Aglaya Events crea entornos 3D para eventos virtuales online

Congresos, ferias y eventos multitudinarios se han visto frenados con la pandemia, lo que ha obligado a sus organizadores a buscar alternativas online. El iruindarra Martín Vidaurre y el donostiarra Gorka Lorenzo habían detectado previamente la falta de digitalización en ese sector, y aprovecharon el contexto para tomar impulso. Su propuesta es una plataforma inmersiva para organizar este tipo de actividades en entornos 3D.

Los dos jóvenes se conocieron en el grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación en el campus de Irun de Mondragon Unibertsitatea. Habían llevado a cabo varios proyectos juntos y en abril de 2020 empezaron a trabajar en esta oportunidad. Para darle forma han contado con el conocimiento de Eywa Space. La venture builder especializada en realidad virtual y aumentada tenía detectada esta necesidad y les ha ayudado en el desarrollo de la tecnología. Tres meses después constituyeron Aglaya Events, a la que recientemente se ha incorporado Gorka Lucero, un perfil técnico enfocado en la evolución del activo tecnológico. La contratación ha sido posible gracias a una ayuda de Fomento de Donostia y Lanbide, que se suma a otras recibidas para el desarrollo de I+D como Txekintek-Ekintzaile que han obtenido a través de BIC Gipuzkoa.

La plataforma está operativa desde octubre y en ella van implementando mejoras continuamente. La adecuan a las necesidades de cada evento para ofrecer un servicio personalizado a sus clientes. Cuentan con un «abanico de posibilidades» del que pueden escoger cuales quieren. Quieren caracterizarse por los acabados realistas y profesionales, «que las personas usuarias no se sientan en un juego». En ese sentido, Vidaurre destaca algunas características de la herramienta. La interacción es mediante chat de audio 3D de cercanía, de modo que si dos avatares se acercan, se escuchan; pero cuando se alejan, dejan de hacerlo. «Aporta usabilidad: Podemos tener diferentes focos de audio sucediendo a la vez sin que se pisen. La interacción es fluida y realista», afirma el responsable. Además, la vista es en primera persona y los avatares son fotorrealistas. La persona usuaria sube una imagen y mediante un pequeño principio de inteligencia artificial el sistema localiza sus rasgos faciales, y se los superpone al avatar.

Mejora continua

Incorporan nuevas funcionalidades constantemente, algunas surgen de manera interna, otras se las plantean sus clientes; por ejemplo, están desarrollando la posibilidad de agendar citas dentro de la plataforma. Actualmente se puede acceder a los eventos bien con gafas de realidad virtual bien con un ordenador, a futuro quieren adaptarla también a los dispositivos móviles.

Su abanico de clientes es amplio, tanto en tipo de eventos como en agentes del sector: organizadores de eventos, entidades públicas, agencias de comunicación, consultoras de imagen… Además de por proyecto, recientemente han abierto una nueva línea enfocada a empresas para llevar a cabo eventos internos, reuniones de personal o con clientes. Les proporcionan un espacio en el que celebrar esos encuentros durante tres meses, seis meses o un año. El coste de su servicio depende de la magnitud del evento, «no es lo mismo un evento para 50 personas o para 300, que tenga una sala o seis». En la parte de empresa, preparan un proyecto y el cliente escoge una licencia trimestral, semestral o anual.

Han realizado varios eventos, como la feria Berdeago y de cara al otoño tienen cerrados dos más. A nivel interno están en medio de una ronda de financiación para lograr fondos con los que crecer «exponencialmente en muy poco tiempo y ser más independientes de cara al futuro».

En el grado han podido profundizar en sus habilidades de cara al cliente, su principal reto ha sido la venta de tecnología. «Hemos tenido que aprender, conocerla de primera mano». Vidaurre cree que está siendo una vivencia muy enriquecedora, «un máster intensivo continuo». Reconoce que está ganando conocimiento y habilidades en nuevos campos. «Creo que es la mejor experiencia que podía haber tenido nada más acabar la carrera», concluye.