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La Liga se aferra a un fondo tras 20 años de despilfarro y una pandemia

Messi copa titulares pero masa salarial, CVC, clubes-Estado y Twitch son los vértices que delimitan el terreno de juego de la nueva Liga. Superada la fase galáctica de aberraciones como la Ley Beckham, quedan la resaca económica y la expectativa de mayor igualdad deportiva.

Javier Tebas, polémico presidente de la LFP y gestor del acuerdo con el fondo CVC. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

¿Hay algo más sorprendente que un inicio de Liga sin Leo Messi? Lo hay. Y es que a horas del Valencia-Getafe del estreno (este viernes a las 21.00) siete clubes, incluido el Barcelona, aún dudan de si podrán inscribir a sus nuevos fichajes por tener superadas sus masas salariales. Messi no ha sido detonante, pero sí síntoma: ni siquiera habiéndole cerrado la puerta tan bruscamente ha conseguido el Barça quedar por debajo de su tope de gasto.

La resaca es tremenda. La Liga aterriza en la cruda realidad –le ha hecho falta una pandemia con pérdidas multimillonarias– tras dos décadas viviendo en la utopía capitalista de Florentino Pérez en la que la burbuja crecería eternamente. La estrategia ya la confesó el constructor hace un tiempo: con su apuesta por los galácticos a inicios de siglo (Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham...) buscaba crear una inflación artificial que reventara el planeta fútbol. Pura especulación. Sobre esa ficción galáctica ha vivido desde entonces la competición estatal, con evidente patrocinio político: la recalificación de la Ciudad Deportiva que disparó los beneficios del Madrid con el Ejecutivo Aznar, la Ley Beckham que permitía a estos jugadores tributar más bajo como «no residentes» ya con Zapatero, toda la secuela de tropelías autonómicas y locales...

La elevación del listón económico convirtió el ya anterior bipartidismo Madrid-Barça en auténtico duopolio, inflado a sí mismo por la coincidencia con la voraz pugna deportiva Cristiano Ronaldo-Messi. El Real Madrid siguió cometiendo desmanes como gastar cien millones de euros en un jugador como Bale, pero fue al Barcelona a quien se le fue la mano en estos últimos años inflando salarios.Hasta que llegó el covid-19 y mandó parar: el club culé ha dejado de ingresar unos 300 millones de euros por el virus que ha parado el turismo y debilitado el merchandising.

No es el único que tiene mal despertar hoy; por citar un mero ejemplo cercano geográficamente, el Levante ha estado en verano dispuesto a desprenderse de cualquier jugador que tuviera una buena oferta. Pero no hay compradores.

Fondo de inversión, nueva trampa

En favor de la Liga hay que decir que, al contrario de lo que ocurre en la Ligue 1 francesa con el abominable ejemplo del PSG, la norma de fair-play financiero adoptada a nivel europeo con ajustes estatales se está cumpliendo razonablemente. Quizás porque en el Estado español pesen aún en la memoria los dos rescates públicos a clubes en ruina, en 1985 y 1992, que dieron paso a la generalización de sociedades anónimas deportivas. La prueba es que el Barcelona no ha encontrado el pase final de Javier Tebas que esperaba para poder mantener a Messi. La Liga no ha cedido pese a la tremenda devaluación que le supone perder al crack argentino.

Sin embargo, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional sí se ha sacado de la manga un regate que puede generar una nueva burbuja. Se trata del acuerdo con el fondo de inversión CVC que preveía inicialmente 2.700 millones de euros en la competición y los clubes (una minúscula parte para fútbol femenino) a cambio del 11% del negocio de la Liga.

El anuncio de la pasada semana fue recibido con alborozo al principio por los clubes, dado el balón de oxígeno millonario que les suponía. Pero pronto empezaron a proliferar las dudas. Por un lado, CVC ya había intentado lo mismo con otras grandes ligas sin conseguirlo. Por otro, los derechos televisivos quedan implicados en el contrato, lo que ataba las manos a los clubes más golosos para la audiencia. Y su duración es de medio siglo, una desmesura evidente.

De momento, la asamblea de la LFP aprobó ayer vender parte de su alma al diablo «inversor», pero con una división final complicada de gestionar que hace prever que el litigio seguirá: Real Madrid, Barcelona, Athletic y Oviedo votaron no y se quedan fuera del reparto y también del eventual beneficio, con lo que la inversión del fondo baja a entre 2.100 y 2.200 millones. Además, el club merengue ha llevado el asunto a los tribunales. Y todo ello sin olvidar que Real Madrid, Barcelona y Atlético ya se quitaron la careta en su apuesta por una competición mayor, la Superliga europea, con lo que aparentemente solo fue un primer globo-sonda en abril pasado.

La competencia y la televisión

Este aterrizaje forzoso de la Liga se complica por el mejor momento de sus competidoras y la irrupción de los llamados «equipos-Estado» con financiación petrolera: con el PSG «qatarí» está compitiendo en fichajes el Manchester City «emiratí». La Premier, mucho mejor organizada y con ingresos televisivos mucho mayores y mucho mejor repartidos, mantiene posición puntera. La italiana ha ganado en espectacularidad futbolística y contará con la tracción de la recién ganada Eurocopa. Y la francesa, que parecía muy tocada tras la quiebra del operador de televisión que no pudo cumplir los plazos de pago, se viene arriba ahora con un tridente que todo el planeta querrá paladear: Messi, Mbappé y Neymar.

No es casual que la televisión haya aparecido ya un par de veces en este artículo. A falta de saber cómo responden las aficiones en el regreso paulatino a las gradas, la pantalla supone un factor clave en el negocio fútbol, hasta el punto de que su dinero ha cubierto estos años prácticamente todo el presupuesto a clubes pequeños de la Liga como el Eibar. Los derechos audiovisuales ligueros van a salir a subasta próximamente, un embate crucial que se abordará en pésima posición de partida tras la pérdida de Messi. Pero no es algo puntual: antes ya se fueron Cristiano Ronaldo o Neymar, sin que se haya podido atraer a estrellas jóvenes rutilantes como Mbappé, Haaland o los talentosos tres cuartos ingleses.

La deriva televisiva, por otro lado, resulta especialmente incierta. En el marco del debate de la Superliga, Florentino Pérez ya puso sobre la mesa la evidencia de que las generaciones jóvenes consumen menos fútbol, o más bien lo engullen de otra forma, en formato «highlights» o multipantalla. La Liga acaba de lanzar la posibilidad de una televisión propia por streamming, al estilo de la oferta de la NBA y queriendo quizás cortar el paso a fórmulas emergentes como Twitch.

¿Vuelta a las ligas del Deportivo o Valencia?

Con merengues y azulgranas disminuidos en potencial económico y deportivo, las hinchadas pueden soñar en este inicio de Liga con una competición más equilibrada que en estas dos décadas. De hecho, la última edición ya se la ha llevado el tercero en discordia, Atlético, que parece en condición de seguir peleando de tú a tú con un Barça inevitablemente alicaído y con un Madrid que tiene pendiente la renovación generacional.

Aunque en Madrid y Barcelona a nadie le haya importado este tiempo, el duopolio se admite ahora como un lastre. De las 16 ligas anteriores a esta última, solo una tuvo otro ganador (fue también el Atlético, en 2014). Entre 1999 y 2003, sin embargo, dos fueron para el Valencia y otra para el Deportivo. ¿Puede volver a abrirse el abanico? En esos 17 años, por hacer una comparativa, la Premier ha tenido seis ganadores: los dos de Manchester, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Leicester.

El Sevilla ya compitió en ciertas fases del pasado año y va tan sobrado que no ha tenido grandes dudas en desprenderse del eléctrico Bryan Gil (otro talento que vuela de la Liga, al Tottenham). El Villarreal ha dado un salto con el triunfo en Europa League y cuenta con futbolistas emergentes como Pau Torres o Gerard Moreno. Real Sociedad y Athletic también pueden rondar por esa «pomada». Aunque lo cierto es que la crisis de mercado sacude a todos y ningún equipo del pelotón medio se ha fortalecido lo suficiente para comparecer con galones de aspirante a revelación.

 

EN CINCO DATOS

24.250 MILLONES: Es lo que vale el negocio de la Liga según la tasación del fondo de inversión CVC, que destinará finalmente 2.100 millones al descontarse la tajada de los dos grandes. Por hacerse una idea, 25.000 millones fue lo que aprobó destinar la UE a combatir la pandemia justo antes de su estallido. Y 25.000 millones es también el ingreso extra que espera el Estado español este verano con la reapertura turística.

700 MILLONES: Es el volumen de pérdida de ingresos de los equipos de Primera División por la pandemia, casi la mitad correspondiente al Fútbol Club Barcelona, que era también el que más ingresaba por entradas y camisetas.

3.421 MILLONES: Es lo que obtuvo la Liga por los derechos televisivos en los tres últimos años, una cifra que tendrá difícil mantener en la próxima renegociación, tras la pandemia, con los nuevos modos de consumo... y sin Messi.

120 MILLONES: Se los ha gastado el City, uno de los llamados «equipos-Estado», por Jack Grealish, un suplente de la selección inglesa. Messi, Donnarumma o Sergio Ramos han llegado libres al PSG, sin pagar fichaje.

40 MILLONES NETOS ganará Leo Messi esta campaña en el PSG, cuando en el Barcelona se había embolsado hasta 71 por año.

 

EN CINCO NOMBRES

DE PAUL: Un medio moderno, con mucho despliegue físico pero también buena técnica, que pone la guinda a la completa plantilla del Atlético. Fue el mejor jugador de Argentina en la final de la Copa América ganada a Brasil en Maracaná; palabras mayores.

ALABA: El austriaco ex del Bayern ha sido elegido por el Madrid como relevo de Sergio Ramos, pero tendrá que mostrar su liderazgo. Es un ejemplo de polivalencia: empezó como lateral, pasó a central y puede emplearse también en el pivote.

DEPAY: El punta holandés llega tras dar vueltas por varias ligas sin pena ni gloria, pero es el que más ha convencido en pretemporada y quien más expectativas genera en Can Barça... salvo que Griezmann asome al fin o Pedri despunte.

DMITROVIC: Puestos a rebuscar entre los pocos movimientos del mercado veraniego, el excancerbero del Eibar asoma como incorporación más que exótica por parte del Sevilla. Lopetegi sabe de esto y ha optado por el serbio.

BORDALÁS: El técnico más polémico, para el banquillo más caliente de la Liga: Valencia. Una combinación explosiva que solo puede acabar muy mal... o muy bien.