La cerveza griega de Valverde, la doble familia de Nico

Sin perder su flema habitual, Ernesto Valverde ha desparramado alegría sobre el cesped de la Cartuja. En la víspera dijo que «quien nada tiene, nada tiene que perder», aludiendo a las seis finales seguidas perdidas, pero hoy tras el triunfo ha reconocido el gran alivio que supone romper una sequía de 40 años.

«Llevabámos muchos años buscándolo y lo hemos conseguido en algo en que ellos eran especialistas: los penaltis», ha resumido. Ha admitido que al principio «hemos sufrido porque jugaban a balones largos, con mucha disputa, y no conseguíamos el juego. En la primera media hora lo hemos pasado mal».

El míster ha sido manteado por sus jugadores y se ha fotografiado con la copa. También ha destacado su sintonía con Javier Aguirre, entrenador del Mallorca, antes y después del partido.

Preguntado por cómo pensaba celebrarlo, Valverde ha explicado que no lo sabía porque no había querido ponerse en esa tesitura antes del encuentro. Pero ha recordado que en Grecia festejó algunos trofeos «en algún bar perdido, cenando en una esquina, tomando una cerveza», para sorpresa de quienes se lo encontraban allí, y que quizás haga otro tanto ahora.

Nico: «Quería hacer historia»

El extremo Nico Williams, elegido el mejor de la final, ha destacado tras la victoria que siempre había tenido en mente «hacer historia con este club», el de su «vida» y con el que renovó pese a tener muchas «novias» en el planeta fútbol.

Ha recordado que el año pasado este sueño se le escapó entre los dedos con «las dos ocasiones que fallé» en la vuelta de la semifinal ante Osasuna en San Mamés. Pero en esta edición ha podido resarcirse.

«Es increíble como está la afición con nosotros. Hemos peleado mucho por ésto, yo, con mis hermanos, con mi familia. Hemos pasado una mala racha y, como siempre digo, hoy nos ha tocado y estoy muy contento», ha señalado a TVE.