo encargado de acreditar la situación de las futbolistas, la negativa de los clubes de Primera a reorganizar la competición en grupos y fases o la ratificación de su protocolo covid-19 por parte del Consejo Superior de Deportes antes de su puesta en marcha.
Faltaban por posicionarse los clubes. Lo ha hecho esta misma tarde la ACFF –no pertenecen a la misma Athletic, Barcelona, Real Madrid y Santa Teresa entre los equipos de Primera–, apenas media hora antes de que se celebrase, de forma telemática, la reunión de la Junta de División de la Competición Profesionalizada de la RFEF. Y lo ha hecho con un comunicado duro, en el que ha mostrado su «apoyo absoluto» a las jugadoras, ha calificado de «inadmisible» la respuesta a éstas por parte de la Española y ha criticado su «deficiente gestión», no sólo en lo concerniente al protocolo covid.
La Asociación de Clubes, además, ha desmontado alguno de los argumentos utilizados por la RFEF, recordando por ejemplo que la entrega de test gratuitos está condicionada al «cumplimiento de una serie de obligaciones de carácter comercial y normativo», por lo que muchos clubes han tenido que recurrir a la ayuda de otras organizaciones». Y se ha mostrado especialmente crítica con el hecho «inaudito» de que «justo cuando el colectivo de futbolistas se muestra crítico con la RFEF y traslada su disgusto por su gestión de la competición, se pretenda dar a entender que son los Clubes los que realmente tienen el poder de decisión cuando la realidad es justo la contraria».
En cualquier caso, y «ante la pasividad» de la RFEF, ha explicado que trabaja en una serie de propuestas que «serán compartidas con las capitanas y el resto de clubes». No parece sencillo que tengan el visto bueno de la Española, que ya ha anunciado que «seguirá actuando conforme al protocolo».