El Manco de Irulegi
CANDIDATURAS IMPOSIBLES AL TXUPINAZO

Ya me estoy frotando las manos

¿Hay alguien ahí con mano en el Ayuntamiento de Iruñea que pueda explicarme por qué en 2.100 años nadie ha pensado en mí para el cohete sanferminero? Ni a dedo ni por aclamación popular. Por eso alzo la voz.

El Manco de Irulegi.
El Manco de Irulegi. (NAIZ)

Este escrito es mi último recurso. Ya no sé a quién dirigirme. Desde que la Sociedad de Ciencias Aranzadi encontró mi mano al pie de un castillo en el valle de Aranguren, he sido víctima del ninguneo institucional. Al principio, todo eran portadas, entrevistas, colgantes, llaveros… Hasta les di la idea de hacer un rascador de espalda. Se les fue todo un poco de las manos. Me las prometía muy felices. «Muy mal se tiene que dar para que este año no lance yo el txupinazo», pensé. Pero nada: me quedé con una mano delante y otra detrás.

En lugar de concederme el honor de prender la mecha festiva, empezaron los pretextos para vetarme: que si Irulegi –donde estoy empadronado– no es Iruñea, que si ya vienen los vascones con sus entelequias separatistas, que si la zonificación lingüística no lo permite, que si con el PAI tendría más oportunidades… Excusas baratas.

No contentos con invisibilizarme, tuvieron la gran idea de encerrar mi mano en un museo. A ver, no digo que no se agradezca el aire acondicionado en estos días en que el calor aprieta, pero yo siempre he sido más de verbena que de vitrina. Más de txaranga que de exposiciones. Más de callejear que de lugares señoriales. Más de una buena parranda mano a mano, ya me entendéis.

Para colmo, no faltaron las teorías y elucubraciones sobre la inscripción en mi mano: que si «Sorioneku», que si «Sorioneke»… ¡Qué más os dará! Ni yo mismo me acuerdo porque, si os soy franco, todo es fruto de un «a que no hay dos» en unos sanfermines de hace dos milenios. Fue buscar una tatuadora y el resto ya es historia.

De modo que, si alguien quiere echarme una mano, le estaré eternamente agradecido. Porque ni cuando el cohete se decidía por vía testicular desde la Alcaldía ni ahora que se hace por votación popular nadie se ha acordado de mí. Mucho museo, mucha mano… Y nadie se plantea que esa extremidad pertenece a alguien. A mí. Al Manco de Irulegi.

En cualquier caso, no tengo ningún afán de protagonismo, por lo que tampoco tengo pega alguna en compartir el cohete con alguien más. Lo que sería un txupinazo manco-munado, vamos.

Esku-bide osoz, hurrengo suziria nire kontu!