Lopetegi, bailando con lobos en Wolverhampton

En julio de 2016, el conglomerado empresarial chino Fosun Internacional se hizo con el control del conjunto del Molineux a cambio de 52 millones de euros. El club, entonces en la Championship, buscaba regresar a la Premier League y, con dicho objetivo, puso sus ojos en Julen Lopetegi. El asteasuarra, que había sido destituido meses antes en el Oporto, llegó a un acuerdo con los Wolves. Sin embargo, no llegó a sentarse en el banquillo del equipo inglés, ya que recibió una oferta de la Federación española, un organismo que conocía a la perfección tras haber dirigido a los combinados inferiores con éxito durante cuatro años, para hacerse cargo de la selección absoluta. Pese a no concretarse su llegada al conjunto inglés, la gerencia del club siempre tuvo su nombre marcado en rojo. Hasta que, finalmente, poco después de su salida del Sevilla, los caminos del guipuzcoano y el Wolverhampton han terminado por juntarse.

Su llegada se produce en un momento complicado para la entidad, con el equipo en puestos de descenso, después de haber sumado apenas 10 puntos en 15 encuentros. Una situación que generado que las críticas respecto a la gestión por parte de la propiedad hayan aumentado de forma exponencial. Y es que el vasco ha firmado por un conjunto que representa como pocos la visión empresarial de muchos propietarios, asentados a miles de kilómetros de distancia, que incluyen la compra de un club de la Premier League en su cartera de inversiones.

Un equipo histórico, fundado en 1877, que resulta decisivo para entender el devenir del fútbol europeo el pasado siglo. Los Wolves ganaron las ligas de 1954, 1958 y 1959, así como las Copas de 1949 y 1960, lo que les acreditó como uno de los mejores elencos ingleses de la época. Fueron, además, los primeros en instalar torretas de luz artificial para poder albergar encuentros nocturnos, lo que supuso un gran avance. Eran los tiempos en los que futbolistas como Broadbent, Clamp, Flowers, Mullen, Slater, Williams, Wilshaw o Wright escribieron páginas doradas en el club.

Durante los primeros años de los cincuenta, el Celtic, el First Viena, el Maccabi de Tel Aviv o el Racing de Avellaneda visitaron el Molineux para disputar encuentros amistosos. No fueron los únicos, ya que los choques ante el Spartak de Moscú y, especialmente, el celebrado ante el Honved húngaro en 1954, inspiraron a los periodistas de L’Equipe Gabriel Hanot y Jacques Ferran a plantear la creación de una Superliga continental. Una propuesta que desembocó en la puesta en marcha de la Copa de Europa, competición en la que los Wolves alcanzaron los cuartos en 1960, siendo eliminados por el Barça. Un año después llegarían a semifinales de la Recopa, cayendo ante el Rangers. En los sesenta vivieron una travesía del desierto que acabó en descenso, aunque retornaron a la élite de la mano de Ronnie Allen, poco antes de que fichase por el Athletic. En 1972, estuvieron muy cerca de la gloria continental de la mano de Bill McGarry, otro técnico que fue tentado para dirigir a los leones. Los Wolves disputaron la final de la UEFA contra el Tottenham tras haber dejado en la cuneta a la Académica de Coimbra, ADO La Haya, Carl Zeiss Jena, Juve y Ferencvaros. En los ochenta, por contra, acumularon varios descensos consecutivos y sus hooligans causaron estragos, pero el fichaje de un clásico de los banquillos como Graham Turner y los goles de Steve Bull levantaron la moral de los hinchas.

Guo Guanchang y Jorge Mendes, los nombres clave

La historia del club cambió hace algo más de seis años, con la llegada de Guo Guanchang y su Fosun International Group. Una compañía fundada en 1992, que cuenta con sedes en Shanghai u Hong Kong, y que comenzó su expansión global en 2014. Actualmente, opera en 16 países y  constituye uno de los mayores conglomerados privados de China. Entre sus áreas de negocio están la alimentación, la banca, el comercio, el entretenimiento –con el Circo del Sol y los Wolves como exponentes–, los fondos de inversión, la informática, la industria farmacéutica, la moda, la sanidad privada, el sector inmobiliario, los seguros o el turismo. Guanchang, que realizó cuantiosas donaciones de material médico en China, Corea del Sur, EEUU, Italia o Portugak durante la pandemia, destinó también una importante inversión para desarrollar, junto a la compañía alemana BioNtech, una vacuna contra el coronavirus. Reactivó al equipo retornando a la Premier League y clasificándose para la Europa League dos años después. En su periplo continental, alcanzaron los cuartos de final, cayendo precisamente ante el Sevilla de Lopetegi.

Conocido como el «Warren Buffet» chino, también puso sus ojos en Gestifute, la agencia de representación de futbolistas de Jorge Mendes. El 20% de la misma es propiedad de Fosun, por lo que obtiene beneficios del movimiento de los futbolistas de su cartera. Un ejemplo palmario fue la contratación de Fabio Silva, joven promesa del Oporto que llegó al Wolverhampton tras abonar 40 millones de euros. 10 de ellos se repartieron en comisiones, 3 para Soccer Talents Vision y otros 7 para Gestifute. Un modelo lucrativo que se extiende a las ventas, ya que, por ejemplo, en el caso del traspaso del irlandés Doherty al Tottenham, casi la mitad de los 16 millones de su traspaso acabaron en las arcas de la agencia lusa. La historia se repitió con los traspasos de Diogo Jota y Helder Costa. Actualmente, una decena de los jugadores del Wolverhampton forman parte del conglomerado de Mendes: Adama, Ait-Nouri, Guedes, José Sá, Moutinho, Neto, Nunes, Podence, Ruben Neves y Semedo. Los dos anteriores técnicos, sus compatriotas Nuno Espíritu Santo y Bruno Lage –que salió en octubre de los Wolves–, también están entre los representados por Gestifute.

Sus tentáculos se extienden por toda la Premier League, contando con Bernardo Silva, Ederson, Joao Cancelo y Ruben Dias en el Manchester City, Darwin Núñez, Diogo Jota y Fabinho en el Liverpool, Cristiano Ronaldo en el Manchester United, Fabio Vieira en el Arsenal o Ricardo Pereira en el Leicester. En su momento, la federación inglesa inició una investigación al respecto, pero, al igual que la banca, Jorge Mendes siempre gana.

«El objetivo de esta temporada es evitar el descenso»

El preparador guipuzcoano ha llegado al Molineux acompañado de un nutrido grupo de colaboradores: con Pablo Sanz como principal asistente, Óscar Caro será el preparador físico, Fran Garagarza el asesor técnico, Juanvi Peinado se encargará de la metodología y la táctica, Edu Rubio del apartado del rendimiento y tecnología, mientras que Dani Lopetegi ejercerá como analista. En la plantilla,  además de 10 futbolistas lusos –entre los que destaca un Rúben Neves al que el asteasuarra hizo debutar con 18 años en el Oporto–, también hay otros jugadores que han trabajado con el técnico como es el caso del gallego Jonny Otto o del veterano Diego Costa.

Ante el reto que afronta Lopetegi, en NAIZ hemos contactado con periodistas que siguen la actualidad del conjunto inglés para analizar su llegada. En palabras de Matt Cooper, fundador de la plataforma digital Talking Wolves y que también trabajar para la BBC, Channel 4 y Express & Star, «Julen ha estado en el radar de los Wolves durante años y siempre ha sido visto como la primera opción del club, pero con su éxito en el Sevilla, su aterrizaje parecía muy improbable, aunque ayuda que sea un cliente de Jorge Mendes».  Aspectos en los que incide Alex Dicken, creador de Wolves Live, al subrayar que «el club quiere un entrenador que pueda llevarlos al siguiente nivel. Los propietarios hicieron una gran inversión en verano para mejorar el equipo y el objetivo sigue siendo regresar a Europa. Lopetegi ya ha ofrecido un gran rendimiento continental anteriormente, es admirado por la dirección desde hace tiempo y es visto como el técnico de prestigio que los Wolves necesitan para subir varios escalones».

En cuanto a las metas a corto plazo, Cooper lo tiene muy claro: «el único objetivo debe ser evitar el descenso. Los Wolves están completamente desprovistos de confianza. Tiene un gran trabajo en sus manos para darle la vuelta. Si lo consigue, quién sabe a dónde podría llevar al club». Dicken amplía el foco y considera que «los Wolves necesitan mejorar en todas las áreas. Tenía una excelente defensa, pero ha tenido problemas desde que Lagé se fue en octubre. En ataque, han fallado durante tres temporadas seguidas, no pueden marcar goles de forma regular y ese es el mayor problema. Una vez que Lopetegui consiga estabilizar al equipo, el objetivo será acercarse hacia los siete primeros».

«Un ambiente muy tóxico»

El pasado verano, el club gastó 134 millones en fichajes, algo menos de lo que ingresará por los derechos audiovisuales, invirtiendo 45 en el luso Matheus Nunes, 32 en su compatriota Guedes, 24 en el defensa irlandés Collins, 18 en el delantero austriaco Sasa Kalajdzic –lesionado para todo el curso– y 17 en el coreano Hee-Chan Hwang. Sin embargo, hasta el momento, el equipo no ha ofrecido el rendimiento esperado. Cooper resume la situación señalando que «las incorporaciones aún no han tenido el impacto deseado. Matheus Nunes, el fichaje récord, está jugando fuera de su posición y los Wolves no tienen un nueve titular, descartando a Diego Costa como una opción real. El club tiene que respaldar a Julen en enero porque, actualmente, muchos futbolistas están jugando por debajo de su nivel y ha habido un gran número de fallos individuales».

Respecto a las ilusiones levantadas con el nombramiento de Lopetegi, Dicken indica que «ha creado mucha expectación. Es un nombre impactante y el tipo de entrenador que los hinchas llevan tiempo deseando. Se espera que pueda implementar sus ideas en el equipo durante el receso del Mundial y ayudar a salir del descenso después de Navidad». Cooper, por su parte, va más allá y reflexiona sobre el estado de ánimo que rodea a la entidad, «los aficionados están emocionados, sí, pero algunos sienten que puede ser insuficiente y que llega demasiado tarde, ya que el nombramiento debería haberse producido tan pronto como Lagé fue despedido. El ambiente que rodea al club es tóxico y da la impresión de que el contar con una estructura interna real durante años han provocado la caída actual». No obstante, subraya que «espero que pueda dar un poco de confianza a los jugadores porque todos los aficionados saben que disponemos de algunos futbolistas increíblemente talentosos». El cambio emocional pareció evidente tras la vuelta de honor, en forma de presentación, que dio Lopetegi al Molineux antes del encuentro ante el Arsenal, en el que Steve Davis dirigió por última vez al equipo.

Respecto a las posibles incorporaciones en el mercado invernal, ya se apunta a la posible vuelta de Fabio Silva, cedido en el Anderlecht. Sin embargo, Cooper alerta de que «no me sorprendería si el club tuviera una ventana tranquila en enero, salvo que recauden con la venta de jugadores. La hipotética salida que más me preocupa es la de Rúben Neves, al que le queda año y medio de contrato». De hecho, hace escasas fechas, Fabrizio Romano relacionó al luso con el Barcelona. Para el creador de Talking Wolves, «que Neves siga en el equipo es fundamental para la permanencia».  Dicken, por su parte, señala que «Lopetegui tendrá cierto control sobre los fichajes, lo que le permitirá hacer propuestas de su gusto. Espero llegadas procedentes de La Liga dado que es el mercado que mejor conoce. Siempre existirá el vínculo de Mendes, pero Julen tiene experiencia suficiente para saber que Gestifute no puede resolver todos los problemas».  Cooper vincula las llegadas a posibles ventas y cree que el agente luso volverá a ser determinante: «Es posible que veamos a jugadores con un protagonismo marginal dejar el club, lo que permitiría a Lopetegi poder traer a jugadores que le interesen. Ya han comenzado los rumores, pero es probable que Mendes vuelva a tener una gran influencia en el reclutamiento». Entre los primeros nombres que han salido publicados están los de los madridistas Mariano y Nacho.