Cualquiera le tose a día de hoy a Primoz Roglic, que se ha enfundado la primera maglia rosa del Giro 2019. El esloveno ha volado y ha metido un buen bocado de segundos en la crono de Bolonia, siendo el más equilibrado en los seis kilómetros llanos y los dos últimos de dura subida. Simon Yates y Nibali, «Supermán» López y Dumoulin le han seguido en la clasificación de la etapa, con el decepcionante petardazo de Mikel Landa como peor noticia.

Salvo Yates, el resto de favoritos ha decidido salir de principio, ya que, pese a no disponer de referencias, han preferido recorrer los ocho primeros kilómetros de la corsa rosa. Así las cosas, ha resultado curioso ver a Dumoulin, ganador del Giro de 2017 y segundo el año pasado, abriendo camino.

Y como la prueba italiana siempre guarda sorpresas, poco después de la llegada de Dumoulin, «Supermán» López ha roto el registro del holandés, cimentando su mejoría casi más en la parte llana que en la subida a San Luca. Nibali, por su parte, arramplaba con todo superando a los dos y Primoz Roglic, en plan abusón, llegaba a la meta después de doblar a Antunes de CCC y casi a Arnaud Demare, entrando en la meta por debajo de los 13 minutos, superando a todo un Dumoulin en casi 30 segundos y asegurándose la maglia rosa para empezar.

Justo después del esloveno entraba Mikel Landa. El de Murgia, por desgracia, no sorprendía y realizaba un estreno plomizo, a un minuto y siete segundos de Roglic. Por poner un ejemplo de lo que hubiera sido algo más aceptable, su compañero de equipo Richard Carapaz, con quien el alavés compartió una espectacular Vuelta a Asturias, ha necesitado 20 segundos menos.

En ese sentido, es de agradecer que Landa no pusiera paños calientes a su actuación. «Ha sido un día complicado. No he empezado como quería. No me he encontrado bien en la parte final; se me ha hecho muy larga. Debería haberlo hecho mejor», ha reconocido. Ha sido Pello Bilbao el mejor entre los vascos, undécimo, con el alavés Víctor De la Parte justo por detrás.

Vientos de cambio

Ha habido que esperar más de dos horas hasta ver a Simon Yates en la rampa de salida. Y pese a que se anunciaba lluvia, el tiempo se ha portado. Yates, empero, perdía 18 segundos en la parte llana, guardándose para remontar en la subida a San Luca.

No ha remontado ante el esloveno, pero sí ante el resto de los rivales, al punto de que ha acabado la etapa en segunda plaza, prometiendo un Giro apasionante.