La decisión de regresar al trabajo se produce pocos días después de que el Tribunal Superior de Justicia de la CAV (TSJPV) haya anulado el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado por la empresa, que planteaba el cierre de las dos plantas de la compañía en Araba y el despido de sus 178 trabajadores.

El comité de empresa, en una rueda de prensa, ha recordado que la dirección ha despedido a cuatro de sus miembros, que la empresa lleva 34 meses sin convenio y que la «incertidumbre» sigue rodeando al futuro de las plantas de Gasteiz y Urbina.

De todas formas, han mostrado su voluntad de negociar con la dirección. El comité ha destacado su compromiso con la continuidad de actividad industrial de las dos factorías, por lo que está dispuesto a llegar a un acuerdo «que satisfaga a las dos partes». No obstante, ha advertido de que éste debe construirse sobre unos contenidos que se encuentren «lejos de las pretensiones iniciales de la empresa» y «priorizando la readmisión» de los miembros del comité de empresa despedidos.

El abandono de la huelga, según han explicado, es «un gesto de buena voluntad y de distensión». La huelga se sustituirá por paros parciales, el primero de los cuales se producirá el martes, aunque continuarán las manifestaciones y movilizaciones en la calle.

El comité de empresa ha destacado el apoyo que los partidos políticos vascos les han expresado en los contactos que han venido manteniendo en las últimas semanas.

No obstante, ha calificado de «llamativo» el hecho de que el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, y el diputado general de Araba, Javier de Andrés, ambos del PP, también les hayan mostrado su «apoyo moral», cuando «es la política de su partido, y más concretamente la ultima reforma laboral, el detonante del conflicto laboral» que afecta a esta empresa.