«Tengo la ilusión de que el equipo lleve un título oficial a nuestras vitrinas»

Nuevamente sin la necesidad de pasar por las urnas –y ya van cuatro–, Luis Sabalza afronta «bien física y mentalmente» el que podría ser su último mandato como presidente rojillo, pues «creo que, con 82 años, será difícil seguir».

Luis Sabalza (Zangotza, 1947) parece tener todavía cuerda para seguir siendo el máximo representante de Osasuna. Después de haber vivido episodios de sufrimiento y otros de vino y rosas, confiesa que, aunque sea una empresa difícil, su ilusión es que el primer equipo masculino lleve su primer título oficial a las vitrinas rojillas, algo que sería ciertamente histórico.

Este va a ser su cuarto mandato, todos ellos sin necesidad de medirse a otros rivales. ¿Le habría gustado que hubiese elecciones?

A mí lo que realmente me interesaba era que la gente se pudiese manifestar con su voto. Por eso la junta directiva convocamos las elecciones en un día de partido y no en otro. En esta ocasión, por la situación del equipo, creía que se iban a celebrar.

La importante cantidad económica que hay que desembolsar para obtener el aval bancario es un impedimento fundamental. ¿Hay posibilidad de cambiar esto a futuro?

El importe del aval ya se bajó a la mitad, de lo que era un 15 % del presupuesto a un 8 %, pero claro, mientras el equipo esté en Primera, el aval va a ser grande. En todo caso, su tramitación bancaria no tiene costo para quien lo solicite, porque eso lo asume el club, pero es lógico que haya que garantizar dicha cantidad por parte de los candidatos. A mi juicio, el aval es importante, yo también lo tuve que poner en su momento, porque, si se lleva a cabo una mala gestión por las circunstancias que sean, el club no se ve perjudicado.

Este próximo día 23 cumplirá 78 años. ¿Se ha planteado si este será su último mandato como presidente de Osasuna?

Todavía me siento bien, tanto física como mentalmente. Siempre me he planteado los mandatos como si fuera el último y he dejado la puerta abierta a continuar en función de mi situación personal. Coincide que hay otros dos presidentes de Primera, Florentino Pérez y Fernando Roig, que tenemos la misma edad, los tres somos nacidos en 1947 y, de momento, seguimos todos. No sé quién de nosotros terminará primero.

Va a pasar a la historia rojilla como el segundo presidente más longevo, por detrás del inalcanzable Fermín Ezcurra.

Nunca me he parado a pensar o tengo especial interés en llegar a determinadas cifras. Lo que dicen los años es que posiblemente las cosas se hayan hecho bien, como le sucedió a Fermín Ezcurra. Espero que yo también lo haya hecho bien, aunque creo que, con 82 años, será difícil seguir.

«A mí lo que realmente me interesaba era que la gente se pudiese manifestar con su voto»

La principal novedad en esta última junta directiva era la inclusión de Martín Corera, que tuvo que dimitir del cargo por sus mensajes sionistas en redes sociales.

Las redes sociales son importantes en este mundo y fue una decisión suya para demostrar su osasunismo y no perjudicar al club.

¿Conocía el presidente de la existencia de este tipo de mensajes?

No, no.

¿Le hubiera elegido de haberlo sabido?

Pues lo hubiéramos hablado antes y creo que habría actuado igual, con la idea de no perjudicar al club.

¿Hay demasiados expolíticos en la actual junta directiva?

No me lo parece. Hay un directivo que fue alcalde de su pueblo y otro que fue político y lleva ya, no sé si ocho o diez años, fuera de la política. Lo malo sería que pusiéramos a alguien que fue política actual, pero no creo que esa sea la idea en absoluto.

Usted es el único superviviente, ya no queda nadie de aquellos con los que inició su andadura en diciembre de 2014.

Lo primero que tengo que transmitir es mi agradecimiento a quienes formaron parte de anteriores juntas por el trabajo que realizaron y también a los que componen la actual. El tema es que surgieron discrepancias y el puesto de presidente obliga a tomar ciertas decisiones que a veces no pueden parecer bien, pero que se tienen que asumir por el cargo.

¿Ve a alguno de los componentes de la actual junta como su posible sucesor?

Creo que ninguno ha pensado o está pensando en sustituirme, porque somos una junta unida. Tampoco quiero entrar en ello y no voy a nombrar sucesor.

¿Qué proyectos van a ser encarados en esta legislatura?

Mi primer deseo es que el club siga estando en Primera División, que es fundamental. Luego está el proyecto de Tajonar, importante no solo por el crecimiento que va a suponer, sino también porque ya será nuestro, hemos recuperado dos terceras partes de los terrenos. Dispondremos de un pequeño estadio, más campos de entrenamiento, un aparcamiento amplio, oficinas acordes al trabajo diario, pero sobre todo queremos que sea un espacio de convivencia para los aficionados de Osasuna. Somos de los pocos equipos que todavía permitimos el acceso a los entrenamientos, que los seguidores más pequeños puedan saludar a sus ídolos, que haya un espacio para los padres donde interactuar, en definitiva, que aumente el osasunismo.

Otro asunto a corto plazo es la ampliación del aforo de El Sadar. ¿En qué fase se encuentra?

Ya se ha enviado al Gobierno de Navarra el nuevo proyecto de evacuación con el que esperamos ganar entre 700 y 800 localidades más, que está a la espera de que se le dé el ok. Posteriormente, se solicitará al Ayuntamiento la licencia de obras y me gustaría que se empezase a actuar esta misma temporada. Mi ilusión es que, sin que se acabe esta campaña, esos aficionados que están en la lista de espera puedan acceder aunque sea a las últimas jornadas, sabiendo que al año siguiente ya dispondrán de su abono.

Le he leído por ahí que incluso el club podría comenzar a plantearse la recompra de El Sadar.

Hemos hablado sobre ello con el Gobierno de Navarra, que siempre ha tenido buena predisposición sobre este tema, llegando a un acuerdo para que ellos recuperen los 23,5 millones en los que se valoró el estadio. Lo que hay que analizar ahora es la fórmula para realizarlo sin que ello hipoteque al club, porque estamos en un momento en el que vamos a invertir una cantidad de dinero importante en Tajonar.

¿La situación financiera de la entidad lo permitiría?

En este momento, no, pero los estatutos especifican que hay que intentar recuperar el patrimonio y yo no me olvido de esa misión que se nos ha encargado. Si el Gobierno de Navarra nos hace una propuesta factible, intentaremos acometerla cuando podamos, pero no depende solo de nosotros.

¿Qué argumentos o razones le han llevado al club para apoyar institucionalmente una obra tan polémica como la del TAV?

Yo no la veo polémica, pero cada uno es muy libre de pensar lo que estime conveniente. Creo que es algo bueno para Navarra y Osasuna es una parte importante de esa representación de Navarra. También hay razones económicas, porque lo utilizaríamos para los desplazamientos de nuestros equipos y nos ahorraríamos más de la mitad del presupuesto que se destina a este apartado, que nos cuesta un dinero importante.

¿Es una concesión al directivo Manuel Piquer, uno de sus impulsores como presidente de la CEN, por haber continuado en la junta directiva?

En absoluto. Se trató en la junta y esta lo aprobó por unanimidad. Que quede claro que no hemos hecho nada más que decir que a Osasuna le parece bien que el TAV llegue a Pamplona, el club no es activista de la plataforma.

Ya que esto sienta un precedente, y hablando de un tema de plena actualidad, ¿se posicionaría el club de manera institucional, por ejemplo, rechazando el genocidio que está cometiendo Israel en Palestina?

Si alguien lo presentara en la junta, se miraría, estudiaría y se decidiría.

«Utilizaríamos el TAV para los desplazamientos de nuestros equipos y nos ahorraríamos más de la mitad del presupuesto en viajes»

¿De qué está más orgulloso y de qué se arrepiente durante estos casi once años de mandato?

Creo que durante este tiempo Osasuna ha pasado de ser un equipo al que se le miraba un poco de aquella manera a ser ahora uno que cae bien, es simpático y atractivo, no solo para los navarros, también para todo el mundo. Y soy de los de ver la botella medio llena, no me gusta hablar de lo malo, ya me dirán qué he hecho mal y, si tienen razón, lo aceptaré.

¿Se le pasó por la cabeza en algún momento que llegaría a ser presidente de Osasuna y hacerlo durante tantos años?

La verdad es que no. Siempre repito, aun a riesgo de, como decimos en esta tierra, ser un canso, que cuando entré como presidente ya dije que me gustaría serlo durante el centenario, que el equipo estuviese entonces en Primera División y que pudiésemos celebrar dicho aniversario. Conseguí dos de esas tres cosas, la tercera no pudo ser por culpa de la pandemia.

Dígame el momento más feliz que ha disfrutado y el más duro que ha padecido en ese tiempo.

Hay uno que fue duro y feliz al mismo tiempo, Sabadell, lo pasé muy mal y después tuve una gran satisfacción. Osasuna no se puede olvidar de lo que pudo ser y de lo que es. Otro éxito muy importante fue la clasificación para la última final copera, que no lo pude disfrutar mucho por ser en campo contrario y había que guardar las formas. Y el partido en Sevilla fue de un fervor osasunista impresionante. También tengo una ilusión y es que, bien en estos cuatro años o más adelante, con otro presidente, Osasuna consiga un título oficial que llevar a nuestras vitrinas.

¿Qué espera de esta temporada?

En principio, mantenernos, y, si logramos hacerlo con tiempo, que no nos falte el gol del año pasado.

¿Dispone el primer equipo de mejor plantilla?

Creo que los aficionados están contentos con los sustitutos que han llegado para cubrir las salidas que ha habido, con lo cual el equipo es muy similar al de la campaña pasada. También es cierto que, siendo realistas, la plantilla tiene un año más y todo cuenta. En todo caso, creo que tenemos equipo suficiente como para seguir en Primera y, si lo conseguimos pronto, mirar hacia arriba.

Uno de los temas más inmediatos parece ser el de la renovación de Braulio Vázquez. ¿Qué pálpito tiene?

Lo tenemos hablado y creo que llegaremos a un acuerdo rápidamente, espero que no se suba a la parra. Ya le trasladé que, por mi parte, le renovaría hasta el final del mandato.