Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Bilbao BBK Live se prepara para 100.000 visitantes y lanza autobuses bajo reserva

Stromae traerá el montaje más espectacular, The Killers lanzarán fuegos artificiales... Se van conociendo los últimos detalles de la inminente nueva edición del BBK Live que, como apunta Alfonso Santiago, CEO de Last Tour, se prevé emocionante. Y trae alguna novedad en la cuestión del transporte.

La imagen es de 2019. Este año vuelve el festival bilbaino y hay muchas, pero muchas ganas.
La imagen es de 2019. Este año vuelve el festival bilbaino y hay muchas, pero muchas ganas. (BILBAO BBK LIVE)

En estos años en los que, debido a la pandemia, no se ha podido celebrar el Bilbao BBK Live, la zona de Kobetamendi ha vivido tiempos tranquilos. Muy tranquilos; demasiado, acaso. Alfonso Santiago, CEO de Last Tour, la empresa que organiza el mayor festival de Euskal Herria, hasta reconoce con humor que la naturaleza ha explotado en este tiempo y que, al subir de nuevo tres años después, se han encontrado con que hasta los árboles han crecido.

Pero se acabó: regresan las ‘hordas’ amantes de la música, por suerte, en un reencuentro para el que hay «unas ganas increíbles, porque estos años han generado hambre de pasarlo bien»,  apunta Santiago. La cita: del 7 al 9 de julio, en Kobetamendi.

Sin bajas en el cartel y soslayados los problemas creados por las huelgas en los aeropuertos –Santiago ha reconocido que han tenido que ‘ayudar’ a algunas bandas con los billetes, ante la subida espectacular de los precios–, Last Tour y Amaia Arregi, concejala de Seguridad Ciudadana, y Nora Abete, concejala de Movilidad y Sostenibilidad, han presentado este martes el operativo municipal para el festival bilbaino; un operativo que se pondrá en marcha entre las 11.00 del miércoles y las 15.00 del domingo.

Una app para andar más seguras

Un amplio operativo, no en vano se esperan 100.000 asistentes. Ha habido varios mensajes claros: uno, que «‘no significa no’ en cualquier idioma. Con la violencia machista la tolerancia será cero», como ha apuntado Amaia Arregi. Para ello, se ha recomendado a las y los asistentes a que se bajen la aplicación EraStop: manda una señal inmediata a la Policía Municipal, se puede también dar la voz de alarma si se es testigo e, incluso, permite pedir un aconpañamiento virtual hasta sentirse segura.

Segundo mensaje: cuidado con los robos, atención a los objetos personales. «El hurto es el delito más denunciado en Bilbo», han recordado. Y tercero: cuidado también con el enclave natural donde se celebra el festiva, una zona privilegiada.

¿Dónde dejar el coche y cómo subir?

No hay cambios respecto a otros años en este sentido, aunque sí una novedad a modo de prueba: la organización lo que incentiva es el uso del transporte público, que es gratuito, pero la cuestión y el problema principal al que se enfrenta es cómo conseguir que la subida a la zona de Kobetamendi sea cómoda y fluida. Para evitar las esperas de hasta 30 minutos en las horas de mayor afluencia en la subida a Kobetamendi, este año se ha puesto en marcha un servicio de reserva de autobuses de pago (1,5 euros el billete). Los billetes se pueden adquirir en la app o la página web del festival y saldrán cada 15 minutos.

Así, se puede garantizar llegar a tiempo a los conciertos que nos interesan y evitarnos las grandes colas que se forman. La prueba es piloto y con un número de autobuses limitado –parte de la flota de entre 65 y 70 autobuses que funcionan desde el festival se ha destinado a este servicio–, aunque si funciona bien no descartan ampliarlo en próximas ediciones.

Una curiosidad: la mayoría de reservas realizas hasta el momento son para primera hora, de aficionados qe quieren subir a primera hora. La salida es desde San Mamés (calle Felipe Serrate). Para acceder al bus es necesario tener la pulsera que acredita la compra de la entrada y el servicio es solo para subir, el jueves, viernes y sábado de 16.00 a 23.00. Las plazas son limitadas.

El resto de los autobuses lanzadera de la organización del festival saldrán del BEC (junto a la parada de metro de Ansio) o desde las inmediaciones de San Mamés, al fondo de la calle Capuchinos de Basurto, en la parte trasera del edificio BAMI (Hacienda-ETB). En el BEC hay habilitado aparcamiento para 3.000 personas, aunque el jueves habrá un poco de más lío, ya que ese mismo día hay programado un concierto, también de Last Tour, con Juan Luis Guerra.

Las lanzaderas funcionarán el miércoles de 12.00 a 00.00; el jueves, viernes y sábado las 24 horas, y el domingo, hasta las 15.00. A partir de las 16.00 horas, dejarán a los viajeros en la antigua fabrica de Beyena, a escasos 800 metros de la zona festivalera. Otro tanto con los taxis y en ese mismo lugar se tomarán los autobuses para bajar a Bilbo. Por cierto, que habrá lanzaderas para personas con movilidad reducida y, apuntan desde Last Tour, la mayoría del resto de los autobuses también están adaptados.

La zona del festival estará cerrada al tráfico desde el miércoles a las 11.00 hasta el domingo hasta las 15.00.

Respecto al metro, se amplía estos días la frecuencia de 23.00 a 03.00 de la mañana, mientras que viernes y sábado el servicio será ininterrumpido durante toda la noche.

Y, si no... siempre está la opción, más rápida y si las piernas lo permiten después de tanto salto, de bajar a pie. Un paseo hasta Basurto que, en realidad, es de escasos diez minutos y cuesta abajo.

Los conciertos, las pulseras...

Las pulseras que acreditan la compra de entradas o bonos ya han comenzado a ser retiradas desde el lunes en la sala BBK, aunque el miércoles se pasa la entrega a San Mamés y el BEC.

Algunos datos más: esta edición mueve más de 100 artistas. Habrá ocho escenarios: siete en Kobetamendi, otro en la zona de acampada –se convierte en una especie de ‘ciudad campista’– y otros cuatro gratuitos, con la idea de acercar a la ciudad el festival. Se han vendido entradas en más de 75 países y la zona de acampada, situada a unos 3 kilómetros del recinto, cuenta con una superficie de cerca de 120.000 metros cuadrados y aforo para unas 12.000 personas.

Habrá alrededor de 3.500 personas trabajando y, por cierto, Alfonso Santiago ha expresado su preocupación por las denuncias de malas condiciones laborales que se registraron en 2019 y que focalizó en 200 personas que trabajaban con una subcontrata. Ha apuntado que este año «se hará un seguimiento exhaustivo, porque somos defensores del trabajo digno».