23F, crónica o anécdota

Lo apuntó Javier Cercas en su novela homónima: la imagen de tres políticos de tendencias opuestas enfrentándose a los disparos del 23F está preñada de potencial dramático. Ahora, queda por justificar la novedad o el interés de otra serie sobre un estratega con tantas luces como falta de moral; otro Frank Underwood, otro ‘Hombre de las mil caras’. ‘Anatomía de un instante’ está montada con apetito y ritmo, concreta las facciones tras la épica parlamentaria lo bastante para que el alud de nombres no nos arrolle y espolvorea el relato de paréntesis irónicos o contextuales que apelan al espectador informado.

Tampoco les es difícil, a Álvaro ‘El Profesor’ Morte y a Eduard ‘Enric Marco’ Fernández, extender sus manierismos habituales, ya a medio camino de Adolfo Suárez y Santiago Carrillo. Más dudas despierta Miki Esparbé disfrazado como Juan Carlos: quizás porque el ceceo o los jerséis del Borbón traen una imagen demasiado inmediata de la musaraña monárquica, o porque no maridan con la lentitud y el chascarrillo calculado del actor catalán, como de gentleman de provincias.

Es en la volumetría irónica tras la simple recreación, es decir, como ilustración de que nada fue tan sencillo como los titulares esbozan, cuando ‘Anatomía de un instante’ brilla. El líder del PCE pasando la frontera en peluquín es emocionalmente más rentable (sonreímos) que el suspense en que la serie se empeña, dilatándose con violines tensos sobre hechos consumados. Ojalá la crónica no quede en relato, en anécdota.