«Lo sueñas, pero no lo tenía como objetivo, pensaba que no iba a volver a ganar nunca»
El alavés estrenó el domingo su palmarés como profesional en la primera oportunidad de disputar una carrera en un equipo al que está muy agradecido y al que dio el triunfo 100. Siente una mejoría desde el final de la pasada temporada que le ha permitido lograr algo que ni se planteaba como objetivo.
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A sus 24 años Joseba López demuestra la madurez que le llevó a superar su obsesión por el peso para ganar un campeonato de España sub’23 en 2022 que le ayudó a pasar al primer equipo del Caja Rural. A base de trabajo y rodeado de profesionales, nota en su segundo año en la élite una mejoría que le ha dado la victoria en la Classica Arrabida y una plaza para la Itzulia. Atiende a NAIZ desde Portugal, donde tras ganar el domingo y el miércoles con Thomas Silva, quieren llevarse la Volta ao Alentejo con el uruguayo.
Es difícil pasar, lo logró tras el campeonato estatal, pero pocos ganan en su segundo año en el profesionalismo.
Probablemente la del Campeonato de España sea la victoria que más me ha cambiado la vida. Desde el inicio tienes buenas sensaciones, buenas piernas y salió todo perfecto. Casi todos los que acabamos en el Top 10 estamos en profesionales, aunque cada uno lleva su ritmo. Gané el campeonato, luego hice la Volta a Portugal como stagiaire, volví al campo amateur con ganas de ganar con el maillot de campeón de España y lo logré en Zegama. Después fui a Luxemburgo, donde estuve en una escapada el tercer día, pero tuve que seguir trabajando para pasar y para que el nivel no bajara y en profesionales no es fácil.
Lo importante es asumir que es un proceso, que cada vez que vas a competir te da un ritmo. Aunque lo pases mal, te aporta un plus más para seguir entrenándote y no rendirte. El año pasado terminé bien y este inicio el objetivo era empezar en el mismo nivel donde lo había dejado. He empezado muy bien y rematar con la victoria ha sido la leche.
«El primer año me costó un montón todo. No cuesta entrenarse más, pero no sabes ni cómo son las carreras porque te quedas»
¿Es difícil pasar de destacar como amateur a sufrir en el debut en el profesionalismo?
En amateur tampoco era un corredor que ganaba diez carreras. Cuesta porque cuesta todo. El ritmo es mucho más endiablado, la posición se lucha mucho más, hay tensión y látigos. En amateur no hay látigos porque no se va a 60 por hora cuando sales de una rotonda. Las etapas son muy largas y el primer año me costó un montón todo. No cuesta entrenarse más, pero cuando vas a una competición no sabes ni cómo ha sido la carrera porque te quedas y debes luchar para llegar en el tiempo.
¿El final de año en la Cro Race, ayudó a ganar la vuelta a Aular y fue 31º en la general, fue el punto de inflexión?
La clasificación hay que dejarla de lado porque muchas carreras tienes que trabajar o hay etapas que no te van bien y guardas algo para alguna que te conviene. Hay que gestionar bien las fuerzas. Yo antes de Croacia noté que estaba mejorando, tuve mala suerte con una lesión en mayo, que estuve unas semanas sin poder hacer intensidad, y luego en verano en la Volta a Portugal acusé una alergia que me limitó y me picó en el brazo un bicho. No es fácil porque hay factores que no dependen de ti. En Croacia tocó trabajar para Orluis y para Iuri, que logró otra victoria. Ganamos a equipos como Ineos y a corredores del World Tour como Mohoric... Fue una carrera que tuvimos que currarla mucho.
Este año empieza bien en Mallorca. ¿Cual ha sido la clave?
Entrenar mucho, más que el año pasado. Con el equipo adelantamos la concentración a diciembre y fue positivo. Hice otra concentración yo solo en Altea. Además de entrenarme más, he descansado mejor, he invertido en el descanso, en masajistas, se trata de invertir en mejorar el rendimiento. He notado el trabajo de fuerza y ese punto de madurez mental, de tranquilidad, de nivel físico.
«Llegaba bien, pero en ningún momento durante la carrera pienso que voy a ganar. Solo tengo en la cabeza hacerlo bien»
¿Esperaba ganar el domingo?
Llegaba a Portugal sabiendo que estaba muy bien, pero en ningún momento durante la carrera pienso que voy a ganar. Solo tengo en la cabeza hacerlo bien. Planteamos en el equipo hacer una carrera dura. A falta de 30 se rompió y estábamos en un grupo de 25 cuatro del equipo y empezamos a palos. A falta de 20 arranqué, me fui con cuatro, pillamos a los fugados y hasta meta.
Al principio corremos sin radio en Portugal y no sabes cómo va la carrera. Más que el tiempo me interesaba saber cómo gestionaban los equipos por detrás y a falta de diez nos dieron la referencia y es cuando veo que podemos llegar y empiezo a plantearme cómo voy a gestionar los últimos kilómetros. No tienes la misma confianza que cuando eres amateur, pero confío en mi potencia en grupos reducidos con una fatiga en una llegada tan dura.
El último kilómetro me lo tomé con mucha tranquilidad sabiendo que si arrancaba desde mi distancia el podio lo tenía porque son llegadas que me vienen muy bien. Cuando empieza el repecho veo que los corredores de la fuga no tenían cambio de ritmo y que si arrancaba desde mi distancia no me iban a remontar. Arranqué a falta de unos 200 metros y llegué con fuerza a un final muy duro.
¿Qué se siente al cruzar primero la línea de meta?
Ganar en profesionales es especial. Lo sueñas, pero nunca lo he tenido como un objetivo. Cuando pasas te tienes que hacer a la categoría. Me doy cuenta de que tengo visión de carrera, que soy un corredor de equipo, pero ganar pasa a un segundo plano y cuando lo consigues es una sensación que pensabas que no la ibas a volver a tener. Pensaba que no iba a volver a ganar nunca.
«Tras ganar piensas en el trabajo, en todas las cosas que hay detrás, en las personas que están a tu lado en el día a día»
Piensas en el trabajo, en todas las cosas que hay detrás, en las personas que están a tu lado en el día a día. Desde mi pareja, mi familia, mis amigos, mi preparador, mi psicóloga, mi nutricionista... Todos los que te aguantan en el día a día tus cambios de humor, tus quejas. Porque es difícil ser deportista de alto rendimiento y me viene a la cabeza el equipo. Caja Rural confía en nosotros, nos da oportunidades a los corredores del equipo amateur. Yo hice un año con ellos y me dieron la oportunidad como stagiaire y luego de pasar a profesionales. Me la gané, pero si no fuera por el equipo, no tendría esta oportunidad.
Y en una carrera como la Classica Arrabida te dan esa confianza. Por primera vez te dicen «Joseba, hoy tienes la oportunidad». Tú rematas, pero sin esa oportunidad es imposible rematar. Te acuerdas del staff, de los compañeros que te han visto el año pasado sufrir. Se me veía cabizbajo, triste. No era fácil entrenarte mucho, ver que mejoras tus números y llegas a la competición y acabas a 30 minutos, todo el día descolgado, o no entras en el control. Al ganar me han venido todas esas cosas de golpe a posteriori, pero al pasar la meta solo tenía felicidad.
No es fácil ser ciclista y se ha rodeado de profesionales...
Disfrutas de lo que haces, pero no es fácil porque tienes otras muchas cosas que debes tener en cuenta. Hoy en día mucha gente trabaja con psicólogo, nutricionista, preparador... Hay que ir con todo.
Tampoco es fácil aprovechar la primera oportunidad.
No le doy más valor porque como me salió le podía salir a Silva como en la primera etapa de Alentejo o a Prades. Son situaciones que hay que estar en el sitio y le puede salir a uno u otro si tienes libertad. No hay muchos días porque otros trabajas. Luego hay que saber rematar porque ganar es muy difícil hasta en la carrera del barrio. En Portugal la gente da pedales igual.
«Los directores me dan la oportunidad de ir a la Itzulia y me hace especial ilusión, las tres últimas etapas son donde me entreno»
¿Este comienzo le va a permitir debutar en la Itzulia?
Al principio del año no se me pasaba por la cabeza, pero cuando vi que había dado el salto de calidad, hablé con los directores y me han dado la oportunidad de ir a la Itzulia. Me hace especial ilusión porque las carreteras de las últimas tres etapas las conozco porque son donde me entreno. Ahora vivo en Arrasate con mi novia, pero siempre he sido de entrenarme por esa zona. Me motiva salir de Gasteiz, pasar por Urkiola, por Gatzaga, por Etxarri, acabar en Altsasu... También iré a Indurain, que es igual que la carrera amateur.
¿Es especial lograr la victoria 100 del Caja Rural?
Parece una tontería, pero hace ilusión porque vas a la presentación y ponen los videos de corredores que han ganado y han pasado por el equipo y te emocionas porque los has visto desde pequeño. Estaba en casa viendo la tele, ganaba un Caja y te hacía ilusión porque era un equipo pequeño de casa. Y ahora ser el que ha ganado su carrera 100 es especial.
Y el miércoles ayudó a lograr la 101 con Silva en Alentejo. ¿Cual es el objetivo ahora?
No es fácil ganar cuando te dejan toda la responsabilidad. Estamos muy ilusionados, muy contentos. La idea es trabajar para Silva, que está muy fuerte, de líder y es una vuelta que le va muy bien y la tenemos que disputar con él porque en Arrabida y O Gran Camiño viene demostrando que está muy fuerte. Estamos cuatro bien, pero alguno tiene que trabajar.
¿La Itzulia es el gran objetivo de la temporada tras no recibir la invitación para la Vuelta?
No correr la Vuelta es una pena, pero tenemos que seguir dando el do de pecho allá donde vayamos. Demostramos que somos un equipo para estar ahí. Tal como están con los puntos UCI vamos muy bien y hay que seguir esa línea. Cada vez va a ser más difícil, pero vamos por el buen camino.