Una nueva especie invasora, la chinche marrón marmolada, chinche apestosa marrón o chinche hedionda marrón, una especie invasora asiática, ha aparecido en «una larga lista de municipios» de Gipuzkoa, entre ellos Donostia, Astigarraga u Oiartzun, según ha denunciado el colectivo Parkea Bizirik. Se dedica a absorber la humedad de las plantas y ha dañado cultivos en Estados Unidos, Argentina y Chile, donde ya se considera una plaga.

Según explica Parkea Bizirik mediante una nota, este insecto se puede encontrar en grietas de edificios, en el interior de domicilios y de automóviles o succionando la savia de los árboles urbanos. Ninguno de los países en los que la chinche marrón marmolada se considera plaga han sido capaces de erradicarla. En algunas regiones italianas ha anulado la mitad del cultivo de peras, por lo que el precio de este producto ha subido.

Vuela y tiene una gran capacidad de adaptación, tal y como explican desde el colectivo donostiarra, y gracias al comercio mundial y la movilidad humana ha llegado a América, Europa, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, entre otros países.

Es un insecto aplanado que mide entre 1,2 y 1,7 centímetros de largo y 0,7 y un centímetro de ancho. Se distingue por la alternancia de bandas claras y oscuras que tiene en las antenas y las manchas claras de forma rectangular de su abdomen. No pica a las personas o a los animales y si se siente amenazada desprende un olor desagradable para alejar a otros seres vivos.

Busca lugares abrigados

A las puertas del invierno, ha aumentado notablemente la población y están buscando lugares abrigados donde hibernar. Así, informa Parkea Bizirik, pueden aparecer en las rendijas de acceso al interior de las cajas de las persianas o en la ropa tendida absorbiendo su humedad. Es al recoger la ropa seca cuando puede acceder a las casas. En el interior, se desplaza por paredes, cristales y techos, acudiendo a las frutas y a las plantas de interior.

En vista de esto, Parkea Bizirik alerta de que «las especies invasoras son animales, plantas u otros organismos que se desarrollan fuera de su área de distribución natural. Provocan alteraciones en la riqueza y diversidad de los ecosistemas y, por regla general, resultan muy dañinas, ya que ponen en peligro la diversidad biológica nativa».

«Es un ejemplo más de la galopante crisis medioambiental. Alejémonos del colapso», ha concluido.