Piden que el Parlamento navarro apruebe una moratoria de instalación de plantas de biometano
Con el aval de más de 10.000 alegaciones, las Plataformas Stop Biometanización de Viana, Los Arcos, Lodosa y Sesma han solicitado a los grupos del Parlamento de Nafarroa que aprueban con urgencia una moratoria de instalación de este tipo de plantas de tratamiento de residuos.
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Que el Parlamento de Nafarroa apruebe con urgencia una moratoria de instalación de plantas de biometano en el herrialde es lo que han solicitado a los grupos de la Cámara, con el aval de más de 10.000 alegaciones, plataformas contrarias a los proyectos previstos en Viana, Los Arcos, Lodosa y Sesma.
La entrega de esa solicitud ha tenido lugar este lunes y, a continuación, miembros de las citadas plataformas se han concentrado ante las puertas de la Cámara navarra portando carteles con el mensaje ‘Stop biometano, moratoria ya!’.
En ese mismo lugar, Ángela Marín, portavoz de la Coordinadora de Viana, ha explicado a los medios de comunicación que «en los últimos meses se ha generado una gran preocupación y movilización social» ante la implantación de plantas de biometanización en Lizarraldea y Erriberagoitia, como Viana, Lodosa, Sesma, Los Arcos, Mendavia, Arroitz, Sartaguda, Bargota o Aras. Una cuestión que «también ha provocado inquietud» en pueblos de La Rioja y Araba, como Alcanadre y Oion.
Cuatro plantas separadas por 10 ó 20 kilómetros
Marín ha explicado que esa preocupación e inquietud se deben a que se pretende implantar «cuatro plantas de biometanización de grandes dimensiones, separadas entre 10 y 20 kilómetros, entre Arróniz, Sesma, Los Arcos y Viana. Plantas que no van ligadas a ninguna explotación agrícola o ganadera, sino que afirman que se abastecerían de materia prima de unas supuestas ‘explotaciones del entorno’».
Desde las plataformas se considera que es «algo descabellado, más aún si tenemos en cuenta que en un territorio de baja implantación ganadera se pretende tratar la descomunal cantidad de 563.500 toneladas de residuos anuales».
Esa circunstancia les lleva a denunciar que la puesta en marcha de esas plantas «se está realizando sin atender a las características, necesidades y capacidad de carga de las zonas afectadas, sin criterios de planificación, una evidente ausencia de legislación y mecanismos de control, una falta y obstaculización al debate social y a la información. Todo ello en favor de la iniciativa de grandes corporaciones en la búsqueda de nuevos negocios lucrativos», ha detallado la portavoz
Además, se trata de una actividad que «va a provocar efectos muy negativos: la implantación de macrogranjas por presiones de la industria cárnica, un ingente tráfico de camiones para traer residuos de lugares más lejanos, una ampliación del espectro de residuos a tratar afectando gravemente a su trazabilidad y calidad. En consecuencia, menos agroganadería local, más contaminación de los suelos y peor calidad de los fertilizantes por presencia de metales pesados y otras sustancias».

El problema de los residuos
Y, al mismo tiempo, tras el proceso de biometanización, «la necesidad de desprenderse de los residuos orgánicos va a generar problemas de máximo nivel» y puede conllevar «aumentar el riesgo de contaminación de los terrenos por exceso de nitratos. El Gobierno ha tenido que ampliar las zonas contaminadas por nitratos en Navarra, pasando de cuatro zonas y 99.259 hectáreas designadas en 2020, a 12 zonas y 247.955 hectáreas en la actualidad. Las plantas de biometanización, en lugar de corregir esta situación, la van a acentuar».
Por todo ello, concluyen que «no podemos aceptar el coste social y ambiental que implica la expansión de macroplantas de biometanización cuyo objetivo principal es la obtención de ingresos económicos por la gestión de residuos y la producción de energía, a costa de la salud y el futuro del territorio».
Todas estas razones han sido trasladadas a los grupos políticos del Parlamento de Nafarroa para que, «sin mayor dilación», la Cámara apruebe «una moratoria que suspenda de manera inmediata todos aquellos proyectos que estén en fase de tramitación y no hayan recibido aún la autorización».
Puntualizan que «esta medida no afectaría a aquellas plantas que se proyecten para dar servicio a una sola explotación agrícola y/o ganadera, si no tienen un tamaño superior a las 10.000 toneladas al año».
Más de 10.000 alegaciones
Esta petición ha sido realizada por las plataformas populares de Viana, Los Arcos, Lodosa y Sesma, pero también en representación de «las más de 10.000 alegaciones presentadas por personas, organizaciones sociales y culturales, así como organismos relacionados con las denominaciones de origen».
Esa moratoria serviría para «corregir las apuestas, actuaciones y decisiones de las instituciones en los últimos años. La planificación pública exige la inmediata paralización de todos los proyectos presentados y abrir un proceso en toda Navarra que sirva para estudiar las necesidades locales, la idoneidad y conveniencia de estas plantas, con criterios de descentralización, autosuficiencia y calidad».
Marín ha concluido recordando que, «en ningún caso, las plantas de biometanización son la prioridad, sino que su técnica debe estar al servicio del desarrollo local y de la salud y el futuro fértil de nuestros suelo y agua. No para desequilibrar el territorio y alimentar nuevas burbujas especulativas».