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El deshielo costero en la Antártida deja entrever una nueva isla

La costa este de la Antártida ha perdido la mayor parte de las plataformas de hielo de Glenzer y Conger, un proceso en el que ha quedado al descubierto lo que probablemente sea una isla.

En estas tres imágenes se aprecia cómo la isla permanece a pesar del deshielo costero en la Antártida.
En estas tres imágenes se aprecia cómo la isla permanece a pesar del deshielo costero en la Antártida. (NASA)

El deshielo costero en la Antártida ha dejado entrever una nueva isla, cuya existencia, si se confirma, la convertiría en una más de una serie de islas expuestas en los últimos años a medida que se han ido desintegrando partes del hielo glacial flotante que abraza la costa del continente.

La isla candidata es visible en un tríptico de imágenes en color natural tomadas por los satélites Landsat entre 1989 y 2022. Ha mantenido la misma forma, incluso después de que se desprendiera el hielo de la plataforma, y mientras el hielo marino a su alrededor aumentaba y disminuía.

Ese montículo blanco redondo no se ha movido, incluso después de que grandes icebergs probablemente se estrellaran contra él tras el rápido colapso de las plataformas de hielo de Glenzer y Conger este año.

Además, también parece más alta que su entorno. El perfil de elevación indica que al menos parte de la masa se encuentra de 30 a 35 metros sobre la superficie del mar. Los datos se adquirieron el 22 de diciembre de 2021 con el Sistema de Altímetro Láser Topográfico Avanzado (ATLAS) en el Satélite ICESat-2 de la NASA.

Pero el hecho de que ese espacio parezca una isla no significa que realmente lo sea, al menos no en el sentido tradicional. Los científicos aún no están seguros de si hay tierra sólida rompiendo la superficie del mar debajo de toda la nieve y el hielo.

Una isla de hielo

John Gibson, un científico de la División Antártica Australiana, cree que es probablemente una isla de hielo: una capa de hielo grande y pesada asentada sólidamente sobre un pico submarino. «Sin duda, es similar a otras islas de hielo, como la isla Bowman», ha señalado en un comunicado.

Gibson ha añadido que es una isla de hielo «que se perpetúa a sí misma», lo que significa que la acumulación de nieve y hielo en la superficie equilibra la cantidad que se derrite bajo el agua. Si ese equilibrio se interrumpe por una disminución de las nevadas, entonces la isla de hielo podría adelgazar y alejarse flotando.

«La isla sin nombre es una característica más o menos permanente del paisaje», ha explicado el científico, «pero algún día podría desprenderse de la roca subyacente y convertirse en un iceberg».

Sin que nadie haya estado en la isla para observarla, quedan dudas sobre su estructura. «Para estar absolutamente seguro, necesitaría colocar un barco junto a ella para verificar si hay un afloramiento de lecho rocoso, y tal vez un radar sobre su superficie para evaluar el espesor del hielo», ha explicado Christopher Shuman, un glaciólogo de la Universidad de Maryland en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

«El perfil de ICESat-2 muestra que la superficie está muy por encima del nivel del mar. Eso sería una gran cantidad de hielo sobre el cono, si no hubiera un lecho rocoso en o por encima del nivel del mar», ha señalado.

Tradicional o de hielo, esta isla es la última de un grupo de características similares que ya no están incrustadas en el hielo glacial flotante de la Antártida.

En 2019, la Junta de Nombres Geográficos de EEUU reconoció a la isla Rompehielos, que en 1996 quedó aislada de la plataforma de hielo Larsen B a lo largo de la península Antártica.

Y en 2020, los investigadores en una expedición en barco descubrieron una pequeña isla rocosa cubierta de hielo que podría haber sido parte de la plataforma de hielo del glaciar Pine Island.

«Es probable que el descubrimiento de más islas continúe en los próximos años debido a la reducción de los glaciares y el hielo marino», ha añadido Shuman. «Obviamente, estas son características ‘nuevas para nosotros’, pero ahora también tenemos más personas y más herramientas para observar los márgenes de la Antártida. Varios ejemplos no marcan una tendencia, pero sí implican que es probable que en los años venideros se noten otras características que alguna vez estuvieron ocultas».