«Acá no hay golpe». Así lo ha dicho el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, quien se ha mostrado confiado en lograr el reconocimiento de los países vecinos. Franco ha prometido entablar contacto con ellos «en su debido momento».

En su primera rueda de prensa, el nuevo presidente ha admitido que su situación «no es facil» y que «hay inconvenientes con la comunidad internacional». Ha defendido la legalidad del «juicio político» por el que fue destituido Fernando Lago.

Los Gobiernos de Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela han calificado de «golpe de Estado» la destitución de Lago y han anunciado que no reconocerán a Franco. Costa Rica incluso ha ofrecido asilo al destituido presidente.

Brasil está realizando consultas con los otros socios de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) antes de manifestar su posición respecto al nuevo Gobierno paraguayo.

Franco ha anunciado que el próximo lunes hará nuevos nombramientos ministeriales, tras los cambios producidos en las carteras de Interior y Exteriores.