Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

Beneficios del ejercicio físico sobre el cáncer

Existen diferentes tipos de cáncer y no se puede hablar de una forma generalizada, pero lo cierto es que estudios recientes han encontrado una relación causa-efecto en cuanto al ejercicio físico y la enfermedad. Combinar ejercicios aérobicos con los de fuerza parece ser lo más efectivo.

(Getty Images)

Escribir sobre cáncer es muy complicado, no solo por la dureza con la que nos golpea a todos, de una u otra manera, sino porque cada tipo de cáncer tiene sus especificidades en cualquiera que sea el ámbito sobre el que se vaya a hablar y, en este caso, el ejercicio físico durante el cáncer no es una excepción.

No hay duda de que tanto un estilo de vida activo como una alimentación saludable pueden ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer. Sin embargo, cuando la enfermedad ya está instaurada, ¿tiene el ejercicio físico beneficios significativos?

Pues bien, como decía al inicio, todo depende del tipo de cáncer, así como del caso concreto, pero lo que sabemos últimamente, y que puede generalizarse a distintos tipos de cánceres, es que el ejercicio físico es una herramienta útil para el manejo del dolor durante la enfermedad.

El dolor es uno de los síntomas más comunes en pacientes con cáncer, lo que limita la parte orgánica o física, la salud mental, así como las relaciones sociales de las personas que lo sufren. Las intervenciones de ejercicio han mostrado reducciones significativas en el dolor y la fatiga oncológicos, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Concretamente, los programas de ejercicio que combinan ejercicio aeróbico y de fuerza parecen ser especialmente efectivos. Además, el yoga también ha mostrado beneficios significativos para aliviar la fatiga relacionada con el cáncer.

Sin embargo, ahora por primera vez un estudio internacional ha encontrado una relación causa-efecto en relación al ejercicio físico y a la supervivencia del cáncer de colon. En primer lugar, este programa de ejercicio físico que practicaron los pacientes durante tres años mejoró su supervivencia y mantuvo a raya la enfermedad y, al cabo de 8 años, mostraron un 28% menos de cáncer y un 37% menos de muertes por cualquier causa.

Si bien es cierto que estos resultados son prometedores, la metodología del estudio puede mejorarse y, de este modo, se podría determinar este efecto beneficioso como una evidencia científica con peso pero, por el momento, solo podemos afirmar que la práctica de actividad física concreta y orientada por profesionales especializados en oncología es una herramienta clave para mejorar la calidad de vida de los enfermos.