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Peligrosa escalada en el Cuerno de África tras el bombardeo de Asmara por fuerzas de Tigray

El guerra en Trigray, donde el Ejército federal etíope lanzó una ofensiva militar el 4 de noviembre, sufrió anoche una nueva escalada con el bombardeo de Asmara, capital de Eritrea, por fuerza tigriñas, convirtiéndolo en un conflicto internacional.

Refugiadas tigriñas en Sudán. (Ebrahim HAMID / AFP)
Refugiadas tigriñas en Sudán. (Ebrahim HAMID / AFP)

La guerra entre Etiopía y Tigray se ha convertido en un conflicto internacional después de que fuerzas tigriñas atacaran anoche Asmara, capital de Eritrea y gran aliado de Addis Abeba en el Cuerno de África; suscitando temores de que Sudán, en donde se han refugiado ya al menos 25.000 etíopes, podría ser la siguiente potencia en involucrarse.

«Las Fuerzas de Defensa de (la región norteña etíope de) Tigray han golpeado instalaciones en Eritrea, incluido el aeropuerto de (la capital) Asmara, usadas para perpetrar ataques en Tigray», ha confirmado hoy vía Twitter el portavoz del Frente de Liberación de Tigray (TPLF), Getachew Reda, sin aportar más detalles.

Radio Erena, emisora de la diáspora eritrea con base en París y simpatizante de la oposición, reportó anoche un total de «cuatro explosiones» en Asmara, según los testimonios de residentes, sin llegar a confirmar víctimas mortales.

«Este conflicto está escalando rápidamente. Ya no se trata de una guerra interna en Etiopía, ahora es una guerra internacional con las fuerzas de Tigray luchando contra Eritrea en múltiples frentes», ha señalado a Efe el subdirector para África del International Crisis Group (ICG), Dino Mahtani.

«Los ataques con misiles del TPLF en la capital de Eritrea, así como en la región (etíope) de Amhara desde donde se lanzó la intervención militar federal contra Tigray, indican a su vez una aceleración de la campaña militar en la región», ha agregado.

Internacionalizar la guerra

Las autoridades de Tigray quieren «internacionalizar la guerra», ha expicado a AFP Roland Marchal, investigador del Centro de Investigación Internacional (CERI) de Sciences Po, con el fin de involucrar a la comunidad internacional, mientras crean en Etiopía un sentido de nacionalista que les sería favorable.

«Una implicación de Eritrea permitiría también justificar por adelantado el costo de la guerra para la población civil» en Tigray, añade el experto en África.

El sábado, el TPLF reconoció haber lanzado cohetes contra los aeródromos de Gondar y Bahar Dir, esta última, capital regional del colindante estado etíope de Amhara, extrapolando este conflicto por primera vez fuera de los límites de Tigray.

Según han indicado a Efe fuentes médicas, al menos 10 soldados murieron y otros 20 resultaron heridos en el ataque contra el aeropuerto de Gondar, quue es utilido tanto por aviones militares como civiles.

El primer ministro etíope y premio Nobel de la Paz 2019, Abiy Ahmed, ha advertido hoy en un comunicado que su país, el segundo más poblado de África (100 millones de habitantes), «está más que capacitado» para lograr «por sí mismo» los objetivos militares previstos para Tigray, región a la que declaró la guerra día 4 tras acusar al TPLF de haber atacado mortalmente una base militar federal.

Temor a la implicación de Sudán

Según fuentes de los Gobiernos etíope y tigriña citadas por la revista estadounidense "Foreign Policy", al menos la mitad de las tropas federales del Comando Norte con base en Tigray se han aliado a la lucha del TPLF; mientras que una cuarta parte (leales a Abiy y en su mayoría amharas) ha huido a Eritrea y el resto se ha negado a combatir.

«Una parte importante del Ejército nacional etíope, el Comando Norte con base en Tigray, ha desertado o caído en manos del TPLF», ha confirmado Mahtani, quien teme que el vecino Sudán sea el próximo en ser «arrastrado» al conflicto, pese a que tanto Eritrea como el TPLF «cuentan con lealtades» entre diferentes comunidades nómadas del este sudanés.

Sudán podría, a su vez, presionar a Etiopía y amenazar con permitir el paso de munición y alimentos a Tigray –a través de las provincias fronterizas de Kassala y Gadaref– si Addis Abeba no accede a negociar sobre el disputado triángulo de Fashqa, que se extiende a lo largo de la frontera etíope con Amhara y que Sudán reclama desde hace décadas.