El president de la Generalitat, Artur Mas, no ha dejado pasar la oportunidad de ser el primero en valorar la manifestación que ayer colapsó la ciudad de Barcelona a favor de la independencia. En una declaración solemne, el president ha señalado que «Catalunya es una nación que, para poder serlo, pide un Estado». Por ello, ha asegurado que a partir de ahora trabajarán para «dotar a Catalunya de estructuras de Estado».

En este primer acto de la lucha por capitalizar políticamente la espectacular movilización de la Diada, Mas ha dicho haber tomado nota de la reivindicación de los manifestantes, pero como viene siendo habitual ha acabado no mojándose demasiado y dejando todas las puertas abiertas: «Hay muchas preguntas que ahora no puedo contestar». «Nada será fácil, pero todo es posible», ha sentenciado.

Artur Mas, que ni asistió a la manifestación ni recibió a la delegación de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) en el Parlament, no ha dudado en barrer para casa y señalar que «la voz de los que salieron ayer en Barcelona es mi voz y actuaremos en consecuencia». Eso sí, ni una referencia explícita a la independencia, más allá de referencias a la ‘transición nacional’, ambigua fórmula utilizada por CiU en la campaña electoral que le llevó a recuperar la Generalitat.

«Llevamos 30 años trabajando por hacer de España un Estado mejor, pensando que así nos respetarían más», ha declarado Mas, quien ha añadido que esa dinámica se ha roto en los últimos años. «El camino lo tenemos que hacer el pueblo y las instituciones de la mano», ha afirmado.

Tras varios guiños a los manifestantes -«me siento profundamente orgulloso de presidir un pueblo como Catalunya»-, Mas ha hablado de las dificultades que enfrenta un hipotético proceso de independencia: «No será fácil porque Catalunya no cuenta con la mayoría de estructuras de Estado, porque el Estado español no nos lo pondrá fácil y porque no hay precedentes en el marco de la UE». Pese a las dificultades, Mas señalado que «es posible avanzar en el proceso de transición nacional», siempre que haya «voluntad, grandes mayorías y capacidad de resistir». «Creo que eso lo tenemos», ha concluido.

Como apunte remarcable, durante su discurso, el president no ha mencionado en una sola ocasión el pacto fiscal, aunque a preguntas posteriores de los periodistas, ha asegurado que sigue siendo su objetivo número uno. Eso pese a la multitud de pancartas que durante el día de ayer le pidieron que se olvide del pacto fiscal y trabaje directamente por la secesión. «La soberanía fiscal es clave en cualquier contexto. Catalunya lo necesita».

Por último, la pregunta de si el proceso de ‘transición nacional’ incluirá un referéndum por la independencia ha quedado sin respuesta.