Natalia Ramos
MIRADA AL MUNDO

Sexo para colorear, nueva moda en Brasil

En Brasil, el público de los tradicionales cuadernos para colorear no es solo infantil. Curiosamente, los que más compran libros para pintar son los adultos, entre los que está causando furor el denominado «sexo para colorear». Los favoritos de la afición son “Jardín secreto” y “Bosque encantado”, de la británica Johanna Basford, que fueron publicados en 2013 y que llegaron a tierras brasileñas al año siguiente y donde han alcanzado tal éxito que se han vendido más de un millón de ejemplares.

En concreto, la editorial Sextante publicó estos títulos a finales del año pasado y desde comienzos de este se han convertido en toda una fiebre, ya que, según señalan los expertos, se trata del mejor pasatiempo «antiestrés». Según reconoce una de sus fans, la licenciada en Derecho Adriana Marinho, «el libro sirve como una válvula de escape del estrés del día a día, porque, cuando una está ahí pintando, no se da cuenta de cómo pasa el tiempo. No se puede comparar pintar con leer, porque te involucras de manera distinta. A mí me gusta leer, pero con tres hijos no tengo tiempo».

Como Marinho, otras muchas personas se han enganchado a lo de pintar cuadernos de dibujos, de manera que, por ejemplo, en una gran librería de Sao Paolo está ubicada una enorme mesa con más de treinta títulos diferentes de estos libros, un artista vende láminas sueltas en la calle para pintar e incluso los kioscos ofrecen cuadernos de este estilo. Hasta el “Meia Hora”, un diario de Río de Janeiro, publicó recientemente una portada para colorear con el Cristo Redentor, al tiempo que señalaba que la ciudad está triste por la violencia existente, pero «podemos ayudar a colorear todo de nuevo».

Además, esta nueva moda ha provocado un importante repunte en la venta de productos como lápices de colores, cajitas especiales para guardarlos y hasta bolsos para cargar los libros.

Incluso ha generado una corriente creadora propia que tiene su principal reflejo en “Suruba para colorir”, que se puede traducir en algo así como “Orgía para pintar”, que ya lleva tres ediciones y que arrancó con 1.800 ejemplares hasta alcanzar actualmente nada menos que los 25.000. Uno de sus responsables, el editor Bebel Abreu, desvela que ese éxito «fue una gran sorpresa, porque todo empezó como una broma que terminó cogiendo mucho vuelo. No fue planteado como una reacción a esto de los libros para pintar, pero ha acabado convirtiéndose en un contrapunto divertido y menos conservador para esa moda de pintar». Una treintena de caricaturistas brasileños participó en la edición, donde la consigna era «dibujar una escena de sexo grupal en blanco y negro que se pueda pintar».

Abreu reconoce que «ha sido un éxito comercial, pero como es una moda y se terminará algún día, no sé si sacar una nueva edición». Por el momento, el tirón sigue ahí, ya que en Facebook existen numerosos grupos dedicados a estos cuadernos y que cuentan con miles de seguidores, mientras en la prensa se dedican numerosas columnas de opinión a debatir si colorear tiene o no efectos terapéuticos. Ajenos a que los puedan tener o no, los brasileños siguen a lo suyo, coloreando sexo por puro placer.