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Irujo dice que «todas las posibilidades están activas» para BSH y «no nos vamos a rendir»

El consejero de Industria del Gobierno de Nafarroa, Mikel Irujo, ha señalado que «todas las posibilidades están activas» para BSH de Ezkirotz tras el anuncio de cierre de la multinacional y ha asegurado que «no nos vamos a rendir».

Miembros del comité de empresa de BSH de Ezkirotz saludan en el Parlamento a los consejeros Maeztu e Irujo. (Iñigo URIZ | FOKU)

«Todas las posibilidades están activas» para BSH de Ezkirotz, según ha asegurado este miércoles el consejero de Industria del Gobierno de Nafarroa, Mikel Irujo, quien ha añadido que «no nos vamos a rendir» ante el anunciado de cierre de la planta para el próximo mes de junio.

Así se ha expresado en una comparecencia en la Comisión de Industria del Parlamento de Nafarroa a petición propia en la que también ha intervenido la consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Mari Carmen Maeztu, y a la que ha asistido el comité de empresa de BSH de Ezkirotz.

En primer lugar, ha tomado la palabra Irujo, quien ha iniciado su intervención señalando que la decisión de cierre de BSH, «para nada compartida por el Gobierno», se comunicó el 16 de diciembre «de manera abrupta», sin querer entablar un diálogo previo y con unas formas que generaron «malestar».

El consejero se ha extendido explicando el contexto de la situación económica de Nafarroa, con un crecimiento del 2,7% del PIB en 2024 y con un crecimiento sostenido del 2% anual desde 2015. Sin embargo, ha reconocido que el Estado francés y Alemania, que absorben el 35% de las exportaciones navarras, «muestran una debilidad alarmante» en sus economías.

En este sentido, ha recordado que el mercado de electrodomésticos, que afecta directamente a BSH, «ha tenido un desplome de ventas en el mercado europeo y se ha visto agravado por la competencia china, que ha acrecentado su penetración en el mercado europeo».

Con este marco como referencia, ha recordado que desde mayo de 2024 se estaba siguiendo la preocupante situación que se estaba viviendo en BSH a instancias del comité, con una bajada del 50% de la producción y una falta de inversiones, hasta que llegó el anuncio de cierre de diciembre. Desde ese momento, el Gobierno de Nafarroa ha mantenido reuniones con el comité, el Ejecutivo español y la dirección de BSH «para explorar soluciones al cierre».

Como resultado de esos encuentros, BSH ha mostrado su disposición a «buscar alternativas de reindustrialización para la planta», mientras se exploran otras «opciones», de tal manera que «todas las posibilidades están activas», pero siendo conscientes de que «son procesos largos y cargados de incertidumbre».

Ha asegurado que desde el Gobierno de Nafarroa «no nos vamos a rendir» en el empeño de mantener la actividad y preservar los puesto de trabajo que están en riesgo, los 667 de la propia BSH y los más de 400 de las empresas proveedoras.

Interlocución «permanente»

Por su parte, la consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Mari Carmen Maeztu, ha recalcado «el compromiso del Gobierno con los trabajadores de esta y otras empresas que viven situaciones difíciles, meses de incertidumbre».

En línea con Irujo, ha insistido en que «hemos mantenido una interlocución permanente y directa con el comité de empresa y les hemos transmitido nuestro total apoyo, porque somos empáticos con la difícil situación que están viviendo». Y ha recalcado «nuestro compromiso de tratar de revertir esta situación y mantener todos los puestos de trabajo».

«Este es el momento en el que estamos. Un momento de oportunidad dentro de un proceso que debe transcurrir con discreción y que tiene por objeto buscar alternativas al cierre que permitan el mantenimiento de los puestos de trabajo», ha añadido.

Sus explicaciones no han satisfecho especialmente a la derecha, que también había solicitado la comparecencia parlamentaria de ambos consejeros para tratar el cierre de BSH.

Por UPN, Ana Elizalde ha espetado a Irujo y Maeztu que «no nos han dicho nada que no haya venido en la prensa» y ha señalado que «nos da la sensación de que el Gobierno de Navarra llega siempre tarde, una vez que estalla el problema, acción-reacción», ya que ha recordado que «el riesgo de deslocalización de BSH no es nuevo, ya se hablaba de este tema desde 2017». Y ha preguntado a los consejeros «para cuándo el plan de reindustrialización que aprobó este Parlamento en septiembre de 2023».

Isabel García Malo, del PP, ha profundizado en la idea lanzada por Elizalde al señalar que «solo cuando BSH anunció el cierre, se pusieron manos a la obra». Ha añadido que «no podemos permitirnos contemplar su cierre sin hacer nada. Es imperativo que el Gobierno trabaje de forma diligente para evitar o paliar el cierre». Y ha pedido al Gobierno de Nafarroa que «sean claros, porque hay mucha angustia e incertidumbre, y si hay posibilidades de revertir la situación, díganlo y si no hay, también».

Desde el PSN, Javier Lecumberri ha criticado a «algunos partidos que quieren aprovechar esta situación desde el punto de vista político» y ha mostrado, como el resto de grupos, su «solidaridad absoluta con los trabajadores», su preocupación por la situación de «esta y otras empresas», y que «siempre apoyaremos cualquier posible solución que se plantee desde el Gobierno de Navarra, para evitar el cierre o mantener la actividad».

«Deslocalización por fascículos»

Por EH Bildu, Laura Aznal ha calificado lo que está sucediendo con BSH de Ezkirotz de «deslocalización por fascículos», porque «ya había claros síntomas» de lo que estaba pasando. Ante esta situación, se ha preguntado «¿dónde están las derechas cuando desde aquí se buscan herramientas útiles para combatir la deslocalización?» Y ha insistido en que «nos tenemos que poner las pilas para luchar en contra de la deslocalización», ya que «los trabajadores nos están interpelando para que legislemos. Es necesario establecer medidas legales que desincentiven la deslocalización y la nueva Ley de Industria puede ser una buena oportunidad».

Desde Geroa Bai, Mikel Asiain ha mostrado su «preocupación e incertidumbre» por la situación, pero «sin caer en catastrofismos» y asegurando que «las expectativas positivas alimentan la posibilidad de dar la vuelta a la tortilla de la situación de Ezkirotz».

Y Miguel Garrido, de Contigo-Zurekin, ha recordado que cuando el comité de empresa dio la alarma en mayo «ya comentamos que tenía mala pinta a medio plazo, pero no imaginábamos una decisión como la que conocimos en diciembre por carta con un despido colectivo total. No lo esperábamos, porque es una planta que tiene beneficios y llama la atención que siendo así, no pueda hacer nada un Gobierno legalmente». Como Laura Aznal, ha animado a asistir a la manifestación convocada en defensa de la industria navarra para este domingo «para dejar claro que hay unidad social y política ante una decisión así».