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Denuncian que el Banco Santander quiere desahuciar a un vecino de Berriozar

Un vecino de Berriozar, Fred Agbontaen, corre el riesgo de ser desahuciado de su vivienda por el Banco Santander, según ha denunciado la PAH, que destaca que le hicieron firmar un crédito personal y no le ofrecen ninguna alternativa habitacional.

Concentración para denunciar el desahucio de Fred Agbontaen ante la sede del Banco Santander en Iruñea. (Iñigo URIZ | FOKU)

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Berriozar ha denunciado que el Banco Santander quiere desahuciar a Fred Agbontaen, un vecino de esta localidad de Iruñerria. Han realizado una concentración ante la sede que el banco tiene en la Plaza del Castillo de Iruñea.

Según han explicado, Agbontaen se afincó en Berriozar en 2003 y tres años después compró un piso en la calle Zortziko, una de las zonas más baratas de la localidad, mediante un préstamo de 179.000 euros con UCI, una entidad de crédito participada por el Banco Santander. Su cuota inicial era de 600 euros mensuales pero subió hasta 1.150 euros en 2008.

Agbontaen está casado y tiene dos hijos, siendo la única persona que aporta ingresos en su casa. Ha trabajado en una fábrica, como camionero, ha estado en el paro, ha cobrado la renta garantizada y ahora tiene trabajos eventuales. Además, manda dinero a su familia en Nigeria.

Voluntad de pagar

«Con esos ingresos muy oscilantes siempre ha mantenido la voluntad de pagar su hipoteca, tanto como podía y más, negociando periodos de carencia,...», relata la PAH de Berriozar, que añade que en una de esas negociaciones «le engañaron de forma flagrante haciéndole firmar (a él y a su esposa) un préstamo personal, mucho más gravoso y persecutorio, de 20.000 euros».

Según denuncia la PAH de Berriozar, el final del proceso es el desahucio, ya que le han denegado otras opciones como la dación en pago o el alquiler social. «Durante este tiempo el banco ha chupado de Fred una cantidad nada despreciable de decenas de miles de euros, ahora pretende dejarle con deuda y sin su vivienda. En las actuales condiciones laborales y del mercado de vivienda, Fred y familia no tendrán acceso a un techo, lo que no deja de ser una forma de muerte social», añade la PAH.