Cansada de una vída seminómada en medio de la naturaleza, una madre decide llevarse a sus hijos y alejarlos del proyecto en común que había iniciado con el padre de estos: que sus hijos crecieran libres, sin ataduras, y con una educación exclusiva de sus padres.
La justicia otorga la custodia a la madre pero el padre decide llevárselos con él y alejarlos de la madre. Durante muchos años vivirán escondidos, en diferentes comunas, y lejos de toda realidad ajena. En su adolescencia, aflorarán algunas contradicciones sobre el modo de vida que les inculcó su padre.
En la rueda de prensa posterior a la proyección han estado presentes, junto al director y los actores, los dos jóvenes en los que se ha basado el director. «Vivimos esos once años como una experiencia muy fuerte en la que vivimos muchas cosas. No solo vivimos en los bosques y en el monte, estuvimos también en el mundo real, con gente de clases sociales diferentes», ha explicado uno de ellos.
Kahn ha matizado que su objetivo era «saber cómo iban creciendo en ese modo de vida que eligieron».
Ambos han afirmado que no se arrepienten de haber decidido quedarse con su padre. «En absoluto nos arrepentimos. Es algo que nos ha aportado muchísimo. Fue una vida difícil, sí, pero hoy nos sentimos más fuertes».