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Madrid

Mato niega que lesbianas y mujeres sin pareja serán excluidas de los tratamientos de fertilidad

Ser «mujer estéril» será el requisito determinante para poder acceder a tratamientos de reproducción asistida en el sistema sanitario público español, según ha acordado hoy en el Consejo Interterritorial de Salud, que ha presidido la ministra de Sanidad.

Dicho requisito ha generado el rechazo de comunidades autónomas como el País Vasco y de asociaciones de homosexuales, al entender que deja fuera de la financiación pública a lesbianas y mujeres sin pareja que pueden ser fértiles pero que necesitan de estos tratamientos para poder ser madres.

Mato ha asegurado que con esta medida no se modifica el decreto de 2006 que establecía que la reproducción asistida solo se financiaba públicamente cuando hubiera un diagnóstico de esterilidad o una indicación clínica establecida. Y ha subrayado que «cualquier mujer que tenga un problema para tener un hijo, apreciado por un médico, tendrá acceso a la financiación pública de la reproducción asistida». Además, el otro requisito para acceder a este servicio será ser menor de 40 años.

La ministra ha explicado que en el texto de la propuesta se introducía en un principio el término «pareja» pero que ha habido un problema de interpretación –«no sé si intencionado o malintencionado»–, y que, por ello, se ha sustituido finalmente por «personas». «No ha habido ninguna modificación respecto a lo previsto pero a lo mejor alguna comunidad autónoma lo que pretende es ampliar la cartera de servicios ampliando las prestaciones», ha replicado.

Detección de tumores

Sanidad y las comunidades autónomas han acordado también una serie de criterios en los cribados de cáncer de colon, mama y cérvix, que serán comunes en todo el Estado español. En cáncer de colon, todos los hombres y mujeres de 50 a 69 años se podrán someter cada dos años a la prueba de detección de sangre oculta en heces para detectar de forma precoz el tumor. En el de mama, se realizarán mamografías a todas las mujeres de entre 50 y 69 años, con una revisión bianual, mientras que el cribado de cáncer de cérvix se llevará a cabo en mujeres de 25 a 65 años, con una periodicidad de entre tres y cinco años.