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Donostia

Lakua declara Bien Cultural el Bellas Artes de Donostia, por lo que no podrá ser derribado

El Gobierno de Lakua ha decidido declarar el antiguo cine Bellas Artes de Donostia como Bien Cultural, lo que impedirá el derribo del edificio. La oposición del Ayuntamiento guipuzcoano (PSE, PP, PNV) alcanzó un acuerdo para su conversión en un hotel.

El Bellas Artes, envuelto en una malla para evitar desprendimientos. (Juan Carlos RUIZ / ARGAZKI PRESS)
El Bellas Artes, envuelto en una malla para evitar desprendimientos. (Juan Carlos RUIZ / ARGAZKI PRESS)

El Gobierno de Lakua ha decidido declarar el antiguo cine Bellas Artes de Donostia como Bien Cultural, lo que impedirá el derribo del edificio.

Para ello, «establecerá un proceso de diálogo y trabajo en común con los agentes públicos y privados de la ciudad, al objeto de garantizar su protección y viabilidad futura», ha informado el Departamento de Cristina Uriarte en un comunicado.

La decisión de Lakua se adopta «en coherencia» con el informe que emitió en junio de 2013 sobre el documento de aprobación inicial del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido (PEPPUC) de Donostia, en el que señalaba que el Bellas Artes es «portador de valores culturales que justifican su protección».

El pronunciamiento del Departamento de Cultura se produce dos semanas después de que el grupo municipal de Bildu anunciara que iba a defender una declaración institucional para instar al Gobierno autonómico a que otorgara la máxima protección al edificio del Bellas Artes y lo declara bien cultural calificado como monumento.

El propósito era impedir que el edificio, propiedad de la empresa Sade, pueda ser convertido en un hotel.

Lakua considera que la modificación de la protección del edificio que se introdujo en el PEPPUC en febrero, en virtud de un acuerdo entre los partidos de la oposición -PSE, PP y PNV- que no apoyó Bildu, «sigue siendo insuficiente para garantizar la preservación del bien», según destaca en la nota.

Asegura que la declaración de Bien Cultural «impedirá el derribo del edificio y permitirá la transmisión del mismo a las generaciones futuras».

«A lo largo de este proceso, ha podido constatarse una evolución en la ciudad hacia posiciones favorables a una mayor protección del bien. En este sentido, se ha evidenciado que el tiempo transcurrido ha supuesto un proceso necesario de valorización del bien que ha permitido una mayor confluencia de voluntades», subraya.

Agrega que es «un hecho muy relevante, ya que es deseable que la declaración y protección de un bien sea fruto de una apreciación compartida sobre su valor cultural y sobre la necesidad de protegerlo».

«En ese sentido, la declaración de un bien debe entenderse como un hecho positivo que enriquece a una comunidad y no como una imposición que coarta su desarrollo y progreso», recalca.

En abril de 2013 se aprobó pasar del grado de protección C al grado D, que permitía derribar el edificio y reconstruirlo posteriormente siempre y cuando conservara su aspecto original. Esta rebaja en el grado de protección hizo renacer la oposición de una parte de la ciudadanía, aglutinada en la asociación para la conservación del patrimonio Áncora, que comenzó con una campaña para «salvar el Bellas Artes del derribo».