NAIZ
NUEVA YORK

Trump, sobre los ciberataques electorales: «Creo que fue Rusia»

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido que Rusia estuvo detrás de los ciberataques realizados en el proceso electoral que culminó con los comicios del 8 de noviembre. También ha insistido en su intención de construir un muro en la frontera con México y ha anunciado un plazo límite de año y medio para comenzar las obras, que el país vecino asumirá, ha dicho, después.

El presidente electo de EEUU, Donald Trump, durante su rueda de prensa. (Spencer PLATT/AFP)
El presidente electo de EEUU, Donald Trump, durante su rueda de prensa. (Spencer PLATT/AFP)

«‘Hackear’ es malo, no tendría que haber ocurrido», ha afirmado Trump en una rueda de prensa en Nueva York, refiriéndose a los informes de inteligencia que indican los ataques cibernéticos rusos pudieron beneficiar al aspirante presidencial republicano.

«Sobre el ‘hackeo’, creo que fue Rusia», ha agregado, en una posición que cambia opiniones anteriores en las que se mostraba reacio a aceptar que Rusia estuviera detrás de estas acciones de pirateo informático, que afectaron especialmente al bando demócrata.

El presidente electo ha afirmado que Estados Unidos está sufriendo ciberataques de «todo el mundo», «ya sea Rusia, China o cualquiera». Así, Trump ha señalado que «nunca volverá» a ocurrir a partir de que él llegue a la Casa Blanca.

También ha expresado la necesidad de reconstruir los lazos con Rusia respecto a la «horrible» relación que existe actualmente.

«Rusia puede ayudarnos a luchar contra el Estado Islámico», ha agregado Trump en la rueda de prensa.

México

Por otra parte, el magnate ha reiterado su intención de construir un muro en la frontera con México y ha anunciado un plazo límite de año y medio para comenzar las obras.

«No es una valla, es un muro», ha subrayado el magnate, a las preguntas de los periodistas que han asistido a su esperada comparecencia en la Torre Trump.

El mandatario electo ha asegurado que, aunque no le «apetece», está dispuesto a esperar un año y medio para negociar con México la construcción de esta polémica infraestructura. Una vez pasado el plazo, comenzarán las obras y México «devolverá» el coste.

En este sentido, el magnate ha planteado la posibilidad de que las arcas públicas mexicanas asuman mediante un impuesto o un pago directo el mencionado «reembolso». «Así será», ha dicho, dando por segura una posibilidad que el Gobierno de Enrique Peña Nieto siempre ha descartado.

Las relaciones de Trump han estado marcadas por el discurso que pronunció al anunciar su candidatura a las primarias republicanas, cuando acusó a México de enviar a delincuentes a Estados Unidos. Ahora, sin embargo, ha dicho «respetar» a las autoridades y el pueblo mexicanos –«hay mucha gente de México que trabaja conmigo»–.

«No les culpo por aprovecharse de Estados Unidos», ha añadido, en una crítica que ha trasladado a las administraciones estadounidenses, que «no tendrían que haberlo permitido».

Empresas

Además, Trump ha dicho que cederá todo el control de sus negocios a sus dos hijos adultos y a un colaborador, pero no liquidará sus activos en la empresa.

Trump, que ha recordado que si quisiese podría seguir dirigiendo su compañía mientras esté en la Casa Blanca, ha asegurado.

Su abogada, Sheri Dillon, ha explicado, además, que la empresa de Trump no establecerá nuevos negocios en el extranjero durante su presidencia y que las operaciones domésticas serán objeto de una escrupulosa supervisión para evitar conflictos de intereses.

Entre otras cosas, todas las operaciones necesitarán ser aprobadas por un asesor ético independiente que será elegido próximamente.

Además, Trump prevé donar todos los beneficios que sus hoteles obtengan de gobiernos extranjeros al Tesoro estadounidense.

Dillon ha asegurado que, una vez nombrado presidente el próximo día 20, el magnate inmobiliario se aislará totalmente de su negocio y «solo sabrá de un acuerdo si lo ve en el periódico o en televisión».

Sin embargo, la abogada ha descartado completamente que Trump pueda vender sus intereses para eliminar posibles conflictos, algo que han hecho algunos de los empresarios elegidos para formar parte de su gabinete.

«No se puede esperar que el presidente electo Trump destruya la compañía que construyó», gha asegurado Dillon, que ha insistido en que la venta «no es ni siquiera factible».