Hace varias semanas que se sabía de la intención de Eva Ferreira de postularse como candidata a rectora de la UPV-EHU. Este viernes se ha presentado oficialmente, dando lectura a una declaración de intenciones. Ha avanzado que ahora trabaja en la conformación de su equipo y del programa, de lo que no ha querido dar más detalles.

Preguntada por las líneas generales de su proyecto, ha apuntado que se basarán en la mejora de la UPV-EHU en formación, investigación, y comunicación a la sociedad de lo que hacemos, «cuestión que hay que impulsar cada vez más para que se sepa lo que hacemos y cómo revierte en la sociedad». «La universidad tiene que estar en el centro de la sociedad, pero la sociedad también tiene que estar en el centro de la actividad universitaria», ha defendido.

Ferreira conoce muy bien los «engranajes» de la mayor universidad vasca, ya que fue su secretaria general de 2009 a 2012 siendo rector Iñaki Goirizelaia. Antes, participó en el equipo de José Ignacio Pérez Iglesias (2004-2009) como vicerrectora de Asuntos Económicos y de Organización Académica. De 2015 a 2019 ocupó la dirección de la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco (Unibasq).

Nacida en Barakaldo (1963), Ferreira es licenciada en Matemáticas por la UPV/EHU, máster en Probabilidad y Estadística por el instituto Courant de New York University y doctora en Economía por la UPV/EHU. Asimismo, es catedrática en Economía Aplicada desde 2005.

«Orgullosa» de la universidad

«Me siento orgullosa de pertenecer a esta universidad, mi alma mater. Soy muy consciente que le debo mucho; académicamente, casi todo. Hija de inmigrantes gallegos y miembro de una familia numerosa, el estudio a precio de mercado no era una opción en nuestra casa. Pero tuve la oportunidad de estudiar matemáticas en la UPV-EHU y de hacer a continuación un máster en uno de los institutos más prestigiosos en ese ámbito», ha declarado.

«Allí –ha confesado la aspirante a rectora– fui consciente de lo buena que había sido la formación que había recibido y de que, gracias a ella, podía mirar de frente y sin complejos a personas formadas en las mejores universidades del mundo». «Cuento con un recorrido académico largo y diverso, largo en el tiempo y diverso en las actividades realizadas: formación, investigación, divulgación y gestión. Al igual que mi universidad, he ido, como persona y como académica, creciendo y madurando, aprendiendo y enseñando», ha añadido Ferreira.

Entre los objetivos a encarar, ha advertido de la existencia de «grandes retos sociales», alineados con los 17 Objetivos mundiales de Desarrollo Sostenible y con la agenda 2030, que en el caso de la UPV-EHU añade un nuevo objetivo: el impulso del euskera y de la cultura vasca.

«En este marco, la universidad pública puede y debe aportar un conocimiento contrastado sobre estos retos; puede y debe proyectar ese conocimiento en las siguientes generaciones y puede y debe mejorar el presente a través de proyectos colaborativos», ha manifestado.

«Tenemos que aquilatar un proyecto colectivo alineándolo con los objetivos individuales, y siendo conscientes de que los resultados esperados no se pueden ni se deben programar como un reloj de cuco, pero sí articular con la suficiente flexibilidad como para responder a las eventualidades que puedan surgir en el futuro», ha reconocido Ferreira.