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El Barça afronta la final de Copa con el objetivo de salvar la campaña ante su rival preferido

En Barcelona ven la cita de este sábado como la opción más factible de conseguir un título esta temporada, aunque una buena racha le ha permitido reconducir el rumbo en liga. Décima final en trece años, el Barça buscará reafirmar su dominio copero ante el Athletic, víctima favorita de los catalanes.

Leo Messi y Ander Capa, durante el encuentro disputado en San Mamés esta temporada. (Aritz LOIOLA/FOKU)

La derrota del pasado fin de semana contra el Real Madrid ha provocado que el Barça vea la final de Copa del próximo sábado contra el Athletic como la opción más factible de conseguir un título esta temporada. Una posibilidad que, por otro lado, una gran mayoría de la afición blaugrana hubiera firmado a inicio de temporada, con el equipo sumido en una gran crisis social, deportiva y económica.

Tras un final de temporada turbulento, al que al parón provocado por el coronovirus se le unió la debacle en Champions contra el Bayern de Munich (2-8) y el burofax de Leo Messi con el deseo de abandonar el club de su vida, el inicio del nuevo curso no fue mucho mejor para el Barça. La llegada de Ronald Koeman debía dar un respiro al equipo, aunque la falta de fichajes no permitió al técnico holandés llevar a cabo su plan de juego. En estas condiciones, el Barça empezaba el mes de diciembre como décimo clasificado en Liga después de perder 2-1 contra el Cádiz, además de acumular tropiezos previos contra rivales inesperados, como el Getafe (1-0) o el Alavés (1-1).

A partir de la derrota contra el Cádiz del 5 de diciembre, a la que siguió tres días después un doloroso 0-3 contra la Juventus en la fase de grupos de la Champions, los blaugrana encadenaron 19 partidos sin perder en la Liga, hasta que el pasado domingo el Barça cayó, por los pelos, en Madrid por 2-1. De esas 19 jornadas invicto, solo Valencia, Eibar y, de nuevo, Cádiz consiguieron rascar un empate ante el Barça, que entre el 21 de febrero y el 4 de abril encadenó seis victorias seguidas que han aupado de nuevo al equipo a luchar por el título. Por delante, sólo Real Madrid y Atlético, a uno y dos puntos respectivamente, y todavía con un partido clave por disputar contra los colchoneros.

El sistema de Koeman, clave

Tras un inicio de temporada dubitativo y de tener muchos problemas con las lesiones, sobre todo en la línea defensiva, Koeman decidió aparcar el 4-2-3-1 utilizado con la selección holandesa, y que no acababa de funcionar en Barcelona, para alternar el clásico 4-3-3 con un 3-5-2 que levantaba dudas entre la afición culé. Sin embargo, los tres centrales acompañados de dos carrileros ha pasado de ser un parche a convertirse en el sistema preferido del holandés, acompañado además de un juego que parecía olvidado en el Camp Nou.

A pesar de ser el sistema con el que se remontó la semifinal copera contra el Sevilla y se plantó cara al Paris Saint-Germain en la vuelta de los octavos de Champions, la agónica victoria contra el Valladolid (1-0) y la derrota en Madrid de las dos últimas jornadas de Liga han despertado de nuevo las dudas con el 3-5-2, y más concretamente contra rivales encerrados en su área para buscar el contragolpe.

Así, sin saber todavía cómo ha planteado Koeman la final contra el Athletic, parece improbable que el entrenador blaugrana decida apostar de nuevo por la línea de tres en defensa contra el equipo de Marcelino, un técnico que ordena bien a sus hombres atrás y encima cuenta con Williams en punta para hacer daño a unos centrales del Barça que, excepto Ronald Araújo, no destacan por su velocidad a la hora de recuperar la posición. De hecho, en los encuentros previos contra el Athletic de esta temporada, todos ellos disputados en el mes de enero, Koeman salió con defensa de cuatro para intentar frenar el ataque rojiblanco.

Contra el Athletic, cara y cruz

La final del sábado será la cuarta ocasión en que catalanes y vascos se vean las caras esta temporada. De momento, el balance es favorable al Barça, ya que ha conseguido vencer en los dos partidos de Liga, pero la victoria más importante hasta el momento se la llevó el Athletic en Sevilla, en la final de la Supercopa. Previamente, Messi había amargado el estreno de Marcelino García Toral en el banquillo de San Mamés con un doblete el día de Reyes (2-3), para tres semanas más tarde repetir victoria por 2-1, esta vez en el Camp Nou.

Aún con la victoria de la Supercopa en la memoria, el Athletic no debería confiarse de cara a la final de Copa, un título que en los últimos años se ha convertido en uno de los favoritos de la plantilla blaugrana. Desde la llegada de Pep Guardiola al banquillo, en la temporada 2008-09, el Barça ha conseguido seis títulos coperos, a los que hay que sumar tres subcampeonatos, con la posibilidad de conseguir el séptimo en trece ediciones contra su rival favorito. Desde aquel lejano 2009, Barça y Athletic se han enfrentado en tres finales (2015 y 2012, además del mencionado 2009), saliendo el Barça campeón de todas ellas. La cita del sábado puede reafirmar todavía más el dominio blaugrana o acabar de una vez por todas con la pesadilla copera del Athletic.