Félix Train Lacalle, Manuel García Niebla, Manu Biurrun Urrestarazu y Yolanda Ansó Ríos

Líneas rojas en el debate sobre los Caídos

El pasado día 11 de noviembre, el Sr. Majuelo, miembro del Comité de personas expertas en los Caídos, alertaba sobre el peligro de cruzar determinadas líneas rojas en el debate, porque, según decía, algunas críticas «agitando las vísceras» pueden deteriorar las relaciones personales, lo que calificaba de deplorable. 

A continuación –para hacer amigos, suponemos–, arremete contra las asociaciones memorialistas por el derribo, acusándoles de pensar que han recibido de dios la verdad de la Memoria Histórica. Acomete cual toro bravo –o historiador ofendido, no está claro– contra los voceros, portavoces, escritores, periodistas, comentaristas, etc., por el derribo, y se queja de todo lo que han dicho y escrito a favor del derribo. También se queja de que son pocas las personas que defienden públicamente la resignificación. ¿Ha pensado el Sr. Majuelo, en que son pocas porque igual no hay más, porque la mayoría social está por el derribo, aunque haya una mayoría política en el Ayuntamiento de Pamplona que está sorda y ciega y sigue con su agenda, a la que se ha sumado gozoso pero inconsciente, el Sr. Majuelo y el resto de compañeras del Comité de expertos? 

Arremete también, el Sr. Majuelo, contra otras personas, historiadoras, juristas, arquitectas, artistas, etc. colaboradoras de la Agrupación por el derribo, que discrepan del Comité de expertos y han hecho una lectura sosegada y crítica de su informe y los califica despectivamente de “expertos sobre expertos”. ¿Las colaboradoras con las asociaciones son cualquier cosa, menos expertas? ¿Solo las personas del Comité nombrado por el Tripartito pueden ser expertas? 
No parece que el sr. Majuelo vaya a hacer muchos amigos con estas descalificaciones.

Sr. Majuelo ¿no cree que ha sido totalmente contraproducente y temerario implicar al Instituto de la Memoria y al Fondo Documental de la UPNA en este proyecto partidista de la resignificación, sabiendo que eso iba a tensar las relaciones amistosas y de colaboración de esas instituciones con las asociaciones memorialistas y sus miembros? ¿Por qué no apoyaron ustedes a las víctimas, en lugar de al tripartito en este debate, o se mantuvieron al margen? ¿No cree que fueron ustedes quienes empezaron a quebrar la confianza?

Pero, dejemos esta rabieta del Sr. Majuelo y vamos a hablar de verdaderas líneas rojas sobre la Memoria Histórica, que el Comité de expertos se ha saltado y no ha tenido en cuenta en su informe académico, redactado al margen de las víctimas y sus asociaciones. 

Empecemos por reconocer que las víctimas son protagonistas de la Memoria Histórica, de la opresión y de la lucha bajo la Dictadura. No de toda, pero sí de una parte fundamental. Así lo recogen las leyes de Memoria. La canción de Fermin Balentzia lo dice bien claro: «La historia la hacen los pueblos». Los historiadores solo la escriben. Es una línea roja que se debería tener en cuenta. 
 
Sigamos por valorar la ingente labor que los familiares hicieron durante la dictadura, recabando, boca a boca, mediante conversaciones secretas con testigos, localizaciones de fosas, cunetas, simas y barrancos donde podían estar sus familiares asesinados y desaparecidos. Muchas recogidas por Jimeno Jurío y AFAN-Altafaylla, en sendos libros. Es otra línea roja que hay que reconocer.

Continuemos, por las recuperaciones tempranas de fosas en los años 77-80 que dieron lugar a la construcción de panteones-memoriales en los pueblos y recordatorios en las cunetas de Navarra. Este fue el comienzo de la verdadera Memoria. La memoria de las víctimas frente a la memoria de los símbolos fascistas impuesta por los verdugos. Otra línea roja que debemos recordar.

Prosigamos por reconocer que las víctimas y sus asociaciones memorialistas han sido el motor que ha empujado la legislación sobre Memoria y reconocimiento de las víctimas del franquismo. Las instituciones siempre a remolque. Legislación que está tardando en llegar a los estándares internacionales, pero que poco se está completando y que es obligatorio aplicar. Las víctimas tienen derecho a que se les tenga en cuenta en la toma de decisiones sobre la Memoria. Línea roja a no olvidar, aunque el tripartito y el Comité se la salten.

Sigamos por la declaración del Parlamento de Navarra de marzo de 2003 y la ley de símbolos de abril de 2003, a instancia de las víctimas, reconociendo que la dignidad de las víctimas pasa por la retirada de los símbolos franquistas. Sin distinción de tamaños. Entonces comenzó el crujir de dientes de las derechas navarras porque vieron peligrar los símbolos de su ideología franquista y con ello su relato mentiroso. Línea roja a no olvidar.

Continuemos con la ley de Memoria estatal de 2007 y la ley foral de Memoria de Reconocimiento y Reparación de las víctimas del franquismo de 2013. Ambas también proclaman que la dignidad de las víctimas y su derecho a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición exige la retirada de los símbolos franquistas. Línea roja de obligado cumplimiento. 

Recordemos 2016, cuando el Gobierno de Navarra aprobó, a propuesta de la Comisión de Memoria histórica de Navarra y de un informe del Sr. Majuelo y otros, el Censo de símbolos franquistas de Navarra. En dicho Censo está el Monumento a los Caídos. En su ficha, se recomienda, como primera medida, su retirada, salvo que sea técnicamente imposible. ¿Alguien piensa que hay problemas técnicos para retirar el edificio, para derribarlo? Es otra línea roja, en la larga travesía de las víctimas por su derecho a la reparación, que no se debe traspasar.

Llegamos a 2018, año en que el Parlamento aprueba la ley foral de Lugares de memoria. La ley dice que, los lugares de memoria, son aquellos donde se impuso el terror y se cometieron graves violaciones de derechos humanos. Es decir, cárceles, San Cristóbal, Escolapios, Salesianos, plazas de toros, fosas en campos, simas, cunetas, paredes de cementerios, etc. También son lugares de memoria, dice la ley, los memoriales construidos por las asociaciones memorialistas y los ayuntamientos en plazas, montes y cementerios. Los símbolos franquistas no son ni pueden ser lugares de memoria ni museos memoriales. ¿Qué parte no entienden el Tripartito y los expertos? Es otra línea roja que hay que respetar.

Hay que reconocer una gran habilidad, al Sr. Majuelo y sus compañeras del Comité, cuando hacen un truco de prestidigitación, al reconocer, en su informe, que los Caídos no es un lugar de ejecución, por tanto, no podría ser lugar de memoria, pero añaden que «es un lugar de «realización simbólica» de un crimen masivo o genocidio o un lugar de exaltación simbólica y justificación retrospectiva de los crímenes cometidos». Una especie de crímenes en diferido, que diría Cospedal. Por tanto, dicen, encaja en la definición de lugar de memoria. Pero según esto, ¿todos los símbolos franquistas serían lugares de ejecución retrospectiva y, por tanto, lugares de memoria? Si las expertas tienen razón, ¿la ley de Lugares de Memoria está equivocada? ¿También las leyes de Memoria y no hay que retirar los símbolos franquistas? ¿Hay que aprobar nuevas leyes de Memoria a la medida de la historia que nos quiere contar el Comité?

Continuamos en 2022, cuando el Congreso aprobó la Ley de Memoria Democrática, que dice claramente que los símbolos franquistas deben ser eliminados. La aprobaron PSN, EH Bildu y PNV (Geroa Bai). Es otra línea roja que se debe respetar. 

PP, Vox y UPN no la quieren aplicar y en las autonomías donde gobiernan, no quieren derribar los grandes símbolos franquistas. Dicen que son parte de la historia. Hay unos cuantos: La Pirámide de los Italianos en Burgos; el monumento al Crucero Baleares en Mallorca; el monumento a Franco en Tenerife; el monumento a la batalla del Ebro en Tortosa; el monumento a Carrero en Santoña, etc. ¿No se dan cuenta el tripartito y los expertos, que aquí, en Navarra, están siguiendo ese ejemplo de PP-Vox allí donde gobiernan? 

Creemos que aún están a tiempo de rectificar, parar con la resignificación y tener en cuenta a las asociaciones de víctimas y memorialistas.

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