Fútbol en Palestina, una historia de resistencia
Cuando pensamos en Palestina, son muchas las imágenes que nos vienen a la mente antes que la un balón de fútbol. Sin embargo, igual que ocurre con todos los países árabes, los palestinos sientes pasión por este deporte. En los peores momentos del genocidio, su selección ha estado cerca de clasificarse para el próximo Mundial y partidos como el que disputará en San Mamés la convierten uno de los mayores altavoces de la causa palestina.
«En los últimos dos años hemos visto que hay mucho apoyo en Europa y particularmente en España y el País Vasco por la causa palestina y jugar este partido es mostrar que hay una conexión entre los dos pueblos», señala el periodista palestino Bassil Mikdadi en conversación con NAIZ.
No es casualidad que los jugadores de la selección sean conocidos como fedayeen, literalmente «el que se sacrifica». Un término que se ha utilizado generalmente para referirse a quienes dan su vida por una causa religiosa y que ha sido adoptado para la selección de fútbol. «Se utiliza más en el sentido de que no pueden ser derrotados, porque son los últimos defensores», explica a NAIZ Nicholas Blincoe, escritor inglés y autor del libro ‘More noble than war. A soccer history of Israel-Palestine’.
Bajo el Mandato Británico
El fútbol en Palestina no ha escapado a los problemas que ha vivido este país y su desarrollo refleja muy bien todas las vicisitudes por las que ha tenido que pasar su población. No es ninguna sorpresa que el el primer balón llegara a Palestina a través de los británicos, en un tiempo en que el Imperio Otomano ocupaba el territorio y la comunidad judía no llegaba al 10% de la población.
Con la caída del Imperio Otomano, los dirigentes británicos asumieron el control de Palestina y ya en la Declaración Balfour de 1917 evidenciaron que «el Gobierno de Su Majestad contempla con beneplácito el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío».
Para mantener el control del territorio se apoyaron en la Yishuv, nombre que recibía la comunidad judía y esa decisión tuvo un reflejo en el desarrollo del fútbol también. «Cuando se organizan las primeras ligas civiles se excluyó explícitamente a los árabes de Palestina. Solo podían participar los británicos y la Yishuv», comenta Blincoe. Así nace la Asociación de Fútbol de Palestina (AFP) en 1926, bajo control del Mandato Británico.
Excluidos del fútbol federado, los árabes de Palestina empezaron a organizarse por su cuenta y para 1932 crearon la Federación de Deportes de Palestina (FDP). Sin embargo, el desarrollo del fútbol se vio frenado por el fracaso de la Gran Revuelta Árabe. Este levantamiento contra el gobierno británico y la Yishuv terminó en 1939 con la derrota de los árabes palestinos y sus líderes murieron o fueron enviados al exilio.
El fútbol árabe también fue víctima de la represión de los vencedores. La FDP se desmanteló, la liga desapareció y los directivos terminaron exiliados. Una vez más, el fútbol palestino se vio obligado a empezar de cero. La federación fue reconstruida y solicitó ser reconocida por la FIFA, pero líderes de la Yishuv se movieron para evitar que ocurriera.
Después de la Nakba
El Mandato Británico finalizó en 1948 con la creación del Estado de Israel y la comunidad árabe de Palestina volvió a ver empeorar su situación. La Nakba expulsó de sus casas a cientos de miles de palestinos y sus tierras fueron anexionadas al recién creado Estado. De nuevo, el fútbol siguió el mismo camino que el pueblo palestino. «Muchos equipos continuaron en el exilio. El fútbol se convirtió en un deporte de desplazados», comenta Blincoe.
Mientras se formaban equipos palestinos en Jordania, Egipto o Líbano, el fútbol se iba organizando dentro del Estado de Israel bajo el apoyo de su Gobierno. La federación israelí fue expulsada de la Confederación Asiática en 1974 por presiones de los países árabes y después de un periodo compitiendo con selecciones de Oceanía, en 1991 Israel empezó a competir en Europa. Tres años más tarde se convirtió en miembro de la UEFA.
La proclamación de Isaac Rabin como Primer Ministro de Israel en 1992 supuso el inicio de un periodo de diálogo que dio como resultado la firma de los Acuerdos de Oslo entre el Gobierno de Israel y la OLP. «Oslo es la razón por la que Israel se unió a UEFA», sugiere Blincoe. Cuatro años más tarde, Palestina era aceptado como miembro de la FIFA, en una gestión en la que Joseph Blatter y el actual presidente de la federación palestina, Jibril Rajub, tuvieron mucha importancia. «Tal vez, llevar a Palestina a la FIFA fue clave para ganarse el apoyo de otros países» opina Blincoe, refiriéndose a la campaña de Blatter para presidir ese organismo.
«La historia del futbol en Palestina siempre ha sido política, porque cada equipo, árabe y judío, fue formado por una organización política».
Sin embargo, el fútbol había venido organizándose en Palestina desde tiempo atrás. Ya en los años 70 se había iniciado una competición de liga en Cisjordania y en los 80 empezó también en la franja de Gaza. Dentro del Estado de Israel, la comunidad árabe también trataba de organizarse y el fútbol fue una herramienta muy eficaz. Hapoel Tayibe fue el primer equipo árabe en ascender a la máxima categoría del fútbol de Israel y en 2004, Bnei Sakhnin el primero en ganar un título, al ganar la Copa.
«Los palestinos siempre han sido fanáticos del fútbol, pero había menos equipos a los que apoyar. Cuando Hapoel Tayibe o Bnei Sakhnin lograron esos éxitos, ya tenían jugadores a los que seguir», comenta Blincoe.
El punto de inflexión para el fútbol palestino fue la entrada en la FIFA y el reconocimiento de la selección. La participación de Palestina en competiciones oficiales contribuyó a mejorar su nivel y convirtió a la selección en una herramienta política en defensa de la causa de su pueblo. «La historia del futbol en Palestina siempre ha sido política, porque cada equipo, árabe y judío, fue formado por una organización política», puntualiza Blincoe.
«Como país estamos muy conectados al fútbol. Cuando hablas con cualquier palestino, una de las primeras preguntas va a ser si eres del Madrid o del Barcelona, dos de los equipos más seguidos en el país», afirma Bassil Mikdadi. «La gente en Palestina está muy emocionada con este partido. Ver a la selección en un estadio histórico como San Mamés, que pienso que estará lleno, es muy emocionante y creo que la gente tendrá la oportunidad de ver el partido en Palestina a través del único canal deportivo que tenemos», añade.