BERTA GARCÍA
CONSUMO

Las rebajas que no cesan

Las rebajas no dan tregua, ni al medioambiente ni al bolsillo porque, en virtud de la Ley 7/1996 del Comercio minorista, en cualquier época del año se puede hacer el agosto en ventas. Es lo que tienen los llamativos carteles de “rebajas”, que enganchan, aunque no siempre digan la verdad.

Con dinero o sin dinero, consumimos en rebajas como si no hubiese un mañana y, dicho sea de paso, razón no falta, porque como ejemplo tenemos que la industria textil es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de CO₂, lo que supera incluso a las emisiones del transporte aéreo y marítimo juntos. Y así suma y sigue con el gran consumo de agua, contaminación, explotación laboral y otros daños colaterales como el sobreendeudamiento familiar.

Si a pesar de lo expuesto aprovechamos los periodos de rebajas y queremos cambiar alguna adquisición, recordemos las recomendaciones de las Administraciones de Consumo.

- Los establecimientos no están obligados a aceptar cambios y devoluciones -salvo que el producto presente alguna tara o defecto de fábrica-, y por ello es fundamental informarse de las condiciones de cada comercio. Esto no se aplica a las compras a distancia, como las que se realizan por internet, donde se cuenta con el derecho de desistimiento del contrato realizado, es decir, con el derecho a devolver, sin penalización y sin necesidad de indicar motivo alguno, el producto adquirido en un plazo de 14 días naturales.

- En el caso de aceptar devoluciones, los vales o bonos emitidos, así como la conocida tarjeta-regalo, no pueden tener una fecha de caducidad, ya que eso es una práctica ilegal.

- Hay que conservar la factura de compra, ya que será necesaria para gestionar reclamaciones o para hacer uso de la garantía legal del producto.