Mikel Insausti

‘El laberinto del fauno’: La dimensión fantástica de la posguerra

Ivana Baquero, el descubrimiento de Del Toro, con el fauno. (NAIZ)
Ivana Baquero, el descubrimiento de Del Toro, con el fauno. (NAIZ)

EL LABERINTO DEL FAUNO
México-Estado español-EEUU. 2006. 108’ 
Dir. y Guion: Guillermo Del Toro. Prod.: Guillermo Del Toro, Alfonso Cuarón, Bertha Navarro y Álvaro Agustín/ Tequila Gang. Int.: Ivana Baquero, Sergi López, Maribel Verdú, Doug Jones, Ariadna Gil, Álex Angulo, Manolo Solo, Roger Casamajor, Ivan Massagué, Fernando Albizu.
Fot.: Guillermo Navarro. Mús.: Javier Navarrete. Mont.: Bernat Vilaplana. Dir. Art.: Pilar Revuelta.

 

Con ‘El laberinto del fauno’ (2006) Guillermo Del Toro entró en una dinámica triunfal culminada con la reciente ‘La forma del agua’ (2017), ganadora del León de Oro en la Mostra de Venecia y de cuatro premios Óscar, entre ellos el de Mejor Película. Con aquel su sexto largometraje ya obtuvo tres estrellas doradas, aunque fueron en categorías técnicas. Donde sí arrasó fue en los Goya, haciéndose con un total de siete a Mejor Actriz Revelación (Ivana Baquero), Mejor Guion Original, Mejor Fotografia (Guillermo Navarro), Mejor Montaje (Bernat Vilaplana), Mejor Sonido (Miguel Polo y Martín Hernández), Mejor Mquillaje y Peluquería (Blanca Sánchez y José Quetglas) y Mejores Efectos especiales (Reyes Abades, Montse Ribé, David Martí, Everett Burrell, Edward Irastorza y Emilio Ruiz).

Del Toro como cineasta mexicano en contacto con la comunidad republicana en el exilio se interesó por la Guerra del 36 ya en su anterior ‘El espinazo del diablo’ (2001), y volvió a dar una visión fantástica de la posguerra en ‘El laberinto del fauno’ (2006). De los cuentos de los hermanos Grimm toma la figura malvada del ogro, que reinterpreta a través del militar fascista cruelmente encarnado por un gran Sergi López. Otro hallazgo actoral fue el de la niña Ivana Baquero, como el personaje infantil que tiene la llave a la otra dimensión, ese mundo subterráneo y mitológico que se oculta bajo la violenta realidad.

La película se rodó en los pinares de la localidad segoviana de San Rafael, ideales para representar un bosque y una montaña en los que localizar por partida doble el refugio del maquis y ese otro mundo habitado por Doug Jones en sus diferentes transformaciones, bien como el fauno del título o como el hombre pálido que tiene los ojos en las manos, y que se inspira en el monstruo japonés Tenome. Otra influencia pudo estar en la burtoniana ‘Sleepy Hollow’ (1999).