«Sin ansiedad pero con ganas». O eso es al menos lo que se dice en el entorno txuri-urdin sobre la primera victoria de la Real en el nuevo Anoeta, que no parece querer llegar. Hoy los donostiarras no han dado una mala imagen, pero el Sevilla ha demostrado el porqué de su segunda posición en la clasificación de Liga.

Los primeros 20 minutos han resultado parejos en cuanto a juego, sin que alguno de los dos equipos haya sido capaz de crear claras ocasiones de gol. El que más cerca ha estado de marcar ha sido Juanmi, a quien le han faltado unos centímetros para que su remate de cabeza resultara certero.

Antes de llegar al descanso, en el minuto 37 de partido, Moya se ha visto obligado a intervenir. Pero lo que ha evidenciado la llamada a los vestuarios ha sido el respeto entre ambos equipos, que han priorizado no dar ni la más mínima oportunidad al rival.

El tiempo corría y solo Januzaj mostraba algo que podía hacer creer a la hinchada txuri-urdin; un pase de la muerte suyo no ha encontrado rematador en el 62 de partido. El Sevilla, por su parte, ha apostado el todo por el todo a jugar al contragolpe, y lo ha hecho con bastante eficacia. Cerca han estado los visitantes de marcar en el 88, cuando han desperdiciado un contrataque de cinco contra dos.

Antes, en el 75, Sandro se ha plantado ante el portero, pero iba tan trastabillado que en vez de pegar al balón su disparo ha impactado contra el verde de Anoeta.

El Sevilla, bien armado en defensa y con el contragolpe como su mejor arma de ataque, se ha podido llevar los tres puntos de Anoeta ante una Real en la que solo Januzaj ha aportado chispa en ataque.