Sindicatos y patronal mantuvieron este pasado jueves la última reunión de la mesa de negociación, sin que se alcanzara ningún avance, y el próximo encuentro está previsto el próximo 15 de julio. Hasta entonces, ELA, UGT, LAB y CCOO tienen convocados nuevos paros parciales, de dos horas por turno, el 9, 10 y 13 de julio.

Los sindicatos que componen la mesa de negociación han precisado que «en ningún momento se pretende importunar a los usuarios» de instalaciones deportivas, pero, tras más de 30 años de «unas condiciones indignas y más de 18 meses de negociación», deben dar «un paso adelante».

Según han explicado, la incidencia de los paros parciales de este pasado jueves volvió a superar el 75% y afectó a «prácticamente toda Bizkaia». La huelga de 24 horas de este viernes, en función de los primeros datos recabados en una treintena de centros, rondaría el 80%, «salvo alguna actividad interior», y está afectando principalmente a las piscinas exteriores.

2.500 trabajadores

Los sindicatos convocantes acusan a la patronal de no asumir que el sector, que engloba a unos 2.500 trabajadores, reivindique sus derechos. «Utiliza la temporalidad como herramienta de coacción, sustituye profesionales en puestos de trabajo, modifica los cuadrantes laborales a última hora, interroga a sus plantillas y quienes tenían contrataciones de verano y han secundado paros, dejan de tenerlas», han denunciado.

En este sentido, han advertido de que, en la mesa negociación de este jueves, se les trasladó «la incapacidad de poder asumir por parte de las empresas que todos los contenidos del convenio necesitan ser revisados porque han quedado obsoletos y no se ajustan a la realidad».

Las centrales han asegurado que no van a consentir que «ninguna empresa ataque el ejercicio democrático de la huelga, pues supone un ataque contra el más elemental de los derechos de la clase trabajadora, y que la legislación atribuye en materia de negociación colectiva».

Estrategia patronal

«Pretender separar negociación colectiva y huelga significa, en la práctica, eliminar cualquier posibilidad de que el conjunto de la clase trabajadora pueda reivindicar sus intereses a través de la negociación de los convenios colectivos, convenios que no solo rigen las condiciones laborales y salariales, sino que son el máximo exponente del juego democrático, tanto dentro como fuera de las empresas. Algunos pretenden desde hace tiempo que la democracia se quede aparcada a las puertas de los lugares de trabajo», han criticado.

Finalmente, han subrayado que «terminar con las elevadas tasas de temporalidad y parcialidad en sectores altamente feminizados que dependen principalmente de financiación pública es una reivindicación que nos compete a todas y todos».