Un parcial de 40-8 del Barça desarbola a Lenovo Tenerife y propicia la final futbolera de Copa
Los blaugrana han apabullado en el segundo cuarto a los de Txus Vidorreta, obteniendo el récord de la competición de anotación en un solo cuarto, de forma que se han impuesto por 108-76. El Real Madrid, por su parte, ha superado con comodidad a un inferior Valencia Basket por 95-76.
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BARCELONA 108 - LENOVO TENERIFE 76
Un parcial de 40-8 ha tenido la culpa. El Barça ha batido el récord histórico de anotación en un cuarto en las 87 ediciones de la Copa, con una carta de tiro de 14 de 17 en tiros de campo –7 de 10 en triples–, 15 rebotes y 8 asistencias para desarbolar a un Lenovo Tenerife que no ha podido ni amagar la resistencia. Después de un primer cuarto mucho más trabado, en el que los pupilos de Txus Vidorreta han conseguido terminar por delante por 14-16, el vendaval se ha desatado en los siguientes diez minutos. Después del oasis de felicidad que fue la final de Copa del año pasado, en el que ni el Barça ni el Real Madrid hicieron acto de presencia, habrá que reasignarse a que los clubes de fútbol se repartan esta Copa de Málaga 2024.
Porque lo cierto es que el huracán blaugrana ha sido tremebundo, ante un Lenovo Tenerife que no ha sabido ni por dónde le venían los golpes. Todo un Marcelinho Huertas se ha visto atrapado una y otra vez por una defensaq que lo ha encerrado y desconectado de sus compañeros, impidiéndole ni uno solo de sus juegos malabares. Mientras, el ataque blaugrana ha ido como la seda, repleto de focos de anotación, con Willy Hernangómez y Satoransky desarbolando una y otra vez a su rival, que simplemente no podía fallar cuando encaraba la canasta.
El duelo ha quedado más que decidido, reventado para el descanso, con un 54-24 ilevantable, de forma que los 20 minutos posteriores ha sido un trabajo de verlas venir, evitar lesiones de cara a la finalísima copera de este domingo, cánticos y bailes de las distintas aficiones –incluso la del Baskonia– y un intento de ejercicio de dignidad de un Lenovo Tenerife que se ha topado con el mejor Barça de la temporada, en una suerte de puñetazo encima de la mesa que ha dado el propio Roger Grimau, que en su primera experiencia al frente de un banquillo de tamaña envergadura no solo ha conseguido el «mínimo» de alcanzar la final de Copa, sino que lo ha hecho metiendo miedo a propios y extraños.
Algo difícil de concebir, ciertamente, en vista de los tumbos que ha ido dando a lo largo del curso el conjunto blaugrana. Ciertamente, los recursos en cuanto a plantilla del Barça no envidian a nadie en Europa, pero su rendimiento no había sido tan descollante hasta esta semifinal. A cada cual lo suyo, después de hacer un ejercicio de concentración y casi supervivencia frente a un Manresa peleón, los de Roger Grimau han saltado a esta semifinal, y más tras haber visto el claro triunfo del Real Madrid en el primer partido de la tarde, dispuestos a comerse crudo y sin pelar a los aurinegros. Estos, en cambio, han procurado ir poco a poco, haciendo gala de su sapiencia en el juego, y durante diez minutos, pese a no encontrar el acierto que tuvieron el viernes ante Unicaja, han sido fieles a sí mismos. Luego ha llegado el huracán y los ha barrido de la pista.
De los 20 minutos de inventario hay que admitir, por otro lado, el orgullo que ha mostrado tener Lenovo Tenerife. Orgullo, que no convencimiento, porque en ningún momento ha sido capaz de obtener un parcial mínimamente reseñable para alimentar la ilusión de la remontada imposible. No obstante, después de la paliza recibida en el segundo cuarto, los pupilos de Txus Vidorreta no han dimitido de jugar y han continuado con su porfía. Marcelinho Huertas, obligado por el Barça a explotar su faceta más anotadora, Kyle Guy y Tim Abromaitis –en contraste de un Doornekamp que ha pasado de anotar 25 puntos sin fallo a Unicaja a fallar sus cuatro tiros en semifinales– han superado la decena de puntos. En el Barça, los 12 miembros de la convocatoria han anotado al menos una canasta en juego, siendo los 15 puntos y 7 rebotes de Hernangómez la actuación más destacada, toda vez que el grueso de sus puntos han llegado en el despegue culé.
Habrá que ver qué sucede en la finalísima futbolera, pero este Barças que ha vuelto a superar los 100 puntos ha llegado a este encuentro decisivo de la Copa engrasado y, aparentemente, con hambre.
REAL MADRID 95 - VALENCIA BASKET 76
Un año más, el Real Madrid estará en la finalísima copera y, un año más, Valencia Basket no ha estado a la altura para competir esta semifinal a la escuadra merengue. Los 19 puntos de diferencia han tenido su parte de maquillaje, toda vez que los pupilos de Alex Mumbrú se han visto con desventajas más cercanas a los 30 puntos que a los 20, con demasiados minutos por delante, y solo la relajación madridista ha supuesto que la escuadra taronja haya podido maquillar el resultado.
Resulta chocante, o quizá desesperante, que un equipo como Valencia Basket, con mucho más talento que e UCAM Murcia, haya opuesto una resistencia mucho menor que el conjunto pimentonero. Sin embargo, la diferencia ha estado en la mentalidad. Mientras que los pupilos de Sito Alonso jugaron los 40 minutos dispuestos y convencidos en sus posibilidades, los taronja no han creído en sus opciones en ningún momento. Por mucho que dos triples de Brandon Davies hayan puesto 3-6 por delante a los de Mumbrú, estos en realidad se han sentido inferiores al Real Madrid, que a poco que ha apretado ha conseguido parciales con los que ha gobernado todo el partido, excepto un tramo del segundo cuarto.

Del 3-6 se ha pasado al 19-6, cinco minutos en los que Valencia Basket ni ha visto la canasta. Ese primer parcial ha mediatizado toda la primeras mitad, ya que el conjunto taronja ha tenido que ir a remolque ante un rival acostumbrado a gobernar situaciones favorables y en el que Chus Mateo ha podido rotar con calma, para mantener el ritmo.
Los de Alex Mumbrú han recortado la desventaja hasta el 23-17 pero han tenido que ir a contrapié y forzados casi en todo momento, incapaces de hallar el ritmo con el que pudieran asentarse en el choque. Solo en el segundo cuarto ha habido un momento en el que ha parecido haber partido. Xabi López-Arostegi ha tenido una buena entrada en la cancha y sumando ocho puntos en este parcial los del Turia se han arrimado hasta un 42-39, enfilando el descanso, con cierta sensación de poder echarle el aliento en el cogote al conjunto madridista.
Sin embargo, los dos minutos finales del segundo asalto han evidenciado que el Real Madrid tenía una marcha más y su rival, no. Un «dos más uno» de Musa –autor de 18 puntos– y otro triple de Hezonja han vuelto a disparar a los madridistas que han llegado al receso con un cómodo 48-39 en el marcador, preludio de la tormenta que iban a desencadenar en el tercer asalto.
Porque el parcial de 32-16 del tercer acto ha sido tremebundo. Yabusele y Campazzo han sido los líderes en anotación de un Real Madrid que ha puesto la directa ante un rival que se ha topado con el desacierto cuando ha querido replicar a golpe de triple. Con 80-55 a falta de diez minutos, ¿qué milagro habrá esperado Alex Mumbrú para poder voltear tamaña paliza?
Y eso que el Real Madrid, sabiéndose ganador, ha aflojado la marcha y ha encajado un parcial de 2-12 en ese último asalto. Tampoco es que a Chus Mateo lo haya estrangulado el nudo de la corbata por ese motivo, toda vez que su rival se ha acercado a 15 puntos, una distancia más que cómoda para poder gobernar la suerte del partido con su experimentado plantel. Rudy Fernández, quien ya no está para optar a ser el MVP de la Copa como en 2004 y 2008, se ha bastado con cinco puntitos en esos minutos finales, mientras que Anderson y Brandon Davies han intentado una pelea desigual que solo ha servido para que el Real Madrid pueda llegar a la final del domingo con el rodaje perfectamente hecho a costa de un rival que nunca ha competido..