CCOO ha informado este martes de que «tras un proceso de movilización y presión la dirección ha comunicado que por ahora Trenasa no se cierra. La empresa ha comunicado esta dirección a representantes del sindicato, ante la posibilidad de cerrar algunos contratos en el mercado ferroviario español en los próximos meses».

Por el momento, la plantilla continuará en el ERTE negociado en junio y los puestos de trabajo quedan garantizados para al menos tres meses, añade.

La amenaza de cierre de Trenasa ponía en riesgo 110 puestos de trabajo. La plantilla había llevado sus movilizaciones hasta Beasain, dado que la decisión emana de la multinacional CAF, mientras se ponían en marcha iniciativas de interlocución política para buscar contratos.

El grupo CAF anunció hace días su decisión de cerrar Trenasa y despedir a toda la plantilla con fecha del 31 de diciembre de este año, con un ERE de extinción que ya presentó.

Después de varias convocatorias de concentraciones y protestas a las puertas de la sede de CAF en Beasain y tras una concentración que reunió el apoyo de alrededor de 400 personas, seis trabajadores de Trenasa se encerraron en el salón de plenos del Ayuntamiento de Castejón avisando de que permanecerían allí mientras duren las negociaciones con la dirección de la empresa para evitar el cierre anunciado de la planta y los despidos.

En este nuevo contexto, CCOO expone que «urge una reflexión sobre el retorno social de las subvenciones públicas y sobre los resorte legales que dispone Navarra para evitar estas prácticas empresariales». Junto a ello, «agradece el enorme esfuerzo de movilización y presión que ha hecho la plantilla en defensa de los puestos de trabajo. Sin duda la presión sindical y la unidad de la plantilla son eficaces y necesarios en estos tiempos de dificultades sociales y económicas».

El historial de ERTEs de CAF

Los trabajadores ya advirtieron de que a partir del año 2012, el grupo CAF ha aplicado siete expedientes de regulación de empleo «muy duros» en esta planta y denunciaron, asimismo, que «una gran multinacional que en 2019 contó con récord histórico de pedidos, 9.500 millones de euros, y récord de beneficios, un 37 % más que en 2018, juega con las cargas de trabajo distribuyéndolas por las distintas factorías de todo el mundo, según le convenga en cada momento y jugando así con el pan de muchas familias, esto se llama deslocalización».

Hace cuatro meses CAF presentó un ERTE con el pretexto de que no había suficiente carga de trabajo para acabar el año y garantizándola a partir de 2021 hasta 2023 para la totalidad de la plantilla, y solo tres meses después planteó el despido colectivo de 110 trabajadores y el cierre de la factoría.

A los dos años de crear Vectia, empresa encargada de crear autobuses híbridos y elécticos, el grupo CAF adquirió una empresa polaca llamada Solaris dedicada a la misma labor y, según la plantilla, «dejó morir Vectia» y, «con el consentimiento de la consejería de Desarrollo Económico y Empresarial de Navarra, se llevó esos siete millones de euros a Polonia dejando así a Trenasa sin esa carga de trabajo de un producto tan innovador y con tanto futuro».