Carta de un hijo a su amantísimo padre

EL OLVIDO QUE SEREMOS
Colombia. 2020. 136’. Dtor.: Fernando Trueba. Guion: David Trueba, sobre la novela de Héctor Abad Faciolince. Prod.: María Isabel Páramo, Cristina Huete y Dago García. Int.: Javier Cámara, Patricia Tamayo, Juan Pablo Urrego, Sebastián Girlado.

La última película de Fernando Trueba se proyectó en la sesión de clausura del SSIFF 68, y a Donostia acudía con el sello  del Festival de Cannes. Las reacciones fueron encontradas y hubo división entre la crítica, desde quienes vieron en ‘El olvido que seremos’ (2020) una hermosa obra humanista, a cuantos opinaron, por el contrario, que se trataba de un biopic anticuado, lleno de excesos melodramáticos y vaciado de carga ideológica para buscar una equidistancia entre la derecha y la izquierda.

Por no ponerse no se pusieron de acuerdo ni con respecto a la actuación del estelar Javier Cámara, ya que mientras hubo defensas entusiastas de su entregada caracterización y trabajado acento colombiano, también se colaron ataques que opinaban bien distinto, considerando la entonación forzada y la bondad del personaje como fruto de la impostación.

Por mi parte, opino que si el director de la película hubiese sido otro, el actor riojano hubiera recibido una valoración más favorable. Y es que Fernando Trueba es un cineasta reconocido oficialmente, pero al que se le tiene bastante ojeriza y no se le perdonan errores artísticos y profesionales que todo director con una carrera larga como la suya está en trance de cometer.

No sé si el Goya obtenido a la Mejor Película Latinoamericana le compensa, en medio de tanta crispación, cuando ‘El olvido que seremos’ (2020) aspira paradójicamente a transmitir un mensaje de respuesta social pacífica.

Encaja en el ideario Trueba en cuanto a que siempre ha estado conectado con el continente suramericano, al que dedicó sus anteriores ‘Calle 54’ (2000), ‘El milagro de Candeal’ (2004), ‘El baile de la Victoria’ (2009) y ‘Chico & Rita’ (2010). Asimismo por su concepción familiar del cine, dado que para adaptar la novela original de Héctor Abad Faciolince contó con su hermano David Trueba como guionista de excepción.

Al fin y al cabo esta historia habla del sentimiento familiar, mediante la carta de amor de un hijo a su padre, un hombre dedicado a luchar contra la marginación de las clases desfavorecidas, un médico que se adelantó a la actual situación sanitaria, recomendando el lavado de manos como medida higiénica contra los contagios debido a las condiciones insalubres en los barrios pobres, a los que también quiso llevar la red de agua potable.

Su cruzada contra la polio infantil y otras causas desembocaron en una incursión en política por Medellín que le costó la vida.