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Entrevista
Joseba Rodríguez “Haito”
Entrenador del Zuazo

«Lo hemos pasado realmente mal pero hemos descendido con la conciencia tranquila»

Después de 11 años en la élite, el Zuazo consumó su descenso el 28 de mayo, en el último duelo del play-down. Joseba Rodríguez “Haito” (Basauri, 1980) seguirá al frente del equipo y anuncia a NAIZ un cambio de directiva que ha permitido saldar parte de la deuda y comenzar a construir un nuevo Zuazo.

Joseba Rodríguez traslada a las jugadoras las indicaciones en el último partido de la temporada. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

«Como el comer», así califica Joseba Rodríguez la necesidad de un cambio de directiva porque «el club necesitaba a alguien o gente que pudiera dedicarle el tiempo que una estructura como la de Zuazo necesita». La entidad de Barakaldo está inmersa en las renovaciones –prolongan el contrato la mayoría a pesar del descenso– y en las incorporaciones, con el reto de «deshacer lo malo» y «empezar a construir un nuevo Zuazo». El técnico de Basauri ofrece a GARA la valoración de una «temporada realmente dura» y unas claves para el futuro.

¿Qué le ha atraído para continuar en el Zuazo?

Pues lo primordial, ver que realmente se quiere dar el cambio que demandábamos desde hace tiempo. Ya que me he comido la mierda, entre comillas, si ahora van a empezar a hacer las cosas bien, me gustaría formar parte del resurgir o de esa nueva versión de Zuazo. También pesa que hay muchas jugadoras que quieren continuar aquí y que yo tengo un vínculo muy fuerte con mi equipo. Y  un punto muy fundamental es el tema familiar. A día de hoy me cuesta mucho verme lejos tanto de mi mujer como de mi hija. Barakaldo es un sitio que me permite estar cerca de mi familia.

En enero mencionaba que el club le adeudaba. ¿Todavía se sigue en esas condiciones?

Este cambio de directiva ha posibilitado que podamos cobrar toda la temporada 2022-23. Se nos adeuda la mensualidad de mayo todavía –a día de 8 de junio–, pero digamos que es el mejor de los males, porque de no haber sido así, el club habría desaparecido porque la deuda hubiera sido insostenible. Sí que es cierto que todavía mantenemos deuda, tanto el cuerpo técnico como alguna jugadora, de temporadas anteriores. Y se va a alargar en el tiempo porque hay muchos más acreedores.

¿Es el ascenso el objetivo de la próxima temporada? 

Sí. Tenemos base para ello porque siguen muchas jugadoras. De momento estamos apuntalando el equipo con mucho talento joven de Euskal Herria, que es un poco la seña de identidad de Zuazo. También apostando por el futuro. Somos conscientes de que el futuro pasa por tener jugadoras de aquí y jugadoras jóvenes con las que poder trabajar y amoldarlas a nuestro sistema de juego. Vamos a ver cómo podemos conjuntar esa experiencia que tienen las jugadoras del año anterior con las que llegan en una categoría que es nueva para todas, porque lleva tan solo un año. Sí que deberíamos de por lo menos aspirar a estar en ese tren cabecero que nos permitiera subir a corto plazo.

«Estamos apuntalando el equipo con mucho talento joven de Euskal Herria, que es un poco la seña de identidad de Zuazo»

Le alegrará bastante ver la evolución, por ejemplo, de Maddi Bengoetxea, Esti Velasco... Igual su crecimiento se ha visto obligado por las dificultades pero han dado la cara en las últimas dos-tres temporadas duras.

Cuando llegué hace cinco años, hicimos una apuesta muy fuerte por renovar la plantilla. Conmigo llegaron nueve jugadoras, muchas de ellas jóvenes con mucho futuro, como Maddi Bengoetxea, que ha jugado cinco temporadas conmigo. Y es una evidencia que han mejorado y han crecido; no solo ellas, sino la propia Anne Erauskin, Maddi Aalla, June Loidi, Ainhoa Hernández. Hay un montón de jugadoras que han pasado por Zuazo en los últimos cinco años que ahora mismo están jugando en equipos top de la liga. Sí que me llena de satisfacción el ver que he podido compartir cancha con ellas, que he sido parte, no sé si pequeña o grande, de su evolución y verlas triunfar en otro sitio. Me da envidia sana porque creo que si hubiéramos hecho bien las cosas, tal vez podríamos haber retenido a alguna de ellas.

Ha sido una temporada irregular y emocionante. ¿Que le transmitió a la plantilla para dar ese giro de 180º en la fase de descenso?

No fue tanto el qué les dije, sino el cómo nos vimos todas. Llegamos a esa parte de la temporada sabiendo que habíamos tocado fondo, que ya no teníamos nada que perder, que el descenso prácticamente era inevitable porque partíamos como últimas. De hecho, si perdíamos el primer partido con Beti Onak, matemáticamente no, pero virtualmente ya estábamos descendidas. Y eso nos hizo salir sin presión; yo creo que ha sido lo que más nos ha matado este año, la presión acumulada tanto dentro de la pista como fuera de ella. Y, sin embargo, en esa fase final, muchas ya se habían liberado de la responsabilidad de tener que tirar del equipo; muchas ya tenían un poco claro su futuro, no tenían esa incertidumbre que englobaba todo el club y eso nos hizo ver el mejor Zuazo, sobre todo porque vimos la mejor versión de muchas jugadoras que habían estado tapadas y que eran jugadoras importantes.

Por lo menos han terminado disfrutando en la cancha, que en algunas fases de la temporada eso también les ha costado.

La primera vuelta fue buena pero el punto de inflexión lo marca el retorno al campeonato en enero. Recuerdo estar en un curso de entrenadores y recibir un mensaje de Alba Sánchez –una de las capitanas, que al final renueva– diciéndome que no iban a regresar a los entrenamientos. Que era insostenible el tema de los impagos y que se plantaban. Incluso había dudas de si jugar con Bera Bera, que era el siguiente partido. Fue el punto de inflexión para todos. Llegar a ese primer entrenamiento, ver a la plantilla destrozada por todo lo que estaba pasando, ver incluso que estaba encima de la mesa el dejar de competir... Fue una piedra en la mochila que nos fue imposible de llevar; fue un querer y no poder. Cuando llegamos a la parte final sí que les dije a las jugadoras que era el momento de acabar la temporada con un buen sabor de boca. Si íbamos a dejar un cadáver que fuera lo más bonito posible. Para nosotras mismas acabar así ha sido lo más bonito.

«Cuando llegamos a la parte final sí que les dije a las jugadoras que era el momento de acabar la temporada con un buen sabor de boca»

¿Cree que hubiera sido injusto que descendiese Beti Onak?

Justo del todo no habría sido. Porque ellas hicieron una primera vuelta de campeonato muy buena. Pero también es cierto, y esto lo he dicho más veces, que si hemos llegado a esta situación ha sido más por demérito suyo. Nosotros al final nos hemos limitado a hacer lo que tendríamos que haber hecho desde el principio y han sido ellas las que al final no han sabido jugar con esa presión. Lo han tenido en su mano y casi lo dejan escapar. No sé hasta qué punto podríamos decir que ha sido justo. Pero desde luego no hubiera sido lo mejor. A mí me hubiera gustado que nos hubiéramos salvado los dos. Pero bueno, me alegro también mucho por Miguel [Etxeberria]. Es una persona a la que le tengo mucho aprecio. Sé que ha sufrido un montón, sobre todo en este último tramo de temporada. Espero y les deseo que vaya bien porque al final es un club que está haciendo muy bien las cosas.

A veces para deshacer los errores es necesario dar un paso atrás.

En el play-down veía al equipo mejor en DH Oro que manteniéndose en DH, y esto se lo dije a la directiva también. Yo era consciente de que nos iba a costar muchísimo hacer un equipo para competir en cualquier categoría. Es mejor dar un paso atrás, rearmarse, estructurar la deuda, hacer un equipo lo más competitivo posible, planificar ya con tiempo la temporada 2024-25. Obviamente, esta temporada no la vamos a tirar a la basura, tenemos que empezar a hacer las cosas bien, no ir todo el rato a trompicones.

¿Ha sido la temporada más difícil?

Te diría que sí. No sé si es porque la tengo más reciente. Ha habido muchos días de llorar, de impotencia. Es cierto que lo hemos pasado muy mal pero nos ha unido mucho dentro. Me emociono incluso cuando hablo del final de temporada porque lo hemos pasado realmente mal. Han sido muchas emociones. Recuerdo el último día llorar mucho por la gente que se marchaba, pero con una sensación de paz, de tranquilidad, con la conciencia tranquila.

Para un entrenador terminar así de bien, habiendo sumado tantos puntos en tan pocos partidos, también será como una garantía.

Sí. Yo tengo la suerte de tener un buen cuerpo técnico en el que apoyarme. Pero muchas de las cosas te las llevas a casa y a veces te planteas incluso si eres bueno o si eres la persona idónea para el equipo. Es muy importante tener el apoyo de la anterior directiva y de la directiva entrante, y sobre todo de las jugadoras, que así me lo han manifestado. Sé que no soy el mejor entrenador del mundo pero sí que soy uno de los que más trabaja. Y tengo la conciencia tranquila. Estoy con ganas de seguir mejorando, sin mirar en qué categoría entrenar, sino estando a gusto en el sitio donde estoy.